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El crecimiento del empleo público explica la brecha del PIB de España con Europa
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Más ocupados, pero menos PIB

El crecimiento del empleo público explica la brecha del PIB de España con Europa

El empleo en España ha crecido más rápido que en Europa, pero sigue a la cola en la recuperación del PIB y de las horas trabajadas

Foto: Imagen de una oficina de empleo. (EFE/Luis Millán)
Imagen de una oficina de empleo. (EFE/Luis Millán)
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En los últimos años, han sido habituales las noticias del sorpaso de los países del este de Europa a España en PIB per cápita. El país sigue perdiendo posiciones alejando el sueño de la convergencia a la media de producción de la eurozona. En la crisis del coronavirus, como ya ocurrió con la crisis financiera de 2008, España sale como uno de los países más rezagados. Sin embargo, el mercado laboral ha tenido un comportamiento favorable durante esta crisis. Si en la crisis del euro el desempleo se disparó por encima del 26%, en esta ocasión se mantuvo a raya: el pico de paro se situó en el 16% y rápidamente volvió a reducirse por debajo del 13%.

Una de las paradojas es que España ha creado más empleo desde el inicio de la pandemia que el conjunto de la eurozona. En concreto, el número de ocupados se ha incrementado un 4,5% (comparativa del primer trimestre de 2023 con el primero de 2019), mientras que en el conjunto de la eurozona el empleo ha aumentado un 3,2%. Esto significa que el ritmo de creación de empleo en España ha sido un 25% superior al del área del euro, según la Encuesta de Población Activa europea (LSF).

Foto: La plaza Mayor de Madrid, vacía durante el confinamiento. (EFE/Fernando Villar)

Esta paradoja todavía intriga a los economistas. Una de las posibles explicaciones está en una mala medición del PIB en España, por la cual el INE habría infraestimado la producción del país. Algunos economistas, como es el caso de José Manuel Naredo o Miguel Artola y Francisco Melis, se apoyan en la evolución de otras macromagnitudes, como las bases imponibles, para argumentar que el problema reside en una mala técnica estadística.

También hay otras posibles causas complementarias. Una de ellas es la composición del empleo que se ha creado desde que comenzó la pandemia. España es uno de los países europeos en los que más ha crecido el empleo público, tanto en la propia administración como en educación y, especialmente, en sanidad. Casi el 55% del empleo creado en España corre a cargo de las administraciones públicas, la educación y la sanidad.

Estas actividades han aumentado el empleo total de España un 2,4%, mientras que en la eurozona ha sido el 1,7%. Esta composición del mercado laboral explica que los niveles de productividad (en términos de PIB por ocupado) y las horas trabajadas se hayan recuperado más lentamente en España, ya que se trata de actividades menos productivas y con menor carga de trabajo que la media nacional.

Si se observan los datos del año 2019 (para evitar suspicacias sobre el cálculo del PIB desde la pandemia), el sector público generaba un valor añadido por hora trabajada casi un 5% inferior a la media nacional. Y como estos ocupados trabajan menos horas, la producción por cada trabajador era un 16% inferior. Esto significa que el crecimiento tan fuerte de estas actividades, por efecto composición, estaría dificultando la recuperación del PIB.

El crecimiento del empleo público durante la pandemia ha sido consecuencia del déficit de servicios públicos, que quedó en evidencia con el estallido del covid. Los recortes aplicados desde el año 2011 dejaron plantillas esquilmadas en servicios esenciales, que han tenido que recomponerse en los últimos años. Las comunidades autónomas, que tienen una buena parte de estas competencias (en especial, sanidad y educación) han elevado su gasto público estructural en más de un punto del PIB, pasando del 14% al 15,5%, según los cálculos de Ángel de la Fuente, de Fedea. Esta consolidación del gasto público no va a desaparecer, pero tiene un efecto importante, tanto en la recuperación del empleo, como del PIB y el déficit público.

Foto: Reunión de los coordinadores del programa electoral del PSOE. (EFE/Eva Ercolanese)

Otro de los sectores en los que España ha conseguido un importante crecimiento por encima del europeo es el de transportes y logística. Desde el año 2019, ha aumentado el empleo total del país un 0,5%, mientras que en la eurozona se ha mantenido estancado. Este crecimiento es consecuencia de la recuperación del turismo y también del peso creciente del sector de la paquetería y la logística en España. Como ocurre con el empleo público, la productividad de estas actividades por cada ocupado es también inferior a la media nacional, en concreto, un 20% menor.

Hay un sector que compensa al del transporte y es la industria. Este sector ha elevado el empleo total de España un 0,4% desde que comenzó la pandemia, pero en el conjunto de la eurozona se ha mantenido estancado. Las explicaciones a esta brecha está en las ganancias de competitividad que ha conseguido el país gracias a la contención salarial y a la moderación de los precios. El resultado es que ha crecido intensamente el empleo en una actividad cuya productividad es casi un 40% superior a la media nacional.

En la eurozona, el crecimiento ha sido más intenso en el sector de la información y las comunicaciones, que incluye las actividades TIC, que aportan un elevado valor añadido. De hecho, la productividad por ocupado en términos de PIB es cinco puntos superior a la de la industria.

Esta composición del empleo creado explicaría la paradoja del mercado laboral español, o al menos una parte. Una intensa creación de empleo no garantiza un comportamiento muy favorable del PIB, si los sectores que tiran del carro generan escaso valor añadido.

En los últimos años, han sido habituales las noticias del sorpaso de los países del este de Europa a España en PIB per cápita. El país sigue perdiendo posiciones alejando el sueño de la convergencia a la media de producción de la eurozona. En la crisis del coronavirus, como ya ocurrió con la crisis financiera de 2008, España sale como uno de los países más rezagados. Sin embargo, el mercado laboral ha tenido un comportamiento favorable durante esta crisis. Si en la crisis del euro el desempleo se disparó por encima del 26%, en esta ocasión se mantuvo a raya: el pico de paro se situó en el 16% y rápidamente volvió a reducirse por debajo del 13%.

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