El consumo de gas convencional en España se hunde el triple que en los países de su entorno
Enagás registra un retroceso del 34% del consumo de gas convencional en España durante el verano con respecto al mismo periodo del año anterior, mientras que en Francia, Italia o UK el descenso fue de alrededor del 10%
La industria española está sufriendo con más fuerza algunas consecuencias de la crisis energética que en los países de su entorno. Así lo demuestran los datos registrados por Enagás, que pone el foco en la diferencia con los Estados vecinos.
Según un documento del gestor del sistema gasista, al que ha tenido acceso El Confidencial, el consumo de gas convencional en España —indicador que sirve como termómetro de la actividad— cayó un 34% en julio y agosto con respecto al mismo periodo del año anterior.
Frente a este fuerte descenso, Enagás refleja en Francia una caída del 12,1%, en Italia una del 9,9% y en Reino Unido una del 9,6%. Es decir, que el consumo de gas convencional, la mayor parte del cual es utilizado por la industria, descendió el triple en España que en los países vecinos, pese a que también están sufriendo la escalada de precios del gas en el mercado mayorista. Incluso en Portugal el retroceso es muy inferior al de España. El país luso registró una caída del 15,7%, la mitad que en territorio nacional.
Este descenso se da en plena oleada de anuncios de paradas de producción en la industria para capear la crisis de precios, que está llevando a grandes productores a plantear ERTE en algunos de sus centros productivos.
En este punto, cabe estacar que a finales de 2021 las grandes suministradores de gas como Naturgy o Unión Fenosa Gas enviaron más de 900 cartas de rescisión de contratos a grandes empresas tras pagar la indemnización pertinente para pasarlos a una tarifa indexada al mercado mayorista, que ha crecido exponencialmente.
Este mercado mayorista se ha encarecido un 1.000% desde mediados del año pasado. El gas en el mercado de referencia en Europa, TTF, ha pasado de 20 euros por MWh a superar los 300 euros por MWh este verano. Ahora mismo ronda los 200 euros por MWh. La situación se descontroló tras el estallido de la guerra de Ucrania y se intensificó después de que Rusia, a través de Gazprom, dejara de bombear gas a Europa en agosto.
Además, el temporal no amaina. El gas convencional volvió a caer casi un 40% en septiembre. Todo ello hace que el Gobierno pueda cumplir con los compromisos de ahorro pactados con Bruselas para este invierno prácticamente sin restricciones.
El plan de contingencia, que el Gobierno preveía aprobarlo este martes en Consejo de Ministros, finalmente se retrasa. El Ejecutivo aprueba hoy los Presupuestos Generales del Estado y ha evitado solapar ambas medidas. Bruselas obliga a Moncloa a tener listo el plan antes del 30 de octubre. Dicho plan tiene que reducir el consumo de gas un 6,4% con respecto a los últimos cinco años. Una cifra que por ahora supera con creces gracias al deterioro de la producción industrial.
La propia Enagás ya ha dado cuenta de un retroceso del 13% del consumo que contabiliza la Comisión Europea, ya que el gas para producir electricidad y exportarla a otros países no computa.
España, por otro lado, se ha comprometido a reducir de forma voluntaria un 10% el consumo de electricidad más otro 5% en las horas punta, tal y como se acordó en la última cumbre de ministros de Energía de la Unión Europea, celebrada el pasado viernes. De forma análoga, las caídas en el consumo eléctrico de la industria por los elevados precios permiten evitar restricciones a otros colectivos como los hogares.
Sin embargo, el plan del Gobierno sí tratará de hacer recomendaciones con el fin de que, además de cumplir con los socios comunitarios, permita reducir el gasto de las familias en las facturas, que se encarecerán con fuerza de cara al próximo invierno.
España está notando con fuerza la subida de determinados consumos básicos. En el plano doméstico, la factura de la luz se encareció en agosto un 60% interanual, lo que es ocho veces más que Francia, cuatro más que Alemania y el doble que Portugal, según los datos publicados por Eurostat.
La industria española está sufriendo con más fuerza algunas consecuencias de la crisis energética que en los países de su entorno. Así lo demuestran los datos registrados por Enagás, que pone el foco en la diferencia con los Estados vecinos.
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