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El PSOE empieza a encajar que puede quedar tercero en votos el 26-J
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LA RECTA FINAL HACIA EL 26-J

El PSOE empieza a encajar que puede quedar tercero en votos el 26-J

Miembros de Ferraz y de los territorios admiten su "preocupación" por los malos sondeos y creen que el 'sorpasso' de Unidos Podemos en sufragios, pero no es escaños, puede producirse

Foto: Pedro Sánchez, durante su mitin de campaña en el auditorio de Zaragoza, este 19 de junio. (EFE)
Pedro Sánchez, durante su mitin de campaña en el auditorio de Zaragoza, este 19 de junio. (EFE)

Pedro Sánchez pide "mirar de frente" y no atender a las encuestas. Aislarse de ellas y afrontar la recta final con ánimo. Pero ese discurso de las tribunas y de los mítines no se corresponde con lo que los dirigentes comentan en privado. La "preocupación", lógica, existe. Y en el partido, en la dirección federal y fuera de ella, se empieza a consolidar la impresión de que el 'sorpasso' en votos puede producirse. La escena, de confirmarse el 26-J, podría ser dramática. Pero que Unidos Podemos supere al PSOE también en escaños, un panorama dantesco que nadie quiere creer y que todos niegan, dejaría más herido de muerte a los socialistas.

El último tirón de encuestas -ya no habrá más a partir del martes, porque ya se impone el apagón informativo de la ley electoral- no sólo no ha dejado ver esa subida de la estimación de voto que esperaba (y contaba) la cúpula de Sánchez, sino que ha agravado las expectativas. Todos los sondeos publicados en estas horas -los de El Confidencial, 'El País', 'El Mundo', 'Abc' y 'El Español'- dibujan una proyección semejante: victoria del PP, segunda plaza en votos y diputados para la coalición que lidera Unidos Podemos, tercer escalón para el PSOE -con bajada, por tanto, respecto al 20-D, cuando ya sufrió la mayor derrota desde la Transición- y cuarto para Ciudadanos.

"La gente está asustada, es normal", apunta un miembro del comité electoral. Preocupa, por ejemplo, la situación en Madrid, donde ya es cuarta fuerza

Este domingo, tras la cascada de malas encuestas, varios dirigentes desplazados a Zaragoza, en el mitin de ecuador de campaña, expresaban su "preocupación". "Es normal, la gente está asustada", reconocía un miembro del comité electoral. Nadie quiere acabar de creerse el peor escenario, el del 'sorpasso' en diputados, pero sí que empieza a calar la idea de que quedar superados en papeletas puede ser una realidad en una semana. El PSOE perdería así su hegemonía de la izquierda en el conjunto de España. Ya es tercero en algunas comunidades -cuarto incluso en Madrid-, pero en el cómputo nacional jamás había caído tanto. Barones y responsables críticos con Sánchez apuntaban con cierta resignación que a fin de cuentas, esa posibilidad, la de ser terceros en votos, "es la que apuntan insistentemente todas las encuestas". La inquietud, por ejemplo, sigue con lo que ocurre en Madrid, con una campaña átona, de baja movilización y poco riesgo, y en la que se han rehuido los grandes mítines por miedo a no llenar aforo, reflexionaba una reputada cara visible del partido. Y la de la capital, añadía, "es la lista del candidato" a La Moncloa.

Todas las encuestas dan vencedor al PP y confirman el 'sorpasso'

Ya hubo más votos el 20-D

En el comité electoral esa alternativa también se contempla. Ya el viernes fuentes oficiales admitían que hay una "pelea en votos" con Unidos Podemos. Sensación que este domingo ratificaban: "Podemos está sobrevalorado en todos los sondeos porque se le infravaloró en diciembre, pero a las empresas demoscópicas se les ha ido la mano. Pero es verdad que hay una batalla en los votos. Ya el 20-D, no obstante, Podemos y sus confluencias más IU sumaron 6,1 millones de votos, y nosotros 5,5 millones", indicaba un alto mando del comité de estrategia. Es decir, que hace seis meses ya hubo 'sorpasso' en papeletas (22,01% frente al 24,33%), aunque en aquella ocasión la formación de Iglesias y la federación de Alberto Garzón concurrieron por separado. Los analistas de Sánchez subrayan, no obstante, que su estimación es que el PSOE aún está por encima incluso en votos. Pero no niegan en ningún caso que la pelea está ahí.

Miembros de la dirección consideran "defendible" para Sánchez mantenerse como líder del PSOE aun quedando tercero en votos, pero segundo en actas

La meta de Ferraz es, obviamente, remontar en la recta final de la campaña, y cree que es posible. De hecho, en el círculo de Sánchez se remacha que en los últimos días se ha percibido una espiral creciente de entusiasmo y "ánimo" en las bases, "más que en diciembre". El candidato ya había adelantado que se estaba activando la "reserva emocional" de los votantes socialistas ante la amenaza de 'sorpasso'. Pero el objetivo de mínimos, como concedían fuentes del equipo electoral, es al menos quedar segundo en escaños. Ese resultado, aunque malo, sería "defendible" por la dirección de Sánchez, apuntaban, puesto que se podría esgrimir que el candidato ha sido capaz de capear las pésimas encuestas y al final ha aguantado en lo importante, la segunda plaza en diputados, que es lo que importa a efectos parlamentarios y para la formación de Gobierno. "Tendríamos más margen de maniobra", estimaba estas fuentes. Quedar con la medalla de plata en asientos en el Congreso conferiría a Sánchez la capacidad de liderar las negociaciones y convertirse en el sucesor de Mariano Rajoy.

Iglesias: "Lo razonable es que el presidente sea el candidato de la fuerza política más votada"

Sin embargo, Iglesias ya ha reiterado en múltiples ocasiones que hará valer su primacía en votos para reclamar la Presidencia del Gobierno. Esta misma noche lo hizo durante una entrevista en 'El objetivo' (La Sexta), dirigido y presentado por Ana Pastor: "Si hay diferencia clara de votos, no ha lugar" a la renuncia a encabezar el Ejecutivo, señaló, volviendo a defender un Gabinete de coalición.

Las encuestas animan la campaña del 26-J

No es esta última la visión de algunas federaciones y responsables críticos con Sánchez, que ven en Ferraz un intento de "ponerse la venda antes de la herida", una estratagema "para justificar su permanencia en la dirección con un mal resultado". "Es que es ridículo. Todo lo que sea empeorar los datos del 20-D [90 escaños y un 22% de los votos], que ya fueron los peores de la historia, sería grave", señalaba un importante secretario de Organización regional. "No nos podemos conformar con ser segundos en escaños y terceros en votos", subrayaba taxativo un conocido barón territorial, que a su vez mostraba su "perplejidad" por el hecho de que los votantes estuvieran "penalizando" el acuerdo alcanzado con Ciudadanos para la investidura, que en un principio sí produjo un cierto reflujo a favor de los socialistas. "Pedro intentará quedarse como secretario general como sea", abunda una dirigente apartada de la primera línea pero conocedora del engranaje del PSOE. Sánchez, desde luego, ya ha anticipado que se presentará al siguiente congreso federal y ha defendido que está "al principio" de su mandato, pues llegó a la cúpula en julio de 2014.

¿Dónde está el listón?

Oficialmente, no se quieren situar los umbrales del éxito o del fracaso. "No queremos entrar en eso aún. Ya habrá noche el 26-J y en los días siguientes para valorar. Ahora estamos en otra cosa. Estamos en movilizar y sacar votos. El PSOE está ahora mismo trabajando, estamos acostumbrados a trabajar en contra de las encuestas", comentaba una voz autorizada del comité electoral. Este lunes, la dirección lanzará su plan definitivo para activar a su electorado clásico y convencer a los indecisos, que comprenderá el reparto de unos siete millones de folletos y la llamada a medio millón de hogares.

Los críticos entienden que el candidato va a intentar atrincherarse en Ferraz sea cual sea el resultado. La cúpula va a redoblar la movilización esta semana

Poner la barrera será fundamental para saber cómo interpretar el escrutinio del 26-J. En diciembre, Sánchez pudo salvarse de la quema -de hecho, se atrevió a decir que el partido había "hecho historia", una expresión de la que luego se arrepintió- porque los sondeos habían previsto un panorama peor. Hubo algunos que situaban a Ciudadanos por delante, cuando quedó cuarto. Pero sí es cierto que las encuestas de la última semana ya ubicaban a los socialistas como segundos, y así ocurrió.

Habrá que ver aún cómo evoluciona el PSOE en la última semana de campaña, y cómo respiran los últimos estudios, que se darán a conocer este lunes. Pero sí que se sentirá un momentáneo alivio si los socialistas mantienen su segunda posición en escaños. Porque en caso de quedar tercero en diputados, Sánchez tendría menos posibilidades de seguir al frente. La gestión interna sería complicada, pero también la externa: qué hacer con los parlamentarios conseguidos, darle el Gobierno al PP o facilitárselo a Iglesias, en caso de que los partidos de la derecha no sumen por sí mismos. Un dilema de difícil resolución y que dibujaría un negro futuro, tomase el camino que tomase. El candidato no aclarará su política de alianzas antes del 26-J, por mucha presión exterior que reciba. Considera el equipo de campaña que eso restaría votos -a favor de Unidos Podemos-, además de que ni siquiera dentro del partido está claro qué sería mejor. Mantener al PP en el poder llevaría a una presumible 'pasokización' del PSOE, y aupar a La Moncloa a Iglesias significaría asumir el riesgo de ser fagocitado por Podemos. El coste de cualquiera de las dos soluciones es elevado: tanto en el plano electoral como en el interno, pues el partido vería abrirse el peligro de fractura bajo sus pies.

Pedro Sánchez pide "mirar de frente" y no atender a las encuestas. Aislarse de ellas y afrontar la recta final con ánimo. Pero ese discurso de las tribunas y de los mítines no se corresponde con lo que los dirigentes comentan en privado. La "preocupación", lógica, existe. Y en el partido, en la dirección federal y fuera de ella, se empieza a consolidar la impresión de que el 'sorpasso' en votos puede producirse. La escena, de confirmarse el 26-J, podría ser dramática. Pero que Unidos Podemos supere al PSOE también en escaños, un panorama dantesco que nadie quiere creer y que todos niegan, dejaría más herido de muerte a los socialistas.

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