La inflación no da tregua: sube dos décimas en noviembre hasta el 5,6%, el máximo en 29 años

La inflación siguió escalando en el mes de noviembre y eso a pesar de que la electricidad dio un respiro a los hogares españoles. La subida de los precios de la alimentación y de los combustibles (gasolina y gasóleo) provocó un nuevo avance en la tasa anual del IPC que alcanza ya el 5,6%, según los registros del INE publicados este lunes, el mayor avance de los últimos 29 años. Se trata del indicador adelantado del IPC que el Instituto revisará en las próximas semanas.

En concreto, se trata de la tasa de inflación más alta registrada en España desde septiembre 1992, el año de la Expo de Sevilla y los Juegos Olímpicos de Barcelona. En ese momento, España pasaba de la euforia económica a la crisis internacional, con la consiguiente ralentización de los precios. En esta ocasión, la crisis sanitaria sigue complicando el suministro de bienes y materias primas energéticas, lo que está disparando la inflación en esta fase de la recuperación.

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En tasa mensual, los precios subieron un 0,4% en noviembre. En tasa interanual supone un avance de dos décimas respecto a octubre. Es previsible que la inflación se mantenga en niveles elevados al menos hasta el próximo mes de febrero. Lo es por dos motivos. El primero es que la llegada del frío elevará la demanda de combustibles y, dados los problemas de suministro que ha sufrido Europa, es previsible que los precios sigan muy elevados. El segundo es que en 2020 la inflación durante estos meses estuvo dormida como consecuencia de la segunda y tercera ola del virus, de modo que a poco que suban los precios este año, el IPC seguirá escalando. Desde noviembre de 2020 hasta febrero de 2021 los precios bajaron un 0,4%.

Sin embargo, a partir de marzo la inflación debería moderarse. En primer lugar, porque la crisis de suministros debería remitir en la próxima primavera y, en segundo, porque la comparativa interanual será menos desfavorable. En los meses de marzo y abril de 2021 los precios subieron casi un 2,5% acumulado, una tasa mensual que difícilmente se pueda alcanzar en 2022.

La subida registrada en noviembre no solo es importante por la magnitud del conjunto de los precios, también destaca el avance registrado por el IPC subyacente, esto es, el indicador que elimina los elementos más volátiles de la inflación: los alimentos frescos y la energía. Este indicador es utilizado por los economistas para analizar si se está trasladando la inflación de la energía al resto de los precios, esto es, si existen presiones inflacionistas reales en la economía.

En noviembre el IPC subyacente avanzó en tres décimas, hasta el 1,7%. Se trata del mayor incremento registrado desde el año 2013 y muestra que empiezan a generarse algunos efectos de segunda ronda en la inflación como consecuencia del incremento de los precios energéticos. Sin embargo, la gran brecha existente entre ambos indicadores, de cuatro puntos, evidencia cómo la inflación, actualmente, sigue siendo consecuencia del encarecimiento del gas y el petróleo en los mercados internacionales.

Aunque el INE no desagrega la evolución de los precios por productos en el dato adelantado, la nota de prensa difundida este lunes explica que la subida de precios se debe, principalmente, al encarecimiento de los alimentos y de los combustibles (gasolinas y diésel). También señala que el precio de la electricidad habría bajado en este mes de noviembre, aunque sin concretar la cifra. En dos semanas se publicarán los datos completos y desagregados por subgrupos y rúbricas.