Los divos del capital riesgo y las otras 'despedidas' del verano
El mundo del dinero encierra claves de poder y de intereses que explican el sentido de muchas operaciones, movimientos y desenlaces. Ibex Insider ofrece pistas para entender a sus protagonistas
Calores entre semana en el eje del paseo de la Castellana y/o la Diagonal y fines de semana de casi cuatro días entre Baleares y Sotogrande. Agosto se ha esfumado casi sin tiempo para que los divos del capital riesgo español recarguen las pilas, después de una primera mitad de año prolija como pocas. Es su momento: con la bolsa a la espera de un pinchazo y los tipos en ‘negativo’, los fondos de ‘private equity’ están de dulce. El dinero hace cola a sus puertas con la esperanza de rentabilidades futuras de doble dígito.
Un contexto idílico incluso para Javier de Jaime, la estrella ibérica de CVC, que antes del verano tuvo que tomar la decisión más incómoda (incluso injusta) de sacrificar a su hermano en Deoleo (virtual número dos hasta los últimos cambios ejecutivos) para completar la enésima refinanciación de la compañía aceitera. Era un peón simbólico, pero necesario para visualizar el cambio de página y el compromiso con los nuevos inversores después de pinchar con su última apuesta, el fichaje fallido de Miguel Ibarrola.
Pese a todo, el borrón de Deoleo, componentes familiares al margen, no empaña el paso firme de Javier de Jaime, al que no le tembló el pulso para pagar la friolera de 1.100 millones de euros por entrar en el negocio educativo. Lo hizo comprando la Universidad Alfonso X El Sabio, aunque antes lo intentó con la Universidad Europea. Lo de menos era la marca, lo importante era la ficha. Ahora peina el mercado en busca de un consejero delegado que sepa del negocio para implementar su hoja de ruta y multiplicar su inversión.
Y entre operaciones de 1.000 millones, quien fuera compañero de clase en Icade del fallecido Juan Picón, con quien tenía una estrecha amistad, el discreto responsable de CVC tiene tiempo para emplear parte de su fortuna (millonaria) en participar en proyectos de viejos amigos, como es el caso de Patrick Gandarias, antiguo compañero en los últimos días de Citicorp Venture Capital, a quien acompaña como inversor a título personal en su nuevo fondo Queka Real Partners, y es ya un secreto a voces en el sector.
En un escalón inferior, por tamaño, no por ambición, Fernando Ortiz hizo la maleta para las vacaciones a la carrera. Solo en julio, su fondo ProA Capital compró la marca de pastas Gallo y un negocio de implantes dentales, aunque la digestión de ambas adquisiciones todavía está en proceso. Su osadía (mejoraron precio tras quedar segundos) dejó con la miel en los labios a los debutantes de Ventura Capital (Iñaki Echave y Mateo Pániker), que esperaban hacer su agosto con la compañía catalana de alimentación.
Portobello, KKR, Alantra, Advent, Corpfin, Apax, Nazca… Como antes de la crisis, hay sitio para todos, grandes, medianos y pequeños. Y una situación excepcional: la necesidad de ampliar la base de inversión (ángulo para diferenciarse) ante la cantidad de dinero entrando en el sector. Un desarrollo que está permitiendo a algunas firmas llegar a volúmenes de dinero bajo gestión inimaginables hace una década, como Altamar, MCH o Meridia, gracias al desarrollo de nuevas tipologías de fondos más allá de los formatos clásicos (MBO o LBO).
Blackstone vs. Harvard
Atraer talento es parte de su éxito. Pero más aún seleccionar al mejor cuando tienes legiones de aspirantes. Es el bendito problema de Blackstone, la mayor firma de ‘private equity’ del mundo, a cuyas puertas acudieron nada menos que 24.000 candidatos para este 2019, según reconoció su nuevo presidente, Jonathan Gray, reclutado como ‘becario’ en 1992. Ahora, esa puerta de entrada es mucho más estrecha. Solo 90 afortunados han debutado como analistas de primer año, lo que hace que la gestora fundada por Peterson y Schwarzman tenga un ratio de ingreso mucho más alto que el de la propia Universidad de Harvard, cuna del elitismo estadounidense. Es el sino de los tiempos.
Goldman hace las paces
Pese a ser la referencia en banca de inversión para gran parte del Ibex, la marca Goldman Sachs estaba vetada a cal y canto por una de las cotizadas más señeras. Colonial tenía puesta una cruz a la entidad desde que lo dejó tirado (vendió su deuda a derribo entre varios 'hedge funds') en los peores momentos de la crisis (2009). Diez años después, el banco estadounidense, que ha estado detrás del nacimiento de casi todas las grandes socimis, ha conseguido que le vuelvan a abrir las puertas. La dupla Bruguera-Viñolas se había mantenido firme en su pulso, pero una década después, con nuevos interlocutores al otro lado del banco, han convenido en restablecer puentes.
Otras tristes despedidas
Se fueron Picón (52), Jiménez-Blanco (57)… Y el verano ha seguido sumando despedidas. Lo ha hecho también Miguel Ángel Serrano, directivo histórico del Banco Santander y hasta ahora de Altamira, donde hacía gala de sus códigos tierracampinos, con solo 63 años, mientras practicaba ciclismo, su gran pasión, a las faldas de la sierra madrileña. Algo más al norte, en Rascafría, tenía su refugio serrano Luis Chicharro, un histórico cazador de las finanzas capitalinas con la vieja Ibersuizas, también se ha despedido sin avisar este crepuscular agosto a los 68 años. Ya no habrá más ‘caminos’ a rebufo de Miguel ni más chupitos y café con Luis en las sobremesas del Colorines.
Calores entre semana en el eje del paseo de la Castellana y/o la Diagonal y fines de semana de casi cuatro días entre Baleares y Sotogrande. Agosto se ha esfumado casi sin tiempo para que los divos del capital riesgo español recarguen las pilas, después de una primera mitad de año prolija como pocas. Es su momento: con la bolsa a la espera de un pinchazo y los tipos en ‘negativo’, los fondos de ‘private equity’ están de dulce. El dinero hace cola a sus puertas con la esperanza de rentabilidades futuras de doble dígito.