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Las aerolíneas se encomiendan al turista nacional para compensar la caída de extranjeros
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PREVISIONES DE CAPACIDAD EN VERANO

Las aerolíneas se encomiendan al turista nacional para compensar la caída de extranjeros

Ante el auge de las medidas de restricción en los viajes entre países extranjeros (especialmente Reino Unido), las aerolíneas están salvando sus pronósticos con el 'boom' nacional

Foto: Un avión surca el cielo. (Reuters)
Un avión surca el cielo. (Reuters)

Otra temporada alta incierta. Pese a la llegada de las vacunas, las aerolíneas se enfrentan en 2021 a un verano plagado de minas, especialmente tras el auge de las restricciones impuestas a los movimientos de turistas entre fronteras (sobre todo desde Reino Unido). De hecho, en la patronal del sector, ALA, ya están notando el impacto sobre las estimaciones de capacidad en viajes internacionales. No obstante, también dan fe de un aumento de la demanda nacional, y por eso mantienen las previsiones: este verano (junio-septiembre) se operará un 58% de los vuelos de 2019.

Son las mismas cifras que ya dieron hace dos meses, pero cualitativamente distintas. “Los vuelos domésticos y los de dentro de la Unión Europea han crecido y reemplazado a aquellos de Reino Unido y resto de terceros países”, explica Javier Gándara, presidente de la asociación y, paralelamente, de EasyJet. En este sentido, el directivo atestigua que aeropuertos turísticos como los de Baleares o Canarias están ya en niveles de tráfico doméstico “del 85% o incluso 90%”; sin embargo, aeropuertos de la Península que no tienen tanto tráfico turístico se encuentran en niveles del 70-75%. En ambos casos, estos números estarán por encima de la media global (58%) porque se ha incrementado la aportación de los vuelos domésticos.

Foto: Imagen de las playas de Valencia a mediados de junio. (Efe)

Gándara subraya que dentro de España “se puede volar casi con total flexibilidad” y que esto cada vez “va a ser más el caso” en Europa gracias al certificado covid-19. “Según se han ido poniendo restricciones en Reino Unido y otros países, las aerolíneas han reordenado esos vuelos hacia otros destinos dentro de España y la UE, y así dar respuesta a una demanda que sí está subiendo porque la gente tiene ganas de viajar con todas las garantías de seguridad”, apunta. “Con esta flexibilidad, hemos compensado la caída de tráfico que creíamos que iba a haber, sobre todo porque es probable que al menos hasta finales de julio no cambie la situación en lo que se refiere a Reino Unido”, matiza Gándara.

Un número de capacidad estimado para este verano que sigue siendo síntoma del golpe que ha supuesto para el sector el coronavirus, pero que arroja una mejora relevante respecto al año pasado. En 2020, las aerolíneas operaron un 36% de los vuelos de 2019, ya que solo uno de cada cinco viajeros de antes de la pandemia cogió un avión también en 2020. De hecho, si bien la temporada de verano empezó fuerte (para estar recién salidos de la pandemia), el auge de los casos truncó la segunda mitad.

Tampoco 2021 ha sido un ejercicio fácil, especialmente tras el chasco de la temporada de invierno (se esperaba una capacidad del 75% de los vuelos en comparación con 2019 y finalmente fue del 35%). Además, de enero a mayo apenas voló un 20% de los pasajeros que lo habían hecho en el mismo periodo de antes del covid-19. No en vano, las aerolíneas también tuvieron que sacrificar la temporada de Semana Santa. Ahora, se enfrentan a una nueva oleada de limitaciones.

placeholder Javier Gándara.
Javier Gándara.

Por eso, Gándara subraya que la visibilidad es limitada y que las aerolíneas están “trabajando semana a semana”. A medio plazo, de hecho, no se atreve a dar previsiones: “Va a depender de la evolución de la pandemia y, a partir de ahí, de las medidas que tomen los gobiernos”, explica. A diferencia de lo ocurrido con la temporada de invierno, ahora “la campaña de vacunación ha permitido mayor movimiento dentro de España y la UE, y es de hecho lo que nos ha permitido mantener los pronósticos de actividad”. Pero el ejecutivo sigue manteniendo cautela y reitera que las estimaciones de capacidad podrían cambiar. De hecho, recuerda que las estimaciones de capacidad en vuelos no son sinónimo de la recuperación en pasajeros, ya que ahora los vuelos van más vacíos. Antes de la pandemia, la ocupación media de los aviones que volaban en España era del 85%. Entre enero y mayo, ese porcentaje ha bajado al 60%.

¿Temen las aerolíneas casos como el brote de los menores de los viajes de fin de curso a Mallorca? "El que haya brotes en cualquier sitio y con la causa que tenga, por supuesto que es motivo de preocupación; ya no solo por la actividad turística y los viajes, sino por la propia salud pública", argumenta Gándara, que considera primordial detectar estos brotes lo antes posible para poder tomar las medidas adecuadas. "También es cierto que la incidencia acumulada es un factor importante, pero no es el único, hay que entender también que gracias al alto ritmo de vacunación que tenemos en España ya no hay una subida directa entre el número de casos y hospitalizaciones graves y muertes", recuerda el directivo. "De todas formas, es cierto que es algo que hay que vigilar, ya no solo en este caso concreto de los estudiantes de Mallorca, sino que, en general, hay que retomar la actividad buscando ese equilibrio con la contención de riesgos".

Un equilibrio difícil

Tras el órdago de Reino Unido, principal país emisor de turistas en España, y su semáforo de colores (dentro del cual nuestro país, a excepción de las Baleares, está en ámbar), en los últimos días los países europeos se han estado enfrentando al desafío de unir fuerzas contra la variante delta. De hecho, la gestión del verano está empezando a cobrar tintes geopolíticos. Alemania y Francia han estado presionando a los países del sur para que estén en sintonía con el bloque, en vez de levantar la mano con los turistas extranjeros de forma independiente. Al final, España y Portugal han hecho caso, requiriendo pruebas y otras condiciones de entrada a los turistas británicos.

Para el turismo, esta es una cuerda que está permanentemente tensada. Por un lado, no pasarse de medidas para no ahogar el sector innecesariamente. Pero, por el otro, no flexibilizar el entorno hasta el punto de chocar con un efecto rebote que lleve a un auge de los casos y, por ende, a nuevas medidas de restricción. “Es un equilibrio muy difícil de conseguir”, admite Gándara, que considera que las últimas medidas de España frente a Reino Unido (PCR o certificado de vacunación) son una “decisión equilibrada” frente otras opciones, como hubiese sido el cierre completo de fronteras. De hecho, el directivo celebra la gestión de España de esta recuperación, con concesiones como la aceptación de las pruebas de antígenos o con una digitalización pionera (como la aplicación pública de Spain Travel Health) en todo el proceso necesario para poder viajar de forma segura.

Foto: Foto: EC.

En este contexto, la cotización recoge el impacto de las últimas medidas que han estado tomando los países de la Unión Europea. En el último mes, la británico-española IAG se ha dejado un 13%, junto con otras ‘legacy’ europeas (Lufthansa se ha dejado un 12% y Air France-KLM un 15%). Aunque menores, los inversores también han sufrido caídas con el ‘low cost’: EasyJet se ha dejado un 9%, y Ryanair un 4%. Unas caídas que llegan tras fuertes avances en la primera mitad del año y que ponen de manifiesto la decepción de los inversores de cara a la temporada alta.

La diferencia en las pérdidas bursátiles de las ‘legacy’ y el ‘low cost’ subraya la prevalencia de los viajes de corto radio en la recuperación poscovid. No en vano, en España el fin del estado de alarma ha abierto las puertas a un verano de libre movimiento para el turismo, tanto por territorios como por horarios (al menos hasta ahora). Si se miran los datos de pernoctaciones hoteleras a cierre de mayo publicados esta semana, las estancias en mayo por parte de los residentes españoles (2,6 millones) ya alcanzan la mitad del mismo mes en 2019 (4,6 millones). El gasto de estos acompaña el impulso de la recuperación. Por su parte, apenas 805.203 extranjeros pernoctaron en España este mayo, en comparación con los 5,9 millones del mismo mes de 2019.

En este contexto, el empleo empieza a notar una mejora. Por ejemplo, EasyJet y Ryanair ya han anunciado la retirada de la totalidad de los ERTE en España, lo cual es muy significativo si se tiene en cuenta que el sector aéreo es muy intensivo en capital, que ha tenido que incurrir en recortes de costes muy drásticos para sobrevivir. Para poner en contexto la situación, a cierre de mayo, 13.350 trabajadores estaban todavía en ERTE. Un dato un 24% menor que en abril y que se verá aún más mejorado en junio para reflejar la reapertura del sector de cara a la temporada del verano.

Otra temporada alta incierta. Pese a la llegada de las vacunas, las aerolíneas se enfrentan en 2021 a un verano plagado de minas, especialmente tras el auge de las restricciones impuestas a los movimientos de turistas entre fronteras (sobre todo desde Reino Unido). De hecho, en la patronal del sector, ALA, ya están notando el impacto sobre las estimaciones de capacidad en viajes internacionales. No obstante, también dan fe de un aumento de la demanda nacional, y por eso mantienen las previsiones: este verano (junio-septiembre) se operará un 58% de los vuelos de 2019.

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