El malquerer de García Carranza con Fridman… y el ruido de Blackstone
Este lunes, DIA abonará los 305 millones de euros que tiene comprometidos con los bonistas. Será el primer hito que resuelve la compañía que ahora controla Fridman con un 70%
Estaba todo atado y bien atado. Lo sabía de primera mano Jaime García Legaz, consejero de DIA con la venia de Mikhail Fridman, que la última semana de junio pudo hacer una pausa en su agenda para embarcarse durante unos días en la ruta ciclista jacobea que organiza Antonio Catalán. Que la cadena de supermercados salía del hoyo era una cuestión de tiempo (administrado por la CNMV) y dinero (puesto por el magnate ruso), por más que Javier García Carranza desde el Banco Santander, primer prestatario de la compañía, tuviera planes distintos. Por el desenlace, se confirma que hay vida más allá del banco rojo.
Este lunes, DIA abonará los 305 millones de euros que tiene comprometidos con los bonistas. Será el primer hito positivo que resuelve la cadena de supermercados que ahora controla Fridman con un 70%. Este pago llega después de que la semana pasada, DIA confirmara la refinanciación de su deuda y, lo que es más importante, la remoción de la causa de disolución. Y todo a pesar del viento en contra proveniente del Santander, que hasta cinco minutos antes del 'dead line', el famoso 25 de junio, no se adhirió al plan de rescate del resto de bancos acreedores para garantizar el acceso a cerca de 800 millones de financiación.
Es el primer hito positivo que resuelve la cadena de supermercados controlada por Fridman con un 70%
Pese a que LetterOneha visto cumplir su hoja de ruta al detalle, este verano será momento para que Fridman despeje la única incógnita pendiente de la operación de salvamento de DIA. Informado en todo momento desde Londres, nadie fue capaz de explicarle el motivo de la animadversión de Banco Santander, papel interpretado por su ejecutivo para situaciones especiales García Carranza, flanqueado en esta contienda por Rothschild como asesor del equipo saliente de DIA, por Morgan Stanley (donde trabajó antes) como socorrista financiero del plan alternativo y por Clifford Chance como asesor legal.
Ha sido la pelea corporativa del último año y ningún protagonista olvida las patadas en la espinilla que se han repartido, aunque fuera a costa de jugar con la viabilidad de DIA. Refriegas que dejan cicatrices, con episodios controvertidos como el gastado por Banco Santander al cancelar una línea de 'confirming', obligando a la compañía a disponer de una línea de circulante que tenía habilitada con otros bancos acreedores, justo cuando se trataba de renegociar una nueva estructura de deuda. Y todo para que al final, como dejó por escrito BA-Merrill Lynch, el consejo de administración de la cadena se rindiera sobre la bocina.
García Carranza está acostumbrado a jugar fuerte. Se mueve por el Ibex con la placa del Santander y no hace prisioneros. Enfrente suele tener a clientes en apuros que han convertido su problema en un marrón para el banco. Siempre actúa por vía de urgencia y con soluciones quirúrgicas, con poco margen para tratamiento a largo plazo. Ha aplicado la fórmula con éxito en muchas ocasiones, como ocurrió en Abengoa, para desgracia de la familia Benjumea, y como hizo en Testa, donde prescindió de la diplomacia corporativa para salirse con la suya, aunque eso implicara un berrinche del mismísimo Entrecanales.
Esta vez, sin embargo, su rival ha jugado mejor otras cartas. De la mano de Goldman Sachs, Pérez Llorca y PJT Partners, que no han dudado de la solvencia de su dinero, LetterOne ha conseguido sobreponerse a los deseos del Santander. Eso no implica que haya ganado algo. No en vano, a partir de ahora tiene que hacer funcionar su apuesta por DIA para empezar a recuperar los cerca de 1.500 millones de euros. Esa responsabilidad recae sobre los hombros de Stephane Ducharme, embajador de Fridman ante la banca, accionistas y CNMV, y de Karl Heinz-Holland como nuevo primer ejecutivo de la cadena de supermercados.
El informático banquero
Gasta pocas maneras de banquero, ni siquiera curriculares. Informático de carrera y consultor de profesión, no lleva ni una década en el ruedo de la banca como directivo. Sin embargo, Carlos Aso luce galones de consejero delegado de Andbank dando cada vez más que hablar. Su modelo es similar al de otros pequeños grandes bancos: ofrecer gestión alternativa y discrecional para sus clientes. La diferencia es que para la parte 'retail' se la ha jugado a probar suerte con un modelo puro fintech (MyInvestor) y aunque sea a base de productos convencionales, como hipotecas o fondos, su estructura le permite explotar un modelo de costes bajos en comparación con sus rivales. Y eso en un negocio sin margen es una ventaja.
Los números de Blackstone
Es el mayor inversor inmobiliario del mundo, así que no tiene miedo a los vaivenes del ladrillo. Sin embargo, los tiempos no siempre coinciden con los planes previstos. En el caso español, Blackstone también es líder pero necesita empezar a generar retornos. Su estrategia de comprar al por mayor y revender al por menor, apostando por la recuperación del ciclo económico, tiene tanta lógica como riesgo. Esta tesitura tiene algo tensionada la estructura que comanda Eduard Mendiluce, del que cuelgan dos directores generales, Enrique Used y José Luis Bellosta, encargados de despachar producto antes de que los buenos números de España empiecen a flojear… y un Gobierno rojivioleta pueda cruzarse en su camino.
El español de Facebook
Pasa por ser la mano derecha o izquierda de Mark Zuckerberg. Más allá del cargo, está demostrado que el español Javier Oliván es una de las pocas personas de máxima confianza del fundador de Facebook, tras más de diez años a su lado. Y precisamente por eso, su rol dentro de la organización trasciende a su cometido en el organigrama. Asuntos como la crisis provocada a raíz de Cambridge Analytica, el uso político de la red social con 'fake news', la imposición de una tasa europea a las tecnológicas o la creación de un sistema de pagos (Libra) ajeno a la banca terminan pasando por sus manos. Mucha responsabilidad para un perfecto anónimo que ha pasado unos días de verano por el Pirineo aragonés como un paisano más.
Estaba todo atado y bien atado. Lo sabía de primera mano Jaime García Legaz, consejero de DIA con la venia de Mikhail Fridman, que la última semana de junio pudo hacer una pausa en su agenda para embarcarse durante unos días en la ruta ciclista jacobea que organiza Antonio Catalán. Que la cadena de supermercados salía del hoyo era una cuestión de tiempo (administrado por la CNMV) y dinero (puesto por el magnate ruso), por más que Javier García Carranza desde el Banco Santander, primer prestatario de la compañía, tuviera planes distintos. Por el desenlace, se confirma que hay vida más allá del banco rojo.