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De Pamesa a Porcelanosa, el gas ahoga al clúster azulejero y presiona al alza sus tarifas
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RECLAMAN MEDIDAS

De Pamesa a Porcelanosa, el gas ahoga al clúster azulejero y presiona al alza sus tarifas

La ceramista de Fernando Roig trasladará a sus clientes una 'tasa energética' a partir de abril. La industria, concentrada en Castellón, reclama medidas al Gobierno y la UE

Foto: Hornos azulejeros. (Sacmi)
Hornos azulejeros. (Sacmi)
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La guerra de Vladímir Putin en Ucrania y los efectos sobre el mercado de la energía han puesto el sector azulejero español en el peor de los escenarios previstos antes de fin de año. El precio del gas ha escalado máximos históricos sin visos de relajación y acumula varios meses de subidas que están lastrando los márgenes empresariales y presionando al alza las tarifas finales del producto. Firmas líderes como Pamesa han comunicado a sus clientes la implantación de una 'tasa energética' a partir del 1 de abril que, con carácter temporal, se regulará en función del precio medio del gas de cada mes. Desde la compañía de Fernando Roig, aseguran que esta decisión busca garantizar la viabilidad de la empresa y sus más de 3.000 puesto de trabajo.

Bajo esa denominación u otra, empresas del sector están adaptando las tarifas de su catálogo a la nueva coyuntura. Otros, como Porcelanosa, tratan de aguantar por ahora el temporal, aunque en el caso de la ceramista que dirigen María José Soriano y Silvestre Segarra, esta viene de haber aplicado ya subidas de precios a sus productos en noviembre y enero, cuando las tropas rusas comenzaron a tomar posiciones en la frontera ucraniana y el precio del gas empezó a dispararse.

El clúster ceramista, concentrado especialmente en la provincia de Castellón, es una industria gasintesiva que absorbe casi el 50% de todo el gas que se consume en la Comunidad Valenciana. Los azulejos y productos cerámicos se cuecen en hornos alimentados por esta fuente de calor. La factura energética del clúster ha pasado de representar un 13% antes de la crisis en Ucrania al 37% a final de año, cuando el precio se situó en 80 euros MWh. La tarifa cerró ayer en el mercado holandés de referencia Dutch TTF en 110,4 euros. Desde el estallido de la guerra, ha registrado picos de hasta 227 euros el MWh, el pasado 7 de marzo. Ese día, en un escenario de alta volatilidad, el mercado llegó a pagar 345 euros.

Foto: Buque del GNL. (Alejandro Bolívar/EFE)

"En otoño de 2021 ya empezamos a alertar del problema con el precio del gas y estábamos en una horquilla de precios de 60-80 euros/MWh, una cifra que ya comprometía la rentabilidad de las empresas. Por encima de esos umbrales, es insostenible producir", señalan desde Ascer, la patronal que agrupa el grueso de los fabricantes españoles.

El escenario de precios energéticos desorbitados no entiende de países. Aunque España se nutre mayormente de gas argelino, la crisis contamina todo el mercado. Las industrias española e italiana, las más potentes en Europa, tienen como competidores a Turquía, India o China, con sospechas de 'dumping' en este último país. Sin embargo, desde Ascer no creen que nadie vaya a sacar ventaja de la situación porque los precios de los fletes marítimos también están subiendo. La consecuencia, además de poner contra las cuerdas a los productores, es una inflación general en la cadena de valor del sector de la construcción y la decoración.

Foto: Instalaciones de la azulejera Pamesa en Almassora. (EFE/Domenech Castelló)

Mientras siga existiendo demanda de producto, fuentes de Pamesa y de Porcelanosa no contemplan por ahora paradas de producción, pero desde el sector apuntan como medida urgente la necesidad de desindexar el precio del gas del sistema marginalista de fijación de precios de la electricidad. No porque esto vaya a relajar la tarifa de su materia prima, sino porque al menos permitiría reducir los costes de la factura eléctrica de las fábricas, que también se ha disparado. Para el gas industrial, proponen reducir de inmediato el porcentaje de impuestos que aplica el Estado, con el fin de aminorar la factura final. El hecho de que esto no se haya producido ya en el ámbito de la energía de uso industrial genera malestar en el empresariado, que cree que el Gobierno está tratando de compensar la caída de la recaudación por el descenso de actividad con la tributación energética.

"Ninguna actividad industrial puede soportar los costes que estamos registrando las últimas semanas, y ya se están produciendo paradas de producción. Se hacen imprescindibles medidas inmediatas tanto financieras como fiscales que aporten liquidez a las industrias, sobre todo para aquellas más intensivas en energía", señala Alberto Echavarría, secretario general de Ascer.

La guerra de Vladímir Putin en Ucrania y los efectos sobre el mercado de la energía han puesto el sector azulejero español en el peor de los escenarios previstos antes de fin de año. El precio del gas ha escalado máximos históricos sin visos de relajación y acumula varios meses de subidas que están lastrando los márgenes empresariales y presionando al alza las tarifas finales del producto. Firmas líderes como Pamesa han comunicado a sus clientes la implantación de una 'tasa energética' a partir del 1 de abril que, con carácter temporal, se regulará en función del precio medio del gas de cada mes. Desde la compañía de Fernando Roig, aseguran que esta decisión busca garantizar la viabilidad de la empresa y sus más de 3.000 puesto de trabajo.

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