La socialista Chivite repite como presidenta de Navarra con la abstención de Bildu

No hubo sorpresa en Navarra. La socialista María Chivite ha sido reelegida este martes presidenta de la comunidad foral en segunda votación, tras fracasar el primer intento 24 horas antes, y con la abstención de EH Bildu. La dirigente, que encara su segundo mandato en la región, ha contado con los votos favorables del PSN, Geroa Bai y Contigo Zurekin, suficientes para la mayoría simple gracias a la posición de la formación abertzale radical.

Chivite gobernará Navarra en una situación compleja y de cierta debilidad, del mismo modo que la última legislatura. El partido de Arnaldo Otegi será clave para el devenir de la comunidad y el precio que exigirá no será bajo. La portavoz de Bildu en Navarra, Laura Aznal, ya advirtió de esta circunstancia en la primera sesión de la investidura, cuando puso sobre la mesa el debate sobre la soberanía de Navarra, su derecho a decidir y la imposición del euskera como lengua en el territorio. "Sabe que una cosa es superar una investidura y otra gobernar durante cuatro años. Nuestro compromiso no es con usted, ni con los partidos que van a conformar el Gobierno. Nuestro compromiso es con el pueblo de Navarra", subrayó Aznal durante su intervención de este lunes ante la dirigente socialista.

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Agencias

El escenario que se prevé no es nuevo para Chivite. Tampoco para el PSOE, que ha convertido a EH Bildu en uno de sus socios prioritarios a nivel nacional. La formación de Gobierno en Navarra, de hecho, coincide con las negociaciones para la configuración de la Mesa en el Congreso de los Diputados y la investidura de Pedro Sánchez. El voto de la formación abertzale radical se da por descontado en ambos casos, si bien exigirá nuevas contrapartidas al futuro Ejecutivo.

María Chivite ha repetido el resultado de este lunes, con los 21 apoyos de los tres partidos que han firmado el pacto de Gobierno, PSN (11), Geroa Bai (siete) y Contigo-Zurekin (tres), además de la abstención de EH Bildu (nueve). Con 50 parlamentarios, ha recibido el rechazo de UPN (15), PP (tres) y Vox (dos). En esta ocasión, sin embargo, era suficiente la mayoría simple y obtener más síes que noes. La socialista, tras anunciar el presidente que sería la jefa del Ejecutivo y tras saludar a su compañero Ramón Alzórriz, se ha dirigido a sus socias Uxue Barkos (Geroa Bai) y Begoña Alfaro (Contigo Zurekin).

La investidura llega dos meses y medio después de las elecciones forales, que se celebraron el 28 de mayo y que mantuvo al PSN con 11 parlamentarios. El bloque de los socios que formaban el anterior Ejecutivo se redujo en dos asientos, pero con la abstención de EH Bildu los números daban igual que hace cuatro años.

Tensa negociación

Las elecciones generales y las diferencias entre los socios han ralentizado el proceso de investidura hasta tal punto de que, a principios de agosto, estuvieron a punto de romperse las negociaciones. Finalmente, tras resolver las discrepancias internas en la coalición Geroa Bai, de la que forman parte los Socialverdes y el PNV, y una reunión entre los socios de Gobierno de cinco horas, se cerró un acuerdo que incluye un programa y una estructura para el Gobierno.

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La sesión de investidura se ha celebrado este lunes y martes, en pleno puente de agosto, cuando muchas localidades navarras celebran sus fiestas patronales y con temperaturas superiores a los 30 grados. Esto ha provocado la curiosa imagen del parlamentario de EH Bildu Adolfo Araiz vestido de blanco y rojo durante la segunda votación, ya que se están celebrando las fiestas de su localidad, Tafalla. Este lunes se perdió el inicio de las fiestas y este martes ha acudido directo procedente de ellas, con una blusa verde atada a la cintura.

Los grupos que han votado en contra criticaron a Chivite por firmar un "acuerdo de perdedores", seguir apostando por aprobar sus medidas con EH Bildu y no hacer caso a la oferta que UPN puso encima de la mesa de formar Gobierno con los regionalistas. Entre los socios de Gobierno, cada cual marcó el que será su territorio durante los próximos cuatro años y cuáles serán sus exigencias, mientras que los abertzales radicales recordaron que vienen a "segar".