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El virus ensancha la brecha entre los ricos del norte y los países del sur
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VUELVE LA FRAGMENTACIÓN EN LA ECONOMíA REAL

El virus ensancha la brecha entre los ricos del norte y los países del sur

El fantasma de la fragmentación del euro vuelve a aparecer. En esta ocasión, por el ensanchamiento del crecimiento entre los países frugales del norte y los del sur

Foto: La presidenta del BCE, Christine Lagarde, en un acto en Berlín. (Reuters)
La presidenta del BCE, Christine Lagarde, en un acto en Berlín. (Reuters)

Los viejos fantasmas vuelven con la pandemia. En concreto, la temida fragmentación financiera y económica dentro de la unión monetaria, que hace casi una década amenazó con llevarse por delante el euro.

En esta ocasión, la causa de esa divergencia entre el norte y el sur no es la prima de riesgo, es decir, el diferencial de tipos de interés de la deuda pública con Alemania, sino la enorme brecha que se ha abierto entre ambas áreas en términos de crecimiento. Mientras que la caída del PIB en tres países del norte será inferior al 5% —Finlandia (-4%), Dinamarca (-4,5%) y Suecia (-4,7%)—, en tres países del sur será igual o superior al 10%. Por lo tanto, más del doble.

Los datos proceden del informe de perspectivas del Fondo Monetario Internacional (FMI), que estima un retroceso del 12,8% para España, del 10,6% para Italia y del 10% para Portugal. El cuarto país del sur, Grecia, sufrirá igualmente una caída muy relevante, del 9,5%.

placeholder Evolución PIB y tasa desempleo en Europa. (Fuente: FMI)
Evolución PIB y tasa desempleo en Europa. (Fuente: FMI)

La razón de esta fragmentación tiene que ver, lógicamente, con la exposición de sus economías a los sectores más castigados por el confinamiento, en particular, el turismo y la hostelería, pero también con la capacidad económica de los Estados para financiar los costes sociales de la actividad económica, lo que permite suavizar el golpe a sus economías. Esos países son, precisamente, los llamados frugales, que son los que pusieron más pegas a la creación de un fondo europeo contra la pandemia por más de 750.000 millones de euros.

En el otro lado, como se sabe, están los países del sur, más necesitados de fondos para financiar sus programas sociales, como el desempleo, los ERTE, en el caso de España, o las líneas de apoyo a autónomos y pequeñas empresas.

Esos programas, sin embargo, no evitarán que en 2021 la brecha siga aumentando. De hecho, el FMI estima que los frugales, incluido Alemania, recuperarán entre el 80% y el 90% del PIB perdido este año, mientras que los países del sur, como media, apenas podrán rescatar poco más de la mitad. En el caso de España, el PIB solo podrá recuperar el 56% de lo perdido en 2020.

Tres billones a tipos negativos

Esta realidad, ya esperada, toda vez que las crisis siempre golpean con más fuerza los países más pobres, explica que el Banco Central Europeo (BCE) se haya puesto como principal objetivo, además de garantizar la liquidez, evitar la fragmentación financiera. Y, de hecho, el programa de compra de bonos para luchar contra la pandemia tiene como prioridad evitar que se fracturen la economía y, por ende, la moneda única. "Vamos a desplegar tres billones a tipos negativos para dar liquidez a la banca", dijo Lagarde hace unas semanas. "No toleraremos ninguna fragmentación financiera", insistió en la última reunión del banco central. El BCE, para ello, aumentará su balance este año, hasta sobrepasar con holgura los seis billones. Por el momento, y hasta el pasado 9 de octubre, el banco central ha comprado activos públicos y privados, en relación con el programa antipandemia, por valor de 584.734 millones de euros, una cantidad que representa prácticamente la mitad del PIB de España.

Foto: Christine Lagarde, presidenta del BCE. (EFE)

Esta asimetría en el impacto de la pandemia se manifiesta con toda crudeza, igualmente, en la fortaleza de las respectivas balanzas de pagos, lo que en última instancia refleja la dependencia de unos y otros de los fondos del BCE.

Mientras que Alemania (5,8%), Países Bajos (7,6%), Dinamarca (6,4%) o Suecia (3,2%) mantienen sólidos superávits exteriores también este año, Grecia acumula un déficit equivalente al 7,7% de su PIB, o del 3,3% en el caso de Portugal. España, por el contrario, mantendrá su superávit por cuenta corriente, pero se verá recortado a bastante más de la mitad. Este año, si se cumplen las previsiones del FMI, se cerraría con un excedente equivalente al 0,5% (2% en 2019), y el próximo, del 0,9%. Italia, entre los países del sur, es el único que mantiene una sólida posición exterior, del 3%, similar a la del año pasado, antes de la pandemia.

Distanciamiento social

Esta evidencia es lo que explica que el fondo de 750.000 millones de euros se vaya a repartir, precisamente, en función de las necesidades de cada país y del impacto del confinamiento en sus economías. Sin embargo, como sostiene el FMI, no se trata de un fenómeno corto en el tiempo. Los autores del 'World Economic Outlook' han hecho sus previsiones sobre la base de que el distanciamiento social continuará en 2021, aunque irá disminuyendo a medida que crezca la cobertura de la vacuna y mejoren las terapias. Aun así, considera que “para fines de 2022, la transmisión local del virus habrá disminuido a niveles bajos en todas partes”. Es decir, que mientras tanto, sus efectos sobre las economías seguirán siendo muy desiguales.

placeholder La presidenta del BCE, Christine Lagarde. (Reuters)
La presidenta del BCE, Christine Lagarde. (Reuters)

La asimetría en el impacto del virus, en todo caso, se está resolviendo hasta ahora —después del titubeo inicial del BCE, cuando Lagarde dijo que el banco central no estaba para resolver problemas de deuda— de forma algo más que solvente, lo que no sucedió en la anterior crisis económica. La prima de riesgo, en concreto, se sitúa en 70 puntos básicos, incluso por debajo de los niveles anteriores a la pandemia. Detrás de ello se encuentra el cambio de estrategia del BCE, que ahora compra toda la deuda que sea necesaria, lo que impide que la fragmentación de la economía real se traslade a los mercados financieros. Se ha roto, por lo tanto, el círculo vicioso que amenazó el futuro del euro.

Los viejos fantasmas vuelven con la pandemia. En concreto, la temida fragmentación financiera y económica dentro de la unión monetaria, que hace casi una década amenazó con llevarse por delante el euro.

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