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Reagrupamiento familiar: por qué las pensiones vuelven al ámbito socialista
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ELMA SAIZ, NUEVA MINISTRA

Reagrupamiento familiar: por qué las pensiones vuelven al ámbito socialista

La salida de Escrivá supone que los socialistas recuperan la Seguridad Social, un espacio que nunca antes habían dejado en manos de independientes. Sánchez no ha querido aumentar el poder de Díaz reunificando Trabajo y Seguridad Social

Foto: Elma Saiz, en una imagen de archivo. (Europa Press/Eduardo Sanz)
Elma Saiz, en una imagen de archivo. (Europa Press/Eduardo Sanz)
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Hacer de la necesidad virtud, como dijo el presidente del Gobierno durante el debate de investidura, es lo que explica que en la anterior legislatura Pedro Sánchez decidiera segregar Trabajo y Seguridad Social, dos departamentos que históricamente, al menos desde 1981, habían estado unidos.

La razón era muy simple. El nuevo Gobierno de coalición echaba a andar y en ese momento entregarle la doble cartera a Yolanda Díaz —por entonces perfectamente alineada con Pablo Iglesias era darle demasiado poder. Un dato lo explica mejor que nada: la Seguridad Social, con sus más de 200.000 millones de presupuesto, supone un tercio de los recursos del Estado y, por lo tanto, de la capacidad de gasto.

La decisión causó sorpresa porque desde que la Seguridad Social dejó de ir de la mano de Sanidad, algo comprensible por la cesión de competencias a las CCAA y por la propia naturaleza del sistema sanitario, que pasó de financiarse con cotizaciones a hacerlo con impuestos, se ha entendido que Trabajo y Seguridad Social debían ir en la misma estructura organizativa.

Básicamente, por una razón: el empleo, a través de las cotizaciones, es la principal fuente de financiación de la Seguridad Social, y, por lo tanto, carece de sentido separarlos. Entre otras razones, porque las políticas laborales influyen de forma muy determinante en los ingresos del sistema público de protección social, y de ahí que durante casi 40 años fueran una misma cosa. La cuantía del salario mínimo, por ejemplo, influye en la recaudación, como lo hace la legislación laboral, ya sean las horas extraordinarias o la política de contrataciones. Y esas son competencias de Trabajo.

Foto: Elma Saiz, a la derecha, junto al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y a la presidenta de Navarra, María Chivite. (EFE/Jesús Diges)

El presidente Sánchez, sin embargo, tiró por la calle de en medio y decidió la segregación, lo que dio lugar a algunas frustraciones internas. En primer lugar, por colocar a Escrivá, que era ajeno al PSOE y al mundo del trabajo, un área que siempre se han reservado los socialistas cuando han gobernado ya desde los tiempos de Largo Caballero. Y, en segundo lugar, porque segregaba un ministerio tan relevante que ahora pretendía volver a unir la vicepresidenta Yolanda Díaz, pero que Sánchez ha negado.

Regreso a los orígenes

El nombramiento de Elma Saiz, la socialista navarra, en este sentido, es un regreso a los orígenes. Aunque Saiz no es una experta en Seguridad Social (su formación tiene más que ver con la fiscalidad, aunque no en el plano teórico, sino práctico) ni tampoco viene del sindicalismo, salvo por su vinculación personal con un ex secretario general de la UGT de Navarra, su elección significa que los socialistas vuelven a ocupar un ministerio que consideran suyo por razones históricas, ya que está vinculado a la cuestión social, que se decía antes. Saiz, de hecho, en su calidad de propietaria de una gestoría en Pamplona, fue afiliada a la UPTA, el sindicato de autónomos tradicionalmente vinculado a UGT.

Como asegura un veterano dirigente socialista, con su nombramiento, el sistema de pensiones "vuelve al hogar", algo, por cierto, especialmente relevante debido a la influencia electoral que tienen más de nueve millones de pensionistas. Precisamente, el espacio más propicio para el PSOE, como llegó a reconocer el propio Feijóo en su análisis de las elecciones del 23-J-. El primer paso se pudo observar con la salida de Israel Arroyo como secretario de Estado de Seguridad Social y su sustitución por alguien más cercano al PSOE, como es el actual número dos del ministerio, Borja Suárez. Ahora, viene de la mano de María Chivite, la presidenta de Navarra, que, como ella misma ha revelado, fue el nombre que le dio a Sánchez cuando el presidente le preguntó por algún candidato navarro. Su elección fue Elma Saiz.

Su elección significa que los socialistas vuelven a ocupar un ministerio que consideran suyo por razones históricas

Aquella segregación dejó al SEPE, otro departamento que siempre ha sido la niña bonita de los socialistas, bajo la dirección de Yolanda Díaz, algo que en su momento, y todavía ahora, sigue sin gustar a los pata negra del partido en el ministerio, que además vieron cómo la formación profesional, otra área histórica del Departamento de Trabajo, volaba a Educación, y ahí se ha quedado.

Hay quien sostiene que puede haber una segunda clave. Tras el acuerdo del PSOE con el PNV sobre el traspaso de la gestión económica de la Seguridad Social al País Vasco, se interpreta que una socialista navarra puede colaborar en esa dirección. Pero no está claro. Básicamente, porque muchos dirigentes socialistas vinculados al mundo del trabajo no entienden que se pueda poner en riesgo la caja única de la Seguridad Social, pero también porque los propios sindicatos recelan de la idea.

Foto: Frenando Clavijo, presidente de Canarias, y Aitor Esteban, en un acto en las islas. (EFE/Quique Curbelo)

Otra cosa es que se haga algún gesto más simbólico que real, como poner algún sello autonómico en el pago de las pensiones, pero algo muy distinto es empezar a trocear la Seguridad Social, aunque sea solamente la gestión administrativa. El Gobierno vasco, de hecho, ya complementa las pensiones y no pasa nada, pero sin romper la caja única. Ese camino lo iniciaron la exministra Carolina Darias y la vicelehendakari Idoia Mendia, pero desde entonces no ha fructificado por la oposición de amplios sectores, además de las dudas jurídicas.

Nadie sabe qué opina la nueva ministra de la Seguridad Social del asunto, por una razón evidente. Su experiencia en el tema es más como profesional de una gestoría que como una experta en la materia.

Hacer de la necesidad virtud, como dijo el presidente del Gobierno durante el debate de investidura, es lo que explica que en la anterior legislatura Pedro Sánchez decidiera segregar Trabajo y Seguridad Social, dos departamentos que históricamente, al menos desde 1981, habían estado unidos.

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