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España crece un 0,6% hasta marzo y recupera el PIB prepandemia cuatro años después
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REVISIÓN DE LA CONTABILIDAD NACIONAL

España crece un 0,6% hasta marzo y recupera el PIB prepandemia cuatro años después

El INE eleva una décima el PIB trimestral gracias al tirón del sector exterior, pero España ha sido el último país de la eurozona en recuperar los niveles de 2019. El consumo hace agua

Foto: Una terraza en Bilbao. (EFE/Luis Tejido)
Una terraza en Bilbao. (EFE/Luis Tejido)

España sigue creciendo con fuerza pese a las turbulencias por la inflación y las subidas de los tipos de interés. Tras sufrir el mayor hachazo por el covid, y el más persistente, de todas las economías de la zona euro, la cuarta potencia de la moneda única por fin ha recuperado el PIB prepandemia. Así lo corrobora la revisión de la contabilidad nacional del primer trimestre, publicada este viernes por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Nuestro país creció un 0,6% durante ese periodo, una décima más de lo aventurado en abril, gracias al tirón del sector exterior. La atonía del consumo de las familias por segundo trimestre consecutivo constituye la nota negativa.

La vicepresidenta primera, Nadia Calviño, ha destacado el ritmo de crecimiento del país, que será una de las bazas del Ejecutivo para tratar de revalidar su mandato tras las elecciones generales del próximo 23 de julio: "La economía española es la que más crece del conjunto de la Unión Europea, a un ritmo del 4,2%, cuatro veces más que la media". Se trata del dato interanual, que abarca los últimos cuatro trimestres y el INE ha revisado cuatro décimas al alza. Sin embargo, la también ministra de Economía obvia que España ha sido el último país de la zona euro en recuperar el PIB de 2019, antes de que estallase la crisis sanitaria, y el penúltimo de la Unión Europea. Entre los Veintisiete, la República Checa es el único que no lo ha conseguido.

España, que se había quedado a solo 0,18 puntos en el avance de la contabilidad nacional publicado en abril, lo logra ahora no solo gracias a la revisión de una décima al alza para el primer trimestre, sino a la misma corrección positiva para el último trimestre de 2022, que cerró con un crecimiento del 0,5%. El comienzo del año, mucho mejor de lo esperado, disipa los miedos a una recesión técnica —dos trimestres consecutivos en negativo— y ha permitido conjurar el temido efecto arrastre (carry-over) para el conjunto de 2023. Esto explica que todos los organismos, nacionales e internacionales, estén revisando al alza las previsiones para este ejercicio, como ha hecho esta semana el Banco de España, que ya estima un crecimiento del 2,3%, superior al del Gobierno.

La clave de esta vitalidad de la economía está en el sector exterior. España bate cada mes su récord de exportaciones, que volvieron a crecer un 5,7% en el primer cuarto del año, muy por encima del incremento de las importaciones (2,6%). Este saldo positivo permitió compensar la atonía de la demanda nacional, que cayó un 0,9% y registra su segundo trimestre consecutivo en negativo. Si España fuese una economía cerrada, la recesión que muchos auguraban se habría llevado por delante el crecimiento, pero la fortaleza de los intercambios con el exterior lo ha evitado. De ahí la preocupación de muchos economistas sobre lo que pueda pasar en la segunda mitad del año, cuando algunos de los vientos de cola que están impulsando el crecimiento tenderán a amainar. Si el resto de Europa no tira, es muy difícil que la economía del cuarto país del euro mantenga el impulso.

España crece, pero las familias sufren. Esta es la paradoja que muestra la contabilidad nacional, que refleja un descenso trimestral del 1,3% en el gasto en consumo final de los hogares, debido a un poder adquisitivo muy erosionado por la inflación. También las administraciones públicas redujeron sus desembolsos (-1,6%). En cambio, el sector exterior tuvo un aliado para impulsar el crecimiento. Es la inversión, que aumentó un 1,1% tras dos trimestres a la baja. El Gobierno confía en que la llegada de los fondos de recuperación europeos sostenga la economía ante los desafíos que se plantearán tras el verano.

Los datos del primer trimestre no son coyunturales, sino que demuestran una tendencia de fondo que se empieza a consolidar en este ciclo expansionista. De los 4,2 puntos que creció España en el último año —tras el final de la variante ómicron y, por tanto, la reapertura total de la economía—, 2,8 corresponden al sector exterior y solo 1,4 a la demanda nacional. En otras palabras: el saldo con terceros países explica el doble del crecimiento que la suma del consumo y la inversión interna. No hay que olvidar que, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), España es la gran economía del euro donde más bajaron los salarios reales en 2022.

España sigue creciendo con fuerza pese a las turbulencias por la inflación y las subidas de los tipos de interés. Tras sufrir el mayor hachazo por el covid, y el más persistente, de todas las economías de la zona euro, la cuarta potencia de la moneda única por fin ha recuperado el PIB prepandemia. Así lo corrobora la revisión de la contabilidad nacional del primer trimestre, publicada este viernes por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Nuestro país creció un 0,6% durante ese periodo, una décima más de lo aventurado en abril, gracias al tirón del sector exterior. La atonía del consumo de las familias por segundo trimestre consecutivo constituye la nota negativa.

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