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La sangría laboral de la banca: 10.000 M en indemnizaciones y 114.000 empleos menos
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PIERDE PESO EN EL SECTOR FINANCIERO

La sangría laboral de la banca: 10.000 M en indemnizaciones y 114.000 empleos menos

Los bancos protagonizarán el mayor tijeretazo en el empleo de su historia en 2021, y suma un 40% desde 2008. La banca pierde peso en el sector financiero total

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Cuando un Licenciado en disciplinas económicas terminaba la carrera antes de 2008, sabía que siempre tendría la opción de trabajar en un banco. Un empleo estable y con condiciones muy por encima de la media. Hoy en día, las entidades protagonizan recortes continuados de plantilla, sin ver el final de esta tendencia, y solo se pelean por contratar perfiles técnicos, como ingenieros o matemáticos.

Los tijeretazos que están negociando Caixabank o BBVA, y que pronto hará la nueva Unicaja tras fusionarse con Liberbank, suponen un coste relevante para sus cuentas de resultados. Pero es una de las escasas vías que los banqueros encuentran para intentar asegurar su supervivencia. Básicamente, reducir costes recurrentes y mejorar la eficiencia, en un contexto de sinergias por fusiones y digitalización. Para ello, están gastando miles de millones que van contra la cuenta de pérdidas y ganancias, ya que cada ERE está teniendo gastos por salida de entre 150.000 y 450.000 euros.

Foto: Carlos Torres, presidente de BBVA. (EFE)

Los datos son abrumadores, y apuntan a una sangría abierta de, al menos, 114.000 empleos destruidos entre 2008 y 2021. Para este año, el sindicato UGT ya ha calculado un recorte de 13.000 puestos de trabajo en negociaciones de ajustes en marcha. Hasta ahora, el año de mayor destrucción de empleos en la banca, según cifras del Banco de España (BdE), fue en 2012 con 18.626 bajas en plena reestructuración con rescates de las entidades resultantes de las antiguas cajas de ahorros.

Para este año se tienen que ejecutar las bajas de 4.322 empleos entre Banco Santander e Ibercaja, en sendos expedientes de regularización de empleo (ERE) pactados en 2020, a lo que se suman los tijeretazos que ya están negociando Caixabank y BBVA, con números esperados de 8.500 y 3.000 respectivamente. Mientras que también se espera otro ERE en Unicaja, así como posibles ajustes en otras entidades a lo que se suma, como siempre de forma recurrente, las bajas voluntarias no repuestas. Así, es fácil pensar que la cifra pueda sobrepasar la cota de 2012.

Caixabank viene de haber realizado un ERE en 2019 de 2.157 puestos de trabajo por un coste de 890 millones de euros, que se suman a los más de 1.500 millones que gastó en salidas entre 2013 y 2016 tras integrar Banca Cívica. También en 2019, Santander gastó 600 millones con un ajuste de 3.223 personas, uno de los tres ajustes colectivos del grupo cántabro en tres años. Más recientemente, Ibercaja ha gastado 151 millones para 750 salidas y Banco Sabadell dotó 314 millones para un plan de 1.817 bajas incentivadas.

placeholder José Ignacio Goirigolzarri (i) y Gonzalo Gortázar (d). (EFE)
José Ignacio Goirigolzarri (i) y Gonzalo Gortázar (d). (EFE)

En Caixabank se registra el coste más alto, con 413.000 euros por trabajador. Lejos de los 220.000 euros por empleado en el ERE que realizó Bankia tras integrar BMN. En Sabadell sale a 173.000 euros por baja incentivada; en Santander, el ERE de 2019 costó 186.000 euros por empleado, cota más reducida por Popular, cuyo ERE de 2016 se saldó a un coste de 145.000 euros por persona. En Ibercaja, su ERE, a punto de culminarse, ha costado 200.000 euros por empleado.

Son algunos ejemplos de los miles de millones que ha gastado la banca en reducir empleo a golpe de acuerdos con sindicatos, normalmente con la figura del ERE y con bajas voluntarias a partir de los 55 años. Un cálculo conservador apunta a más de 10.000 millones de gasto en 13 años, teniendo en cuenta que siempre son más de 100.000 euros por trabajador y que ya ha habido un descenso en el empleo de 100.000 personas, a falta de una nueva cifra de entre 14.000 y 20.000 en 2021. Si bien no siempre hay coste, porque hay salidas voluntarias por irse a otra empresa o por jubilación que no se cubren, por ejemplo, el grueso se ha producido con este tipo de pactos entre banco y sindicatos.

Menos importante

La banca sigue siendo un sector importante en España que, como suelen recordar ex banqueros que aspiran a ganarse la vida en boutiques independientes del sector financiero, es uno de los países más bancarizados del mundo. El grueso de la financiación de las empresas se produce a través del crédito, mientras que la mayor parte del ahorro, que aumentó drásticamente con el covid, está en depósitos, fondos y planes de pensiones que provee la banca.

Por otro lado, sigue siendo en torno a una cuarta parte del Ibex 35. Eso sí, lejos de ratios superiores al 40% en el pasado. Y también se observa una decadencia en el conjunto del sector financiero. Aunque la industria financiera y la banca se suelen usar como sinónimos, esta idea cada vez es más errónea, como muestra precisamente el empleo.

Así, en 2008, la banca alcanzó máximos en puestos de trabajo, con 278.301. En aquel momento, el grueso del sector financiero tenía 494.000 puestos de trabajo. Dicho de otra manera, los bancos acaparaban el 56% del empleo del sector financiero. Y si a esta industria se excluían las aseguradoras y los fondos de pensiones, la banca suponía el 89% de 312.900 puestos de trabajo.

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Estas ratios salen de cruzar datos del Banco de España y de la Encuesta de Población Activa (EPA), que son fuentes diferentes, lo que deja margen de error que hay que tener en cuenta. Pero sirve para ver la evolución del empleo y que ha habido cierta desbancarización del sector financiero. Y en este caso, la banca ha pasado del 56% del empleo del sector financiero en 2008 hasta poco más de un tercio en 2021, teniendo en cuenta los próximos recortes.

Para el sector financiero sin seguros ni fondos de pensiones, la caída es desde el 89% hasta entornos del 65%. Es significativo que este segmento pasó entre 2008 y 2020, según el INE, desde 312.900 puestos hasta 257.700 posiciones, lo que implica un descenso de 55.200 empleos. En este periodo, y sin contar con los tijeretazos previstos para 2021, el recorte de la banca superó los 100.000 empleos.

Es decir, mientras las entidades de crédito tradicionales están disminuyendo en número y en tamaño desde la Gran Crisis Financiera, están surgiendo cada vez más empresas financieras no bancarias que tratan de arrebatar cuota de mercado. Gestoras de fondos, brókeres, agencias y sociedades de valores o ‘fintech’ han crecido en la última década, en gran parte por antiguos empleados y ejecutivos de la banca.

Cuando un Licenciado en disciplinas económicas terminaba la carrera antes de 2008, sabía que siempre tendría la opción de trabajar en un banco. Un empleo estable y con condiciones muy por encima de la media. Hoy en día, las entidades protagonizan recortes continuados de plantilla, sin ver el final de esta tendencia, y solo se pelean por contratar perfiles técnicos, como ingenieros o matemáticos.

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