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Sánchez no cambia la estrategia y cree que la amenaza de 'sorpasso' ya moviliza a los suyos
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LA CAMPAÑA DEL 26-J

Sánchez no cambia la estrategia y cree que la amenaza de 'sorpasso' ya moviliza a los suyos

El candidato sale "satisfecho" del debate, en el que alcanzó su "pico de crítica" hacia Iglesias. Apunta que la hipótesis del adelantamiento de Podemos está activando a sus bases y sus votantes

Foto: Pedro Sánchez, repartiendo propaganda electoral del PSOE en la calle de Fuencarral de Madrid, este 14 de junio. (EFE)
Pedro Sánchez, repartiendo propaganda electoral del PSOE en la calle de Fuencarral de Madrid, este 14 de junio. (EFE)

Ferraz diseñó una estrategia de campaña y no va a modificarla. Ni siquiera tras el debate. El asalto televisivo a cuatro no ha supuesto un punto de inflexión en el camino hacia las generales del 26 de junio. Se planteó desde el comienzo una campaña "en positivo, con propuestas", nucleada en torno a la idea de "cambio", en la que pintaba como "adversario" a Mariano Rajoy y que retrataba a Pablo Iglesias como culpable también del "bloqueo" a su investidura, y así seguirá. Pedro Sánchez no prevé elevar más el tono contra su rival más fuerte, su principal amenaza, Unidos Podemos, la coalición que se consolida (en las encuestas) como segunda fuerza. Lo que sí cree el PSOE es que el debate contribuirá a seguir movilizando a los suyos, "metiéndolos en campaña", un efecto que ya viene observando el comité electoral desde los últimos días, a medida que se reforzaba la hipótesis del 'sorpasso' en los sondeos: el de la activación de la "reserva emocional" de militantes y simpatizantes para impedirlo.

La dirección socialista salió "contenta" del debate a cuatro organizado por la Academia de Televisión y moderado por Ana Blanco, Vicente Vallés y Pedro Piqueras. Y el propio candidato también. Rehuyó a los periodistas en su primera actividad de la mañana -un paseo por la céntrica calle de Fuencarral de Madrid, convocado improvisadamente a las dos de la madrugada y en el que aprovechó para repartir propaganda electoral-, pero luego les comunicó sus impresiones en una conversación informal con ellos durante el vuelo a Oviedo de la tarde, ciudad que acogió el mitin de la jornada. Estaba "satisfecho" porque había "cumplido sus objetivos" y pudo sacar a colación todos los temas que llevaba preparados, a excepción del capítulo de derechos y libertades, porque ocupó más tiempo la corrupción -bloque en el que destacó más la enganchada de Albert Rivera con Mariano Rajoy-. También tenía preparado un ataque a Pablo Iglesias por la deuda de IU (su aliado) con los bancos, pero como ya se lo lanzó el presidente de C's, desistió de utilizar ese argumento. Y se vio a un Rajoy "solo", lo que le permite constatar que no será de nuevo presidente porque "nadie quiere pactar con él".

El candidato subraya que se ha activado la "reserva emocional" de simpatizantes y electores socialistas al consolidarse la posibilidad de que Iglesias les supere

Sánchez quería decirle "cuatro cosas a Iglesias" y otras "cuatro a Rajoy", y lo hizo, según confesó a los informadores. "Yo vendí todo el pescado", aseguró. Y por tanto no va a cambiar su estrategia ni elevará el tono contra el secretario general de Podemos. Por mucho que los militantes le pidan que "muerda" a Iglesias. Pero el nivel de críticas ha tocado "techo", así que seguirá con su campaña "en positivo". "Es como el amigo que se compra un coche de segunda mano y se le estropea. No le puedes decir que se ha equivocado", comparó, informa EFE. Dicho de otro modo: no se puede zaherir en exceso a los electores de la formación morada, porque eso podría espantarles. El de ayer fue, por tanto, el "pico de crítica" al número uno de Unidos Podemos en este camino hacia el 26-J.

El debate a cuatro, entre bambalinas

Que no "tropiecen dos veces"

El candidato se aplicó su regla en el mitin de Oviedo, junto con el presidente del Principado, Javier Fernández, uno de los barones más distanciados de él. Sánchez pidió a los votantes socialistas que optaron por Podemos en diciembre que "no tropiecen dos veces en la misma piedra" y que no vuelvan a confiar en quienes "piden el voto para el cambio y luego lo bloquean". El secretario general cargó contra Iglesias de nuevo por sentirse "más cómodo" con Rajoy de presidente, pero "muchos de sus votantes indignados con los casos de corrupción del PP y que sufren los recortes del PP prefieren un Gobierno socialista, presidido por un presidente socialista".

En el comité electoral entienden "absurdo" elevar el tono contra Iglesias: ahuyentaría a sus votantes. No ven tampoco que haga falta precisar los pactos

"Os pido que os movilicéis -reclamó a los en torno a 1.700 simpatizantes asturianos, según la organización, congregados en el polideportivo Corredoria Arena- para que se abra una primera puerta y aquellos que dijeron que no tengan que decir sí al cambio y a un PSOE en el Gobierno". "Pido movilización y orgullo", añadió, tras proclamarse vencedor del debate a cuatro y precisar que no obstante es "más importante ganar las elecciones" para dar la vuelta a las políticas del PP. El líder había advertido minutos antes a los periodistas de su caravana que para que Iglesias "ceda" y apoye su investidura, el PSOE debe sacarle "varios cuerpos" de ventaja.

Sánchez pide a los socialistas que votaron a Podemos que no tropiecen "dos veces en la misma piedra"

No hubo más cuerpo a cuerpo contra Iglesias en el día de resaca del duelo televisivo, y es previsible que la consigna se mantenga hasta el final de campaña. "No es lógico atacar sin sentido a Podemos. Es absurdo", comenta un miembro del comité electoral socialista. Distinto es que se viertan críticas muy duras hacia la formación morada y, singularmente, hacia Iglesias, pero que las protagonicen otros dirigentes, como ha sucedido con Patxi López o Susana Díaz o, este mismo martes, Javier Fernández. En la cúpula entienden que conviene hacer un reparto de papeles, y que Sánchez, precisamente para cincelar ese "perfil presidencial", no sea el que recurra a las descalificaciones más gruesas.

Por la misma razón, evitar la fuga de votantes hacia Unidos Podemos, el equipo de campaña interpreta que es mejor no aclarar la política de pactos poselectorales. Por mucha presión que reciba. No lo hizo Sánchez durante el debate, cuando aseguró, preguntado si apoyaría a un Gobierno de Podemos, que "no es una cuestión de orden", ni de quedar segundo, tercero o cuarto, porque el PSOE defenderá lo mismo siempre y no obstante sale a "ganar las elecciones" del 26-J.

Un debate en el que entraron "fríos" todos

Ferraz también siente que no le hace falta apretar ningún botón rojo. Sánchez y sus colaboradores están convencidos de que no habrá 'sorpasso' al PSOE, porque la sola posibilidad de que cristalizase está activando a su electorado, se está despertando la "reserva emocional" de militantes y votantes para evitarlo, según contó el candidato a los periodistas. "Nuestros datos no son malos. Estamos observando que el león [de las bases socialistas] está desperezándose, que la hipótesis de un adelantamiento de Iglesias, lejos de hundir a los nuestros, está teniendo un efecto contrario", explica un alto mando del comité electoral. Sánchez, de hecho, no hace otra cosa en los últimos días que llamar a los "millones de votantes socialistas y progresistas" para que acudan a las urnas y hagan posible un cambio que "solo garantiza el PSOE".

En el equipo de campaña reconocen que Sánchez entró al debate a cuatro peor de lo que salió, y elogian que lograra "romper la polarización PP-Podemos"

En esa estrategia también se incardina el tono de "moderación" elegido por el aspirante presidencial durante el debate. Sánchez reconoció que el duelo televisivo empezó "frío" para él y para todos los demás. En su equipo señalan que estaba "planificado" que fluyera de menos a más, pero lo cierto es que por momentos dio la sensación de que estaba desaparecido, desdibujado. Al menos durante la primera hora, hasta que ya entró al cuerpo a cuerpo con Iglesias y Rajoy en el bloque temático de regeneración democrática y lucha contra la corrupción. No hubo refriegas con Rivera, a diferencia de lo que ocurrió para el 20-D. El jefe socialista niega un "pacto de no agresión" con el presidente de Ciudadanos, y este también lo hace.

El debate a cuatro no despeja dudas sobre pactos

En el comité electoral admiten que Sánchez entró en el debate tocado por las encuestas -"no es lo mismo entrar segundo que tercero, porque es más complicado hacerse un hueco", decía este martes un portavoz-, pero salió mejor porque logró "romper la polarización" que querían PP y Podemos. No recurrió a golpes de efecto ni arriesgó, porque "había que ser consecuentes con la estrategia de moderación".

El debate "mete a la gente en campaña"

El debate tiene, para los colaboradores del aspirante, otro efecto colateral: "Mete a la gente en campaña", en palabras de un alto cargo del comité electoral. Fue la tecla que también se tocó para el 20-D: tras unos días planos, sin alicientes, el cara a cara rearmó a las bases y ayudó al partido a coger oxígeno antes de las urnas. Sin embargo, en aquel duelo Sánchez destacó por su ataque a la yugular del presidente -"usted no es una persona decente"-, y en este debate a cuatro no hubo golpes bajos.

Algunos críticos lamentan que el candidato "desaprovechara la oportunidad" de imponerse a Iglesias y que lidere una "campaña sin riesgos"

Las críticas al candidato no se verbalizan en público. Pero algunos cuadros regionales y exdirigentes del partido sí reconocen en privado que Sánchez "desaprovechó la oportunidad" de imponerse a Iglesias y de marcar mejor territorio. Le acusan de protagonizar una "campaña plana, sin riesgos". "Es como si Pedro paseara por el campo. Nadie recordará qué dijo. Su intervención pasó sin pena ni gloria. No coló ninguna frase lapidaria. Y en un debate como este, tienes que ir a saco. Al final, será irrelevante a efectos electorales, y eso es dramático para nosotros a estas alturas", asegura un secretario de Organización territorial preocupado por la marcha de la campaña y la falta de 'punch' del secretario general, al que acusa de no saber "incentivar a las bases": "Hay que dar una patada al tablero para subir la tensión".

Pedro Sánchez dice que echa de menos un debate solo con Mariano Rajoy

Otras fuentes consultadas lamentan que el líder insistiera tanto en que no fue investido presidente por el "bloqueo" de los "extremos", porque suponía refrescar demasiado en la mente del espectador el "fracaso" de la investidura. En el círculo del número uno explican que era necesario remachar ese argumento ante una gran audiencia (y la hubo: 10,5 millones y un 'share' conjunto del 57% en las 17 cadenas que lo emitieron).

Sánchez continúa su periplo este miércoles en Málaga, para luego viajar a Galicia. Lo que sí ha conseguido ya es hacer viral un vídeo de su vuelta del debate a Ferraz. La culpa la tuvo una rama de un árbol que le 'asaltó' por el camino mientras su equipo le grababa para Facebook. "Este sí que fue el minuto de oro", bromeó él mismo en Twitter. Humor para una campaña aún algo sosa.

Javier Fernández, a Podemos: "Perded toda esperanza. El PSOE no es el Pasok"

Pedro Sánchez no fue deliberadamente cañero con Podemos durante su mitin en el polideportivo Corredoria Arena de Oviedo. Pero sí lo fue el presidente asturiano, Javier Fernández, el hombre que muchos consideran un referente moral del PSOE, un dirigente de convicciones recias que siempre sabe cómo tocar la fibra sensible de las bases. 

Esta vez también lo consiguió. Tiró de un estilo mitinero que encandiló al público. Advirtió de que Podemos jamás pactará con los socialistas, salvo que tenga a sus pies a un PSOE "sometido y subordinado". Solo acordará "en condiciones de total hegemonía, con un PSOE de usar y tirar, genuflexo, como hizo con los pitufos y cenizos de IU", señaló, en referencia a los insultos que Pablo Iglesias lanzó a la federación entonces dirigida por Cayo Lara. "Perded toda esperanza. El PSOE no es el Pasok", avisó. No es la formación griega tocada y hundida tras su pacto con la derecha y los duros años de crisis y rescate. 

El presidente asturiano recalcó que a veces no bastan los argumentos "fríos" para convencer a los votantes. "Tenemos que echarle pasión", "emoción", que "forma parte del misterio de la política". Y ahí fue cuando recordó las esencias del PSOE, su "orgullo", su lucha, las conquistas del pasado. "Podemos construir el futuro sin decretar el cese de lo que somos", reivindicó. "Podemos ganar, queremos ganar, vamos a ganar. ¡A ganar, compañeros! ¡Venga, joder, no pasarán!", cerró su mitin, recordando el célebre grito de Dolores Ibárruri, 'Pasionaria'. 

Adriana Lastra, cabeza de lista por Asturias y miembro de la ejecutiva de Pedro Sánchez -y mujer de su confianza-, retomó ese hilo de Fernández y advirtió de que PP y Podemos "no van a pasar". "Hay que ganar a la derecha y a quienes nacieron para matarnos a nosotros", completó. 

Ferraz diseñó una estrategia de campaña y no va a modificarla. Ni siquiera tras el debate. El asalto televisivo a cuatro no ha supuesto un punto de inflexión en el camino hacia las generales del 26 de junio. Se planteó desde el comienzo una campaña "en positivo, con propuestas", nucleada en torno a la idea de "cambio", en la que pintaba como "adversario" a Mariano Rajoy y que retrataba a Pablo Iglesias como culpable también del "bloqueo" a su investidura, y así seguirá. Pedro Sánchez no prevé elevar más el tono contra su rival más fuerte, su principal amenaza, Unidos Podemos, la coalición que se consolida (en las encuestas) como segunda fuerza. Lo que sí cree el PSOE es que el debate contribuirá a seguir movilizando a los suyos, "metiéndolos en campaña", un efecto que ya viene observando el comité electoral desde los últimos días, a medida que se reforzaba la hipótesis del 'sorpasso' en los sondeos: el de la activación de la "reserva emocional" de militantes y simpatizantes para impedirlo.

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