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El Gobierno asume que el frenazo llega al empleo: se crearán 150.000 puestos menos
  1. Economía
Un frenazo del 37%

El Gobierno asume que el frenazo llega al empleo: se crearán 150.000 puestos menos

La desaceleración económica impactará de lleno sobre el empleo. El Ejecutivo prevé que la tasa de paro se estancará por encima del 12% esta legislatura y que no se recuperará el empleo de 2008

Foto: Trabajadoras seleccionando espárragos en Granada. (Foto: EFE)
Trabajadoras seleccionando espárragos en Granada. (Foto: EFE)

El fuerte ritmo del mercado laboral en 2018 y 2019 fue una gran sorpresa para los expertos. Mientras la economía se desaceleraba, la creación de empleo se mantenía por encima de los 400.000 puestos de trabajo al año, lo que suponía una gran resistencia del empleo a la incertidumbre económica. Este diferencial favorable del empleo se cerró de forma repentina en los dos últimos trimestres de 2019, lo que introdujo nuevas dudas sobre el potencial del mercado laboral cuando el crecimiento del PIB se frena por debajo del 2%.

El Gobierno ha asumido en su nuevo cuadro macroeconómico que la ralentización de la economía tendrá un gran impacto sobre el empleo, como venían marcando las principales casas de análisis y organismos internacionales. Según las nuevas previsiones del Ministerio de Economía, España creará 257.000 puestos de trabajo en 2020, lo que significa 150.000 empleos menos que en 2019. La cuantía no es menor, ya que supone una caída de casi un 37% en el ritmo de creación de empleo, lo que muestra bien el impacto previsto para el empleo en los próximos trimestres (datos medidos en términos de contabilidad nacional, en empleo equivalente a tiempo completo).

Foto: La exministra de Empleo, Fátima Báñez, junto a su sucesora, Magdalena Valerio. (EFE) Opinión
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La desaceleración del mercado laboral en la recta final de 2019 ha obligado al Gobierno a cambiar sus planes. Hasta ahora mantenía un gran optimismo con el empleo, que se reflejó en su último cuadro macroeconómico, de octubre, en el que rebajó su previsión de crecimiento, pero mejoró la del empleo. En concreto, para 2020 estimaba un avance del empleo del 2%. Eso hubiese supuesto una incorporación de 367.000 nuevos trabajadores. Sin embargo, apenas cuatro meses después ha recortado su estimación en 110.000 empleos, hasta dejarla en ese 1,4%.

Las previsiones del Gobierno muestran que el dinamismo del empleo hasta el segundo trimestre de 2019 fue un espejismo. A partir de 2020 el empleo volverá a crecer a un ritmo inferior al PIB y este escenario se mantendrá, al menos, hasta 2023. La ralentización del empleo afectará también al crecimiento económico, ya que impactará en el ritmo del consumo de los hogares. Cuando el aumento de la masa salarial se destina a pagar nuevos empleos, esa retribución se traslada, casi en su totalidad, al gasto, lo que supone un fuerte estímulo para la demanda interna. Sin embargo, cuando se trata de subidas salariales, la traslación al gasto es menor, ya que una parte se retiene en forma de ahorro.

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Esto explicaría que el consumo de los hogares vaya a crecer a ritmos inferiores al PIB de forma constante durante los próximos años. Aunque en 2020 se superará el inesperado bache de 2019, el consumo privado crecerá un 1,5% este ejercicio y seguirá frenando hasta el 1,3% en 2023. Y eso a pesar de la estabilización de la economía. Será el sector exterior y el gasto público quienes compensen este pobre ritmo del consumo.

La otra cara del frenazo del empleo será la ralentización de la inversión (FBCF). Tanto la construcción como la adquisición de maquinaria y bienes de equipo sufrieron un importante parón al cierre de 2019 y el Gobierno estima que esta será la tónica para los próximos años. En 2019 la inversión se incrementó un 2,4%, pero este año se frenará a la mitad, hasta el 1,3%, y seguirá por debajo del 2% al menos durante tres años. La conclusión es clara: la inversión se frena y con ella el empleo.

El ajuste del paro se estanca

Al finalizar la legislatura, en el año 2023, España sumará un decenio completo de recuperación económica. El PIB habrá superado claramente los niveles precrisis, pero el problema del alto nivel de desempleo no habrá desaparecido. Después de toda la crisis y toda la recuperación, España seguirá con el mismo problema del paro. Según las previsiones del Gobierno, la tasa de paro en 2023 seguirá por encima del 12%. Esto es, todavía no se recuperará la tasa de desempleo existente 15 años atrás, en 2008, cuando se situó en el 11,25%.

A partir de este año la reducción de la tasa de paro será muy lenta. Si en lo que va de recuperación se ha reducido a ritmos de dos puntos al año, para los próximos cuatro años se prevé un frenazo de hasta 0,4 puntos anuales. Esto es, menos de un cuarto del ritmo existente hasta ahora.

Foto: La ministra de Economía, Nadia Calviño. (EFE)

Por ejemplo, para 2020 el Gobierno estima que la tasa de paro (media anual) se situará en el 13,6%, apenas medio punto por debajo del nivel de 2019. Tras 10 años de recuperación, España será incapaz de bajar la tasa de paro del 12%, lo que muestra que el problema estructural del mercado laboral sigue ahí a pesar de la reforma laboral y de los esfuerzos para mejorar la competitividad.

El aumento de la población activa por la inmigración supone un freno para el ajuste del paro, pero no es el único. España sigue adoleciendo de un problema de creación de empleo, que se ha solucionado en parte con los contratos a tiempo parcial, que generan ocupación pero reducen las horas de trabajo. Este efecto se corrige con los puestos equivalentes a tiempo completo, de modo que se puede analizar la situación real del mercado de trabajo.

Las previsiones de creación de empleo del Gobierno implican que en 2023 habrá 19,4 millones de empleos en España. Esto significa que no se conseguirán igualar los registros de 2008 y 2007, y mucho menos los de 2019, cuando la ocupación superó claramente los 19,5 millones de empleos. Si se cumplen las previsiones del Gobierno significará que 15 años después del estallido de la crisis, todavía no se habrá recuperado todo el terreno perdido.

El fuerte ritmo del mercado laboral en 2018 y 2019 fue una gran sorpresa para los expertos. Mientras la economía se desaceleraba, la creación de empleo se mantenía por encima de los 400.000 puestos de trabajo al año, lo que suponía una gran resistencia del empleo a la incertidumbre económica. Este diferencial favorable del empleo se cerró de forma repentina en los dos últimos trimestres de 2019, lo que introdujo nuevas dudas sobre el potencial del mercado laboral cuando el crecimiento del PIB se frena por debajo del 2%.

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