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ERE en CaixaBank y BBVA: ¿adónde van los empleos de la banca?
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Casi 20.000 salidas en la banca

ERE en CaixaBank y BBVA: ¿adónde van los empleos de la banca?

La generación de alternativas laborales para los trabajadores afectados por los ERE de los bancos debe partir de un esfuerzo de recualificación de los empleados

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CaixaBank ha puesto cifras al ajuste que prepara tras la absorción de Bankia: 8.300 son los empleos que planea recortar la entidad, según ha comunicado a los sindicatos. La noticia llegaba en paralelo a la celebración de la junta general de accionistas de BBVA, en la que su presidente, Carlos Torres Vila, defendió como "necesario" un ajuste de plantilla que, a falta de cifras oficiales, se estima en torno a los 3.000 efectivos.

Tan abultados números no dejan de sobrecoger, por más que se trate de la continuación de un proceso que viene de lejos y que parece lejos de desinflarse. Según los registros del Banco de España, el sector financiero nacional recortó cerca de 100.000 empleos desde el estallido de la crisis financiera, en 2008, y hasta 2019. Estas cifras se vieron casi congeladas el pasado ejercicio, tras el 'shock' de la pandemia, pero la reanudación del proceso de consolidación ha dado un nuevo empuje a la reducción de empleo en el sector, de modo que se calcula que las pérdidas de puestos de trabajo en la banca española durante el ejercicio actual podrían llegar a rondar los 20.000 efectivos. Y lo que es más preocupante es que desde el propio sector se advierte de que estos ajustes podrían ir a más, como, de hecho, justifican los números del sector si se ponen en relación con los del resto de países europeos.

Foto: Una persona realiza una gestión en el cajero de un banco. (EFE)

No cabe duda de que el sector financiero español experimentó en los años previos a la crisis un 'boom', al calor de una desaforada expansión crediticia, que condujo a un exceso de capacidad cuya digestión se ha prolongado desde entonces. Y la profunda transformación que vive el negocio, auspiciada por la creciente penetración de los canales 'online', no ha hecho sino complicar este proceso. Por mucha batalla que se plantee para tratar de limitar estos ajustes, parece casi misión imposible oponerse a lo que no supone otra cosa que la constatación de un modelo de hacer negocio en decadencia.

La necesidad de recapacitación no afecta únicamente a trabajadores poco formados

Esta realidad coincide, no obstante, con otra mucho menos publicitada, pese a los esfuerzos de las propias entidades, referida a los también elevados volúmenes de contratación (aunque obviamente eclipsados por el ritmo de salidas) de nuevo personal bancario, principalmente destinado a dar soporte a esas nuevas funciones que conlleva la digitalización del negocio.

En ese cruce de marchas e incorporaciones, no deja de resultar significativa la baja proporción (al menos esa es la percepción que se transmite) de reubicaciones de empleados bancarios para cumplir estas nuevas funciones. "Es llamativo que estos conocimientos del negocio que tienen esos empleados que han trabajado durante años en el banco no le valgan a la entidad para reubicarlos en las áreas ligadas a la digitalización", observa Marcel Jansen, profesor de la Universidad Autónoma de Madrid e investigador asociado de Fedea, quien se pregunta si los bancos están haciendo todo lo necesario para recualificar a sus empleados.

Foto: Oficina de CaixaBank en Barcelona. (EFE)

Atendiendo a esto, Jansen considera que en procesos de ajuste como el actual de CaixaBank puede resultar mucho más importante que la indemnización que el banco ofrezca a los trabajadores salientes arrancar, a través de un plan social, un compromiso firme a la entidad con la reubicación y la recualificación de estos trabajadores. "Estos son procesos traumáticos, que afectan a muchas personas. Personas formadas, con experiencia, pero que si no cuentan con las aptitudes para reubicarse en su propia empresa, es posible que tengan dificultades también para encontrar un puesto fuera, porque la digitalización es un proceso que afecta a la economía en su conjunto", afirma.

Se trata de un problema, por lo tanto, que trasciende las fronteras del sector financiero y que entronca con algunas de las lacras endémicas del mercado laboral en España, en el que la formación y capacitación de los trabajadores se han mostrado tradicionalmente poco adaptadas a las demandas de los empleadores. Y en un momento de profunda transformación económica como el actual, este no es un problema que ataña únicamente a los trabajadores menos formados, sino que puede reducir la empleabilidad de individuos titulados y experimentados que no consigan reciclarse en sus capacidades.

Las inversiones del plan de recuperación son una palanca clave para crear nuevos empleos

No hace tanto que la banca fue considerada uno de los grandes motores del trabajo de calidad en España. Hoy, en cambio, representa un sector en decaimiento, destructor de empleo, lo que resulta especialmente gravoso en un país con una de las tasas de paro más elevadas de la OCDE. Pero este podría verse como un problema soluble si se repara en alternativas. "Cada sector es un mundo, pero siempre existen sectores y empresas que pierden empleo, que coexisten con sectores y empresas que crean empleo. Y el efecto neto no tiene por qué ser negativo. Todo lo que tiene que ver con la transformación digital y los sectores intensivos en conocimiento va a crecer en los próximos años, y es ahí donde encontraremos los yacimientos de empleo", observa Joaquín Maudos, director adjunto del IVIE y catedrático de la Universidad de Valencia.

Foto: El presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri (i), la presidenta de Banco Santander, Ana Botín (c), y el presidente del BBVA, Carlos Torres (d). (EFE)

Con un proyecto de relanzamiento de la economía nacional a través de la inversión en negocios ligados a la digitalización y la transición energética —con el apoyo de los fondos del plan de recuperación—, la ocasión de generar oportunidades alternativas de empleo parece evidente. Pero sacar provecho de esta sazón requerirá de un esfuerzo integral en el ámbito de las políticas de empleo para que el mercado laboral sea capaz de proveer los perfiles demandados.

Son muchas las veces que España ha fracasado en este objetivo. Volver a hacerlo ahora tendría un coste difícilmente asumible. Los empleos perdidos en la banca no volverán y una mayor o menor indemnización no hará mucho por limitar el daño que esto representa para el mercado de trabajo en España. De encontrarles un reemplazo a la altura, dependerán en gran medida las posibilidades de recuperación a largo plazo de la economía nacional.

CaixaBank ha puesto cifras al ajuste que prepara tras la absorción de Bankia: 8.300 son los empleos que planea recortar la entidad, según ha comunicado a los sindicatos. La noticia llegaba en paralelo a la celebración de la junta general de accionistas de BBVA, en la que su presidente, Carlos Torres Vila, defendió como "necesario" un ajuste de plantilla que, a falta de cifras oficiales, se estima en torno a los 3.000 efectivos.

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