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El IPC se modera otra vez en octubre (7,3%), pero el PIB empieza a estancarse (0,2%)
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EL SECTOR EXTERIOR lastra LA ECONOMÍA

El IPC se modera otra vez en octubre (7,3%), pero el PIB empieza a estancarse (0,2%)

España registra un crecimiento raquítico en el tercer trimestre que allana el camino para una recesión técnica. El frenazo ya se deja sentir en los precios, que se moderan 1,6 puntos

Foto: Una industria en Toledo. (EFE/Ismael Herrero)
Una industria en Toledo. (EFE/Ismael Herrero)

La inflación pisa el freno, pero la economía española también lo hace. El estancamiento que predecían todos los organismos internacionales empieza a ser una realidad, según el dato de PIB que ha dado a conocer este viernes el Instituto Nacional de Estadística (INE). La economía de nuestro país solo ha crecido un 0,2% en el tercer trimestre, frente al 1,5% del segundo, lastrada por el sector exterior. La intensa recuperación del turismo no ha sido suficiente para continuar el fuerte impulso que, con la excepción del primer trimestre de 2022 —en plena explosión de la variante ómicron del coronavirus—, ha caracterizado el repunte de la economía española desde el final del estado de alarma.

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La ralentización de la actividad allana el camino para el escenario más temido por muchos: la recesión. Aunque ningún organismo estima que el PIB se pueda contraer el año que viene, todos han dado un fuerte hachazo a sus previsiones, que se sitúan en una horquilla de entre el 1% y el 1,5%. Y esto es así porque cada vez son más las voces que alertan de una posible recesión técnica este invierno, es decir, dos trimestres consecutivos en negativo (el último de 2022 y el primero de 2023) que arrastrarían al resto del año a un crecimiento raquítico.

La inflación es uno de los responsables, al impactar directamente en el poder adquisitivo de las familias y, por tanto, en el consumo. Sin embargo, esta se modera por tercer mes consecutivo, precisamente por el parón de la actividad económica, tanto en España como en el resto del mundo. La caída de la energía ha llevado el dato adelantado de octubre del índice de precios de consumo (IPC) a su menor nivel desde enero: un 7,3%, 1,6 puntos menos que en septiembre. En cambio, la cifra mensual repuntó cuatro décimas —su menor subida en este mes desde 2013— y la inflación subyacente, que elimina el impacto de los elementos más volátiles, como los propios precios energéticos, se mantuvo en el 6,2%.

La fuerte caída del gas y de la electricidad por la menor demanda en una Europa ansiosa por independizarse del Kremlin ha sido la principal responsable de la moderación de los precios, con el vestido y el calzado en segundo lugar. También empieza a ayudar el conocido como efecto base. Para determinar la variación del IPC, se compara el precio actual de la 'cesta de la compra' con el de hace un año, cuando la crisis energética ya empezaba a tomar cuerpo. Lo más probable, por tanto, es que la tendencia descendente continúe, alentada por el enfriamiento de la economía como consecuencia de las subidas de tipos del Banco Central Europeo. España ha doblado por fin la curva de la inflación, que ya se sitúa por debajo de la media de la zona euro, mientras la preocupación empieza a trasladarse hacia el crecimiento.

La economía pisa el freno

La economía de nuestro país ha pisado el freno, como se aprecia al ampliar la perspectiva. En los últimos 12 meses 'solo' ha crecido un 3,8%, prácticamente la mitad que el dato interanual del trimestre anterior, que ascendía al 6,8%. La ralentización es un hecho, pero el Ministerio de Economía prefiere ver el vaso medio lleno: "La economía española ha seguido creciendo, incluso en un trimestre marcado por el deterioro del entorno exterior y las subidas de los tipos de interés".

De momento, el Ejecutivo es el único que prevé un crecimiento superior al 2% el año que viene, y la vicepresidenta Nadia Calviño ha negado en varias ocasiones que España se encamine hacia una recesión técnica. "Es muy probable que el crecimiento anual de 2022 se sitúe incluso por encima del 4,4% de la previsión del Gobierno", añade el ministerio.

Foto: Cristina Herrero, presidenta de la AIReF. (EFE/Javier Lizón)

Sin embargo, la difícil situación que atraviesan Alemania y las grandes economías europeas, principales socios comerciales y emisores turísticos de España, deja a nuestro país ante un panorama muy difícil. La contabilidad nacional del tercer trimestre arroja algunas pistas. Las exportaciones solo aumentaron un 1,3% entre julio y septiembre, tras un año con incrementos trimestrales en el entorno del 5%, y hacen que el sector exterior reste ocho décimas al crecimiento del PIB. Esto contrasta con la mejor salud de la demanda nacional, que subió un 1,1%, frente al aumento del 0,6% que había experimentado entre abril y junio.

Pese a que también se ralentiza una décima, el consumo de los hogares (1,1%) ha sido el principal motor de crecimiento en el tercer trimestre, gracias al ahorro embalsado que todavía queda tras la pandemia. En términos interanuales, la contribución de la demanda nacional al crecimiento del PIB fue de 0,8 puntos, 1,1 menos que en el segundo trimestre, mientras que la demanda externa aportó 3 puntos, 1,9 menos que en primavera.

El sector servicios todavía crece, pero la industria y la construcción permanecen estancadas

El sector servicios volvió a tirar, una vez más, de la economía, con un crecimiento del 0,7%, liderado por el comercio, transporte y hostelería, que subieron un 1,3% en plena campaña de verano. Sin embargo, el frenazo en este ámbito también resulta apreciable: durante el segundo trimestre se había disparado un 5,2%, en un rebote espectacular que impulsó el dato de PIB y obligó a todas las instituciones a revisar al alza las previsiones de crecimiento de la economía española durante este año.

En contraste con la vitalidad que aún presenta el sector terciario, la industria (0,1%) y la construcción (-0,1%), muy afectadas por el aumento de los precios de las materias primas y la energía, permanecen estancadas. Otro dato preocupante es el número de horas trabajadas, que baja un 0,1% respecto al segundo trimestre. De hecho, la Encuesta de Población Activa (EPA) conocida este jueves ya apuntaba al estancamiento de la economía, con 61.000 desempleados más, el peor dato para un verano desde 2012.

La inflación pisa el freno, pero la economía española también lo hace. El estancamiento que predecían todos los organismos internacionales empieza a ser una realidad, según el dato de PIB que ha dado a conocer este viernes el Instituto Nacional de Estadística (INE). La economía de nuestro país solo ha crecido un 0,2% en el tercer trimestre, frente al 1,5% del segundo, lastrada por el sector exterior. La intensa recuperación del turismo no ha sido suficiente para continuar el fuerte impulso que, con la excepción del primer trimestre de 2022 —en plena explosión de la variante ómicron del coronavirus—, ha caracterizado el repunte de la economía española desde el final del estado de alarma.

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