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No solo aceitunas: qué se juega el vino o el aceite español si Trump saca más aranceles
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No solo aceitunas: qué se juega el vino o el aceite español si Trump saca más aranceles

La industria alimentaria teme que el gobierno de EEUU mueva ficha también contra productos como el vino, el aceite de oliva o las conservas, poniendo en jaque las exportaciones

Foto: Todos los productos que se benefician de las ayudas de la PAC están amenazados. (iStock)
Todos los productos que se benefician de las ayudas de la PAC están amenazados. (iStock)

La 'broma' arancelaria de Donald Trump con las aceitunas negras españolas ha puesto en guardia al mundo del vino, las conservas o el aceite de oliva, tres categorías que también se benefician de las ayudas europeas de la PAC. El gobierno estadounidense puso en tela de juicio ese modelo y lo utilizó como excusa para imponer un primer arancel provisional del 4,47% sobre la aceituna negra española en noviembre. Luego acordó una tasa adicional del 17% que se aplica desde enero —con la correspondiente merma en las exportaciones— para terminar ratificando y elevando los porcentajes a un promedio del 34,7% el pasado martes, todo un golpe para los aceituneros.

La industria alimentaria tiene motivos para estar inquieta, sobre todo si tenemos en cuenta que Estados Unidos es el tercer mercado más importante para el vino español en términos de exportaciones, es cliente VIP de nuestro aceite de oliva y se ha convertido en un auténtico quebradero de cabeza para los aceituneros, que ya están notando los efectos de los aranceles. España exportó 7.501 toneladas de aceitunas a EEUU en marzo de este año, un 21% menos respecto al mismo mes del año anterior.

Foto: Mezcla de aceitunas de diversas variedades. (EFE)

Las ayudas previstas en la Política Agraria Común (PAC) están destinadas a todos los sectores agroalimentarios, razón de más para que la Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB) vea el panorama "con mucha preocupación". Así lo manifestó esta semana su director general, Mauricio García de Quevedo. El departamento estadounidense de Comercio abrió una investigación a los aceituneros ante la sospecha de que estaban colocando su producto por debajo del precio de mercado gracias a las "injustas" subvenciones de Bruselas, unos fondos que, por cierto, también perciben los agricultores de muchos otros países europeos.

La PAC fue diseñada por todos los Estados miembros de la UE para proteger el futuro de las explotaciones agrarias y la vida rural en Europa, por lo que la ofensiva arancelaria de Trump supone un ataque directo no solo contra España, sino contra la propia Comisión Europea. Basta con la denuncia de un competidor que se sienta amenazado por los precios competitivos del aceite de oliva español —como ocurrió con las aceitunas— para que el gobierno estadounidense ponga su maquinaria a funcionar, advierten fuentes del sector.

Basta con la denuncia de un competidor para que Trump ponga su maquinaria a funcionar

Estados Unidos tiene una producción de aceite de oliva muy inferior a sus necesidades actuales de consumo, una carencia que suple gracias a las importaciones. España aumentó sus ventas a ese país un 113% en los últimos cinco años, por ejemplo. Somos el principal productor —y consumidor— mundial de aceite de oliva, con un consumo per cápita de 8,4 litros. Solo nos supera Grecia.

En líneas generales, Estados Unidos es el sexto cliente de España en alimentación y bebidas por detrás de Francia, Italia, Portugal, Reino Unido y Alemania. Las exportaciones a ese país tienen un peso del 5,7% sobre el total (frente al 5,6% de 2016), o así se desprende del informe económico anual de FIAB correspondiente a 2017. Es, por tanto, el primer mercado no comunitario por delante de China y Japón.

Foto: La patronal prevé que el proteccionismo de Trump generará desequilibrios en todo el sector.

El vino teme al Brexit más que a Trump

El sector vitivinícola no está cómodo con las políticas proteccionistas de Trump, como tampoco lo está con el Brexit. La salida de Reino Unido de la UE preocupa más que unos hipotéticos aranceles que, en opinión de las fuentes consultadas por este periódico, son poco probables. Más del 75% del vino que se consume en EEUU es de producción propia, dejando un espacio relativamente pequeño a la mercancía de otros países.

Con todo, España vendió 100 millones de litros de vino por un valor de 333 millones de euros a ese país en 2017. Lo hizo a un precio medio de 3,32 euros por litro, alcanzando así el segundo precio más alto por detrás de Suiza. "La mayoría de lo que vendemos es vino con Denominación de Origen", aclara Rafael del Rey, director general del Observatorio Español del Mercado del Vino (OEMV). Las tarifas españolas, por tanto, no suponen una amenaza para las empresas de EEUU ni ponen en riesgo un sector de sobra consolidado allí.

EEUU es además el primer interesado en llevarse bien con Europa, pues exporta vino a países como Reino Unido (uno de los mercados más golosos), Alemania, Bélgica, Italia, Francia o Dinamarca. Todos estos factores alejan pero no disipan el fantasma de los aranceles, cuyas primeras víctimas han sido los aceituneros. El nuevo ministro de Agricultura, Luis Planas, convocó una reunión de urgencia el pasado jueves para abordar el problema y elevarlo a Bruselas la próxima semana.

Los países competidores no europeos como Marruecos, Egipto o Turquía ya están ocupando el lugar que deja España en el mercado de aceitunas estadounidense, pues los tres han elevado las exportaciones a ese país entre un 33% y un 82% en el primer trimestre del año. La patronal de la industria aceitunera Asemesa insta a Bruselas a que defienda a la aceituna negra "con la misma contundencia que mostró con el acero o el aluminio".

La 'broma' arancelaria de Donald Trump con las aceitunas negras españolas ha puesto en guardia al mundo del vino, las conservas o el aceite de oliva, tres categorías que también se benefician de las ayudas europeas de la PAC. El gobierno estadounidense puso en tela de juicio ese modelo y lo utilizó como excusa para imponer un primer arancel provisional del 4,47% sobre la aceituna negra española en noviembre. Luego acordó una tasa adicional del 17% que se aplica desde enero —con la correspondiente merma en las exportaciones— para terminar ratificando y elevando los porcentajes a un promedio del 34,7% el pasado martes, todo un golpe para los aceituneros.

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