El BdE avisa: la gran banca podría sufrir tensiones de capital si reparte dividendos

El Banco de España suele ser cauto en sus valoraciones sobre el sector financiero, más en momentos de crisis como el actual. En este contexto, los mensajes de preocupación que traslada el regulador en su último Informe de Estabilidad Financiera reflejan las complicaciones a las que se enfrentan las entidades por la crisis del coronavirus.

"Es necesario considerar en la valoración de los resultados las incertidumbres notables a las que se enfrenta el sector bancario. [...] Por ello, resulta conveniente que las entidades mantengan una actitud vigilante sobre la evolución de su activo, adopten una gestión del riesgo flexible y favorable a la recuperación de la actividad y exploren cauces eficaces para mejorar su eficiencia", expone el informe.

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Ó. Giménez J. Zuloaga

Tras la de arena, el Banco de España pone la de cal: "El conjunto agregado del sector bancario español se muestra así en este ejercicio capaz de resistir el elevado impacto económico de la crisis sanitaria, con el apoyo del efecto mitigador de las medidas implementadas por las autoridades económicas".

Traducido desde el lenguaje supervisor, estas palabras significan que el Banco de España cree que, a día de hoy, y si la crisis no empeora, la banca española será capaz de superar el covid-19 con un golpe de capital que iría de entre 1 y 2 puntos porcentuales de capital [en el caso de las supervisadas por Europa] en el escenario base, hasta entre 4 y 4,6 puntos en un escenario adverso.

El dividendo, en cuestión

En este último caso, los grandes bancos con negocio internacional —clasificación en la que están Santander y BBVA y en ocasiones CaixaBank— llegarían a 2022 con una tasa de capital del 8%, en el límite considerado por el mercado antes de entrar en problemas de solvencia. Mientras, las otras 9-10 entidades supervisadas por el BCE —CaixaBank, Sabadell, Bankia, Bankinter, Liberbank, Unicaja, Ibercaja, Kutxabank, Cajamar y Abanca— llegarían dentro de dos años con una tasa de capital del 8,4%.

Estos resultados cuestiona el objetivo de la banca española de volver a repartir dividendo en 2021. El test de estrés del Banco de España está calculado sobre la tesis de que no haya remuneración al accionista en los dos próximos años. En caso contrario y de que se cumpliera el escenario adverso, algunas entidades podrían acabar incluso por debajo del 8% de solvencia, lo que haría saltar todas las alarmas. De ahí el debate que hay entre el BCE y el organismo liderado por Pablo Hernández de Cos frente a los bancos. El gobernador insiste en que las entidades que retomen el pago de dividendos en 2021 lo hagan con prudencia, mientras que la banca reitera la necesidad de volver a retribuir a sus accionistas para ser atractiva en bolsa.

Junto a ello, se da la circunstancia de que ejercicio de estrés del Banco de España se hizo con las mismas previsiones macroeconómicas que usó el BCE en el suyo de julio. Ángel Estrada, director general de Estabilidad Financiera, Regulación y Resolución del Banco de España reconoce que desde entonces las condiciones han empeorado, aunque limita el impacto sobre el test de estrés en 2 ó 3 décimas de caída en su pronóstico del PIB español, lo que no cambiaría la fotografía general.

Estos resultados también ponen sobre la mesa que los bancos españoles quedaron entre los peores de dicho test del BCE, como adelantó este medio. Frente al 8-8,4% con el que acabarían las entidades del país en 2022 en el escenario adverso, la media europea lo haría en el 8,8%.

Con estos cálculos, el Banco de España pone de manifiesto que las provisiones que están anunciando durante los últimos meses las entidades, de miles de millones, no serán suficientes.