Los líderes europeos presionan para lograr un acuerdo sobre el tope del gas en octubre
Los jefes de Estado y de Gobierno intentan acercar un terreno común para acordar medidas a nivel europeo para frenar los precios de la energía
En los días previos al Consejo Europeo informal que se ha celebrado este viernes en Praga (República Checa) fuentes diplomáticas auguraban una “acalorada” discusión en materia de energía. Todos los líderes europeos están de acuerdo en que los precios tienen que bajar, pero hay una importante división sobre cómo hacerlo, especialmente cuando se trata de hablar sobre los precios del gas, con dos grupos bastante definidos: los que creen que ha llegado el momento de adoptar medidas extraordinarias de forma rápida y los que creen que las ideas del primer grupo son “radicales” y prefieren evitar riesgos. Pero, incluso entre divisiones, sin tener todavía claro cuál es la fórmula que debe adoptarse, “las cosas se están moviendo”, ha celebrado el primer ministro italiano Mario Draghi.
Los líderes han acordado pedir a la Comisión Europea un plan para la próxima reunión de líderes europeos, que se celebra los próximo 20 y 21 de octubre y el objetivo es intentar alcanzar un acuerdo en ella. “La Comisión presentará al próximo Consejo una propuesta en la que los tres elementos estarán contemplados: disminución de precios, tener un elemento de solidaridad en el mecanismo y un inicio de reforma del mercado de la electricidad”, ha explicado a su salida del encuentro Draghi. Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, ha prometido propuesta “concretas” que se conocerán “en las próximas semanas”. “Lo que esperamos es una propuesta legislativa”, ha asegurado Pedro Sánchez, presidente del Gobierno.
Las reuniones informales, como esta, son discusiones estratégicas, en las que no se toman decisiones formales, ni siquiera se adoptan conclusiones. Pero sirven para guiar el debate a medio plazo, para saber hacia dónde avanzar. En este caso, la cumbre servía como una antesala para el Consejo Europeo de finales de octubre. En estos momentos, las discusiones sobre la cuestión energética son complejas, muy técnicas. Pero lo que se espera es que los líderes puedan dar un empuje político. “Se está a unos niveles muy técnicos, los líderes lo que pueden hacer es dar el impulso”, explica una fuente diplomática.
“No hemos entrado en detalle”, ha admitido Draghi. “La presidencia checa convocará tantos consejos de energía como sean necesarios”, ha explicado el italiano, que ha señalado que espera que a la próxima reunión de jefes de Estado y de Gobierno llegue “algo más claro y concreto” y no “propuestas vagas” como han estado circulando en las últimas semanas. De cara a esa reunión, “España y una amplia mayoría de países esperamos que se adopten” medidas, ha explicado Sánchez.
Antes de que los líderes se reunieran este jueves en la capital checa, la presidenta de la Comisión Europea envió una carta con una serie de ideas y propuestas para intentar frenar en seco los precios del gas, que será sobre la que el Ejecutivo comunitario tendrá que trabajar en las próximas semanas. Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, celebró que el Ejecutivo español se veía reflejado en la carta. Fuentes diplomáticas españolas admitían que se sentían reivindicadas al ver reflejada en la carta de Von der Leyen muchas de las ideas que Madrid viene defendiendo desde septiembre de 2021 sin que, hasta hace muy poco, nadie en Bruselas las considerara como propuestas realistas.
“La carta de Von der Leyen está marcando el tono” de la discusión, ha señalado una fuente diplomática durante el encuentro. Una de las propuestas principales de la alemana consiste en una idea que la Comisión lleva circulando desde hace días, y que ya puso sobre la mesa la propia Von der Leyen en el pleno de la Eurocámara esta semana: un tope al precio del gas para la generación de electricidad. También proponía un mecanismo de compra conjunta de gas o una nueva referencia de precios que reemplace al índice TTF.
Los Estados miembros tienen muchas divisiones sobre cómo afrontar la crisis. Una de las más importantes es si se debe establecer un tope al precio del gas importado. Alemania se opone a la idea, mientras que la Comisión Europea hasta ahora ha arrastrado los pies, limitándose a proponer que se limite solamente para Rusia. Sin embargo, un importante grupo de 15 Estados miembros, entre los que se encuentra España, piden establecer un precio límite a todas las importaciones. En todo caso, este segundo bloque no está alineado sobre de qué forma aplicar ese tope. Italia y Bélgica, por ejemplo, han estado circulando un documento de reflexión que intenta aplacar las dudas de Alemania, es decir, que también pueda convencer a los socios “fiables” de la Unión, como Noruega, países que han aumentado el suministro a los Veintisiete para sustituir el gas ruso.
Los ministros de Energía ya acordaron en septiembre un paquete de primeras medidas que incluyó un tope a los ingresos de las energías inframarginales, un impuesto del 33% sobre los beneficios extraordinarios de las energías fósiles y un plan de reducción del consumo eléctrico en las horas pico. Las medidas sobre el mercado del gas quedaron aplazadas a la espera de poner tener un debate a fondo sobre el asunto, que es precisamente lo que está ocurriendo ahora.
Hay ideas de unos y otros, distintas fórmulas, algunos puntos de encuentro y muchos desacuerdos. Pero lo que hay es también cierta parálisis que está provocando que las capitales que quieren que se tomen medidas urgentes estén nerviosas, como admiten fuentes diplomáticas. “Hay sensación de urgencia”, señala otra fuente al explicar el ambiente de la discusión entre los líderes europeos. Los ministros de Energía toman el testigo del debate con un encuentro informal este martes y miércoles en la misma ciudad de Praga, trabajando de cara al próximo Consejo Europeo.
Tensiones con Alemania
El debate ha estado dominado por la sombra del acuerdo por parte del Gobierno alemán para aprobar un plan de 200.000 millones de euros ante la crisis energética, un anuncio que ha generado muchos nervios en otros Estados miembros y también en la Comisión Europea ante el riesgo de que se genere una “fragmentación” del mercado interior. Mateusz Morawiecki, primer ministro polaco, incluso ha advertido del riesgo de “destrucción” del mercado interior, algo que, ha asegurado, “tendrá lugar en caso de que al Gobierno alemán se le permita subsidiar solo a sus propias empresas”, ha asegurado al llegar al encuentro.
En los días previos a la reunión, otros líderes europeos mostraron su preocupación por el plan de Berlín. El primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, ha advertido del inicio del “canibalismo en la UE”, y Draghi, todavía al frente del Gobierno italiano, también ha mostrado sus dudas al respecto. Los comisarios europeos Thierry Breton, de Mercado Interior, y Paolo Gentiloni, de Economía, han criticado también la idea del Gobierno de Olaf Scholz y han pedido a cambio un plan europeo como el SURE, que permitió financiar con deuda europea un plan de créditos para apoyar los esquemas de regulación temporal de empleo.
En los días previos al Consejo Europeo informal que se ha celebrado este viernes en Praga (República Checa) fuentes diplomáticas auguraban una “acalorada” discusión en materia de energía. Todos los líderes europeos están de acuerdo en que los precios tienen que bajar, pero hay una importante división sobre cómo hacerlo, especialmente cuando se trata de hablar sobre los precios del gas, con dos grupos bastante definidos: los que creen que ha llegado el momento de adoptar medidas extraordinarias de forma rápida y los que creen que las ideas del primer grupo son “radicales” y prefieren evitar riesgos. Pero, incluso entre divisiones, sin tener todavía claro cuál es la fórmula que debe adoptarse, “las cosas se están moviendo”, ha celebrado el primer ministro italiano Mario Draghi.
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