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El PSOE se aferra a sus encuestas, que le dan una ventaja de 1,4 puntos sobre Podemos-IU
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EL CAMINO HACIA EL 26-J

El PSOE se aferra a sus encuestas, que le dan una ventaja de 1,4 puntos sobre Podemos-IU

Ferraz maneja un sondeo interno que mantiene al PP como primera fuerza y como segunda, al PSOE, con un 23,8%, frente al 22,4% que obtendría la coalición Unidos Podemos

Foto: Pedro Sánchez, el pasado 1 de junio, en un mitin de precampaña en Torrelavega, Cantabria. (EFE)
Pedro Sánchez, el pasado 1 de junio, en un mitin de precampaña en Torrelavega, Cantabria. (EFE)

Pedro Sánchez ha tropezado y tropezará con la misma pregunta, salvo que las cosas peguen un viraje. ¿Teme el 'sorpasso' de Unidos Podemos, que predicen las últimas encuestas? Ese será el fantasma que le persiga hasta el 26-J, la posibilidad de que la coalición de Pablo Iglesias y Alberto Garzón arrincone al PSOE y lo deje como tercera fuerza, una situación que abocaría al partido a la mayor crisis de su historia reciente. Pero Sánchez y su equipo niegan que el adelantamiento de Podemos e IU vaya a producirse. Que las encuestas de institutos demoscópicos privados están sobrevalorándoles. Que el PSOE está más fuerte de lo que parece y en mejores condiciones para afrontar las urnas que el 20-D. Y tiene un sondeo propio y reciente que así lo atestigua, que certifica que ahora obtendría un 23,8% de los votos: 1,4 puntos por encima de la coalición. Una diferencia demasiado pequeña.

El comité de campaña del PSOE dispone de un 'tracking' electoral -o sea, un estudio periódico hasta las generales- desde este pasado 1 de junio, sobre una muestra de 1.000 entrevistas, a cuyos datos ha tenido acceso El Confidencial. Según los números que maneja Ferraz, el PP se mantiene como primera fuerza, con un 27,9% -0,82 puntos menos que en diciembre, cuando obtuvo un 28,72%-. Le seguiría, a algo más de cuatro puntos, el PSOE, con ese 23,8%, lo que supondría un ligero crecimiento respecto a las últimas generales, de 1,79 puntos. Entonces logró el 22,01% y 5.530.779 votos.

Según el estudio, los socialistas subirían 1,8 puntos respecto al 20-D, y Podemos e IU cederían casi dos puntos. C's también ganaría algo de peso

Unidos Podemos recibiría el 22,4% de los sufragios. O sea, que caería respecto de la suma de ambos socios por separado. Podemos (12,67%) y sus tres confluencias del 20-D -En Comú Podem en Cataluña (3,69%), Compromís-Podemos-És el Moment en Valencia (2,67%) y En Marea en Galicia (1,63%)- totalizaron el 20,66% (5.189.463 papeletas), a las que habría que añadir el 3,67% de IU-Unidad Popular (923.133). Es decir, que todos juntos llegaron hasta el 24,33%, 6.112.596 votos. Por tanto, el sondeo encargado por Ferraz anticipa una bajada de 1,93 puntos respecto a la suma de Podemos e IU en las últimas elecciones. Por último, Ciudadanos, siempre según la encuesta interna del PSOE, subiría hasta el 14,5% (tuvo un 13,93% en diciembre).

Pedro Sánchez: "Nuestro gran enemigo es la abstención"

Para "tapar la caída"

En definitiva, los datos de este sondeo vendrían a avalar la hipótesis del equipo de Sánchez: que no se producirá el 'sorpasso' de Unidos Podemos, ni en votos ni en escaños. Sin embargo, los últimos barómetros de opinión coinciden en que la coalición de Iglesias y Garzón sí ganaría al PSOE en sufragios el 26-J, y algunas anticipan que también podría vencer en diputados. En caso de producirse este último escenario, el peor para Ferraz, se sentiría como una auténtica hecatombe. En todo caso, lo que sí reconoce esta encuesta interna es que quien sigue como primera fuerza es el PP y que Podemos pisa los talones al PSOE, pues está a menos de punto y medio. Además, hay que tener en cuenta el margen de error de todo sondeo, lo que en la práctica situaría a socialistas y Unidos Podemos próximos, en empate técnico.

El PSOE pone su punto de mira en los abstencionistas y en el 30% de votantes de Podemos desencantado con Iglesias que ahora podría cambiar su papeleta

El estudio que obra en poder de la dirección socialista, que firma una "empresa de reconocida solvencia", remarca que se detectan transferencias de voto entre el PP y la formación de Albert Rivera que a día de hoy arrojan un saldo ligeramente positivo hacia los naranjas, mientras que el traspaso entre PSOE y Podemos es favorable a Sánchez. Además, la encuesta subraya que la coalición Unidos Podemos está sirviendo para "tapar la caída" del partido morado, que habría pasado del 20% al 15% de los votos, pero la pérdida de ese cuarto de los sufragios no se cubre completamente con los votantes de IU, puesto que no todos ellos, según los cálculos de que dispone Ferraz, migran automáticamente a la nueva marca conjunta.

Rivera, además, es el candidato mejor puntuado por los ciudadanos, con un 4,9 de nota, y le sigue Sánchez, con un 4,7. El tercero en la lista, según este 'tracking', es Iglesias, con una calificación de 3,8, y cierra Mariano Rajoy la tabla con un 3,4.

Unidos Podemos: 'La sonrisa de un país'

Este sondeo cuantitativo del PSOE refuerza lo que le habían anticipado los estudios cualitativos encargados en las últimas semanas, basados en grupos de discusión de ciudadanos anónimos en diferentes puntos de España. En ellos, Ferraz veía que un 30% de los votantes de Podemos se sentía desengañado con la estrategia seguida por Iglesias en la negociación con la investidura y por forzar la repetición de elecciones. Esos electores querían anclar al PSOE en la izquierda con su papeleta a Podemos, pero que Sánchez fuera presidente. Es decir, que es ese 30% el que potencialmente podría volver al PSOE y el que Ferraz quiere recuperar, al menos en una parte, puesto que a fin de cuentas un 40% de los españoles que apostaron por la formación emergente el 20-D procedía de las filas socialistas. Por eso, el secretario general insiste tanto durante sus discursos y entrevistas en la división entre el ala "moderada" -la de Íñigo Errejón y Sergio Pascual- y el ala "dura" del partido morado -la de Pablo Iglesias y Juan Carlos Monedero-, o en las críticas a la "obsesión" por los "sillones" y el poder o la denuncia de la "intransigencia" del jefe de Podemos, porque esas etiquetas son las que ha podido apreciar en los grupos de discusión y las que cree que más pueden atraer votos a su favor.

La frontera con C's

Los socialistas creen que pueden mantener a todo su electorado del 20-D porque, como remarcan desde el comité electoral, "no hay ni una sola razón para no repetir el sentido del voto", y que pueden pescar de la abstención y de los defraudados con Iglesias. Y así como antes de las últimas generales apreciaban un "éxodo masivo" de electores que migraban hacia Podemos, ahora sí observan un "camino de vuelta" de algunos votantes hacia el PSOE. Ven "un retorno a casa". Pero para fomentarlo, los estrategas de Ferraz tienen muy claro que no pueden desairarlos ni agredirlos, aunque sí recordar el "bloqueo" de Iglesias a la investidura -votando lo mismo que Rajoy- o cómo Podemos ha perdido transversalidad y frescura al aliarse con una fuerza con más trayectoria como IU y procesionar a santones como Julio Anguita, emblema de la política de la pinza que a Ferraz le interesa explotar, y mucho.

Ferraz aprecia que igual que en diciembre había un "éxodo masivo" de votantes hacia Podemos, ahora existe un "camino de vuelta" hacia el PSOE

Respecto a Ciudadanos, la estrategia pasa por prácticamente ignorarle. No solo porque Rivera fuera socio de Sánchez hasta la convocatoria de las nuevas generales, sino porque el comité socialista entiende que la frontera con la formación naranja ya está "impermeabilizada" desde el 20-D. Ya paró la fuga de votos con el debate a tres en 'El País' porque le esquinó en la "derecha" del tablero, y luego sus votantes se sienten "cómodos" con el pacto de gobierno alcanzado. Además, en Ferraz se insiste en que sus electores ya tienen claro que si PP y C's suman, Rivera facilitará el Ejecutivo a los populares.

'Spot' de precampaña del PSOE (y con estética floral): 'Te mereces un sí'

Con esos mimbres, el PSOE está desplegando una campaña "en positivo", cimentada sobre la idea de un "plebiscito a Rajoy" y la necesidad de "cambio". Los socialistas como los únicos que "garantizan el cambio" que desea, como siempre recuerda Sánchez, el 70% de los españoles, todos los que no votaron al PP el 20-D. Eso explica el lema, 'Un sí por el cambio', la pretensión de centrar el mensaje en las propuestas, la estética amable y floral y la constante llamada al voto útil, "sin intermediarios". Los estrategas subrayan que el partido está bien posicionado en el eje ideológico, puesto que los españoles se ubican a sí mismos de media en el 4,72 de la escala -donde el 0 es la extrema izquierda y el 10 la extrema derecha- y sitúan al PSOE en el 4,52. Y creen que en el eje nuevo-viejo salen mejor parados que en diciembre, porque los ciudadanos ya han podido constatar el comportamiento de los partidos en estos meses. En cualquier caso, su idea central de cambio será cambio-no cambio. Ahí quieren polarizar el voto.

Los socialistas creen que pueden avanzar terreno durante la campaña, porque Unidos Podemos, recuerdan, está "sobrevalorado". Y están convencidos de que no tendrá incidencia el último tropiezo, el procesamiento de los expresidentes andaluces Manuel Chaves y José Antonio Griñán por el caso de los ERE, porque ya está "amortizado" para los votantes.

Se prevé lluvia de encuestas en los próximos días. Y la que marcará la pauta para muchos es el macrosondeo preelectoral del 26-J del CIS. Por el tamaño de la muestra y porque hace un reparto de escaños por circunscripciones. La anterior, la del 20-D, hundió el ánimo a los socialistas. Esta puede subirles la moral o confirmar los peores presagios.

Sánchez alerta del riesgo de la abstención

En este fogueo final de la precampaña, Pedro Sánchez reitera las ideas ya conocidas de su discurso: el 26-J como "plebiscito" sobre el cambio, el cambio no necesita de "intermediarios", Mariano Rajoy y Pablo Iglesias son "las dos caras del bloqueo", él encabezará un "Gobierno limpio, social y dialogante", cuestión de confianza a los dos años... Y trufado de las propuestas programáticas

Pero también va intercalando algunos mensajes menos trillados. Este jueves, en Puerto de la Cruz, en la isla de Tenerife, subrayó que el "gran enemigo es la abstención"

El secretario general y candidato pidió "a todos los socialistas de corazón, con o sin carné", que se unan "en torno al gran partido del cambio, que es el PSOE" y que el 26 de junio llenen las urnas "de puños y rosas" contra la abstención, que es el gran adversario, informa EFE.

Pedro Sánchez ha tropezado y tropezará con la misma pregunta, salvo que las cosas peguen un viraje. ¿Teme el 'sorpasso' de Unidos Podemos, que predicen las últimas encuestas? Ese será el fantasma que le persiga hasta el 26-J, la posibilidad de que la coalición de Pablo Iglesias y Alberto Garzón arrincone al PSOE y lo deje como tercera fuerza, una situación que abocaría al partido a la mayor crisis de su historia reciente. Pero Sánchez y su equipo niegan que el adelantamiento de Podemos e IU vaya a producirse. Que las encuestas de institutos demoscópicos privados están sobrevalorándoles. Que el PSOE está más fuerte de lo que parece y en mejores condiciones para afrontar las urnas que el 20-D. Y tiene un sondeo propio y reciente que así lo atestigua, que certifica que ahora obtendría un 23,8% de los votos: 1,4 puntos por encima de la coalición. Una diferencia demasiado pequeña.

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