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La trampa de la precariedad atrapa a los españoles entre el paro y el empleo temporal
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Perpetúa la dualidad del mercado laboral

La trampa de la precariedad atrapa a los españoles entre el paro y el empleo temporal

Un estudio de la Unión Europea pone de relieve la escasa permeabilidad del mercado laboral español para que los trabajadores más precarios puedan mejorar su situación

Foto: Imagen: iStock.
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El ascensor social es uno de los pilares del contrato social que sostiene la economía europea. No es otra cosa que la permeabilidad de las capas sociales, de modo que los individuos pueden prosperar o verse relegados a lo largo de su vida. En España, este ascensor social está roto, o gravemente averiado, lo que genera que muchos ciudadanos se vean atrapados en una trampa de la precariedad de la que no consiguen escapar.

Esta es la principal conclusión del último estudio de la agencia de la UE Eurofound, que analiza la segmentación del mercado laboral de los cuatro mayores países de la Unión: Alemania, España, Francia y Reino Unido. La agencia señala a España por la fragmentación de su mercado laboral entre trabajadores con un contrato estable, empleados precarios y parados. No descubre nada nuevo en este punto.

Foto: Un camarero, en una terraza del centro de Barcelona. (EFE)

Lo importante está a continuación. Eurofound alerta de los impedimentos que existen para que los ciudadanos prosperen y logren contratos de calidad. España presenta los niveles de permeabilidad más bajos de los cuatro grandes países de la UE, en especial en cuanto a mejoras para subir de estrato. Esto significa que las probabilidades de que un parado o un trabajador precario puedan acceder a un empleo indefinido de calidad son muy limitadas, mucho más que en el resto de grandes países europeos.

“España muestra los patrones más preocupantes en términos de fragmentación del mercado laboral”, alerta Eurofound. “La movilidad laboral ascendente en España es limitada y ocurre a partir de estratos que ya están en una situación favorable, mientras que los flujos descendentes son muy comunes, pero se concentran en personas que están en los peores estratos”.

Los estratos bajos agregan a los ciudadanos en paro y a aquellos que tienen un empleo temporal de baja remuneración. Este grupo tiene un alto nivel de movilidad, pero siempre entre la temporalidad y el desempleo. En raras ocasiones logran saltos hacia el empleo de calidad, lo que les mantiene atrapados en una situación de elevada precariedad, en muchos casos directamente en la pobreza.

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Entre 2009 y 2016, el salto de trabajadores temporales a un contrato a tiempo parcial fue del 7%. Esto significa que por cada 100 trabajadores temporales, apenas siete consiguen mejorar su estrato laboral. Por el contrario, en Alemania este porcentaje supera el 35%, y en Reino Unido alcanza el 50%. Durante los años de la burbuja, la situación no era mucho mejor, apenas un 13% pasaba cada año de la temporalidad a la estabilidad. Esto es, no se trata de una situación coyuntural derivada de la crisis económica sino que España tiene una fragmentación estructural de su mercado laboral que atrapa a muchos ciudadanos en la precariedad.

“España muestra bajas tasas de transición desde los contratos temporales a los indefinidos y altas tasas de transición desde la temporalidad al desempleo”, señala Eurofound, “esto apunta a la existencia de un número significativo de empleados temporales que están atrapados, porque no consiguen un contrato permanente y experimentan periodos de desempleo que corren el riesgo de ser relativamente largos”.

Foto: Imagen: EC.

En definitiva, estos trabajadores terminan atrapados en la precariedad y muy pocos tienen la posibilidad de dar el salto a un empleo de calidad. En muchos casos, se trata de personas con un bajo nivel formativo enroladas en sectores de bajo nivel añadido que son muy volátiles, como es el caso de la hostelería o el comercio. Esto provoca que tengan escasa capacidad de mejora y un elevado riesgo de caer en el desempleo.

Atrapados en el paro

En el extremo opuesto, están los estratos más altos, los de aquellos que tienen un contrato indefinido de alta remuneración. Este grupo es relativamente inmune a las oscilaciones del mercado laboral y su movilidad es muy reducida, lo que limita su riesgo de perder su estatus. Entre 2009 y 2016, los niveles de permanencia anual en el estrato superior superaron el 95%, según el estudio de Eurofound utilizando los datos de la Muestra Continua de Vidas Laborales (MCVL). Se trata del país de los cuatro grandes europeos con menor movilidad en el estrato superior.

El 53% de los asalariados de España lleva más de seis años en su puesto de trabajo y el 14% lleva entre tres y seis años, según los datos de la Encuesta de Población Activa del INE. Esto significa que en España existe un nivel de movilidad muy bajo para los trabajadores con un contrato estable.

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Pero la gran amenaza que tienen los ciudadanos de los estratos más bajos es la de quedarse atrapados en el paro. España presenta las tasas más altas de Europa de permanencia en el desempleo. Cada año, se quedan en el paro en torno al 80% de los trabajadores que iniciaron el año sin trabajo, tasa que duplica la de Reino Unido y cuadruplica la de Alemania. “La estabilidad en el desempleo en España es la más alta”, señala Eurofound, lo que significa que “salir del desempleo es mucho menos probable en España que en Alemania o Reino Unido”. Esto “explica que España tenga un elevado paro de larga duración”.

El ascensor social es uno de los pilares del contrato social que sostiene la economía europea. No es otra cosa que la permeabilidad de las capas sociales, de modo que los individuos pueden prosperar o verse relegados a lo largo de su vida. En España, este ascensor social está roto, o gravemente averiado, lo que genera que muchos ciudadanos se vean atrapados en una trampa de la precariedad de la que no consiguen escapar.

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