Sánchez activa el plan B para sustituir a Calviño con un "gran economista"

El Gobierno recién nacido está viviendo su primer choque interno en esta legislatura. Se enfrentan dos visiones antagónicas sobre el problema del paro de larga duración en España. De un lado, la vicepresidenta de Trabajo considera que la solución al problema es aumentar la cuantía y la duración de las ayudas a los desempleados porque no hay oportunidades laborales para ellos. Del otro lado, la vicepresidenta económica defiende que las ayudas deben incentivar la búsqueda de empleo. En medio de este debate clave para el mercado laboral español ha saltado la ‘noticia bomba’: Calviño saldrá del Gobierno en las próximas semanas para presidir el Banco Europeo de Inversiones (BEI).

Se le abre así una crisis al presidente Pedro Sánchez, que tendrá que buscar un relevo en pleno choque entre los dos ministerios. Pero, al mismo tiempo, también es una oportunidad para terminar de configurar un Consejo de Ministros con mayor perfil político. En los últimos años Calviño había comenzado a jugar un papel más político y menos técnico, pero sigue sin ser la faceta en la que brille. Se activa así el plan B con cuatro opciones en todas las quinielas: la creación de un superministerio, la coronación de un colaborador en auge o la redención del ‘ministro caído’ o la llegada de un ‘outsider’. Sánchez no ha querido dar ninguna pista: “En España tenemos, tanto dentro como fuera del Gobierno, grandes economistas”, explicó el jueves en entrevista en Espejo Público.

Un consejero en auge

Manuel de la Rocha es uno de los colaboradores más estrechos del presidente desde la Oficina Económica de Moncloa. Su función principal es asesorar a Sánchez en materia económica y también de actuar como su representante en el G20. Uno de los papeles más importantes que ha desempeñado durante estos años ha sido la coordinación de los fondos europeos, desde su planificación hasta su ejecución.

De la Rocha es una apuesta personal del presidente que, en algunas ocasiones ha generado controversia dentro de Moncloa. En esta legislatura ha recibido un ascenso a secretario de Estado, lo que le coloca como hombre fuerte del presidente en asuntos económicos. Su perfil es claramente técnico y cuenta con una gran experiencia en asuntos internacionales. De ahí que su nombre haya surgido con fuerza en las últimas semanas.

La redención de Escrivá

Es, probablemente, el aspirante que suscitó más consenso en las quinielas, pero en los últimos días se ha desinflado. Tiene puntos importantes a su favor: perfil técnico, prestigio internacional, dominio del sector financiero y experiencia en las negociaciones a nivel comunitario. Fuentes próximas al Gobierno creen que Sánchez ha optado por mantenerle en el Consejo de Ministros a la espera de su gran momento, que podría ser este.

Su elección supondría prorrogar la situación actual en la que la vicepresidencia primera la ocupa un independiente. Escrivá, como Calviño, no tiene carné del partido ni es diputado socialista. Además, durante la pasada legislatura protagonizó enfrentamientos broncos con la oposición, algunos economistas e incluso con periodistas, lo que podría ser un obstáculo para su candidatura.

Esta terna da al presidente del Gobierno margen para elegir entre un perfil más político, otro técnico o uno intermedio. En cualquier caso, no se descarta la irrupción de un candidato sorpresa que se quede con el puesto. De hecho, los tres principales candidatos ya han visto reajustada su participación dentro del Gobierno, con ascensos para Montero y de la Rocha, y un descenso para Escrivá.

Fusión de Economía y Hacienda

Esta es la vía para dar más peso político al PSOE dentro del Gobierno. La actual vicepresidenta cuarta, María Jesús Montero, es uno de los grandes apoyos del presidente, tanto en el Gobierno como en el partido. En esta legislatura ya ha recibido un gran ascenso, pero su influencia es tal que pocos se atreven a sacarla de las quinielas, aunque es la apuesta que menos consenso aglutina. Nadie espera que pierda la cartera de Hacienda, lo que significa que tendría que asumir las dos carteras recuperando el antiguo superministerio de Economía y Hacienda. Además, asumiría la presidencia de la Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos Económicos (CDGAE). Sería un movimiento para reforzar al partido dentro del Ejecutivo y crear un contrapeso fuerte ante Díaz.

Pero este superministro alcanzaría una gran cota de poder, como ya ocurrió en el pasado cuando Economía y Hacienda estaban fusionadas. Además, supondría una sobrecarga de trabajo en una legislatura en la que ambos ministerios van a tener grandes retos por delante, desde culminar el despliegue de los fondos europeos hasta reformar la financiación autonómica o completar la quita de deuda a las comunidades autónomas.

También el perfil de Montero tiene dos grandes inconvenientes. El primero es que los presidentes suelen priorizar perfiles más técnicos para el Ministerio de Economía. Montero no es economista, por lo que su nombre ha perdido fuerza tras las últimas declaraciones del presidente. El segundo es que se suelen buscar candidatos duchos en la negociación en Bruselas. Y el tercero, que tenga un profundo conocimiento sobre el sistema financiero. Puntos que no juegan a su favor. Otra de las opciones es que ascienda en el escalafón dentro del propio Gobierno sin asumir la cartera de Economía.

El ‘outsider’

Las palabras del jueves de Sánchez han hecho saltar las dudas entre los candidatos más cercanos al presidente. “Tanto dentro como fuera del Gobierno” resuena en algunos entornos. David Vegara es el nombre que más suena y podría superar a todos al incorporar a una cara nueva al Ejecutivo. Sin duda cumple todos los requisitos del cargo. Es un economista de prestigio especializado en mercados y con una dilatada carrera en el sector financiero.

También conoce el ministerio, ya que pasó cinco años como secretario de Estado de Economía cuando Pedro Solbes aunaba una vicepresidencia y los ministerios de Economía y Hacienda. Y tiene experiencia internacional, tanto en el Fondo Monetario Internacional, como en asuntos comunitarios, en sus cargos de presidente del Comité de Servicios Financieros y de asesor del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera.

Vegara también aúna peso político en su figura y, además, en representación del Partido Socialista de Cataluña, que ha quedado relegado en la actual composición del Ejecutivo. También fue diputado en el Congreso por Barcelona, haciendo tándem con Carme Chacón y Joan Clos. Todos estos activos en su currículum hacen que su nombre sea un habitual en las quinielas ya desde el primer gobierno de Pedro Sánchez. En aquel momento nadie contaba con Calviño, ¿surgirá ahora otro nombre que esté hoy fuera de los focos?

El propio Sánchez ya ha explicado que no tendrá prisa por nombrar al sustituto de Calviño. Antes dejará que se formalicen todos los trámites para su designación como presidenta del BEI, lo que tardará aún unas semanas. No se espera, por el momento, un nombramiento inminente, lo que provocará que los rumores sigan creciendo.