Los gimnasios quieren que Montoro baje su IVA como hizo con las discotecas o los toros

El IVA reducido es una de las obsesiones favoritas de las asociaciones de empresas. La gran mayoría pide recurrentemente situar a su sector en los tipos bajos del gravamen, porque generan muchas ventajas para la sociedad, para la actividad económica, para el empleo y para otras muchas cuestiones. Algunos sectores han hecho 'lobby' hasta conseguir su objetivo y otros van por detrás y han decidido levantarse contra el Ministerio de Hacienda. Es el caso de los gimnasios, que hasta 2012 tuvieron el IVA reducido del 8% y que a partir del 1 de septiembre de ese año pasaron a tributar al tipo general del 21%.

La patronal de empresarios de instalaciones deportivas FNEID ha sido la última en solicitar al ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, que aproveche los Presupuestos de 2018 para revertir la subida de 2012 y vuelva a situar al sector en el tipo reducido del 10%. Como el resto de sectores, se ha cargado de argumentos para explicar que su actividad es un pilar fundamental para la sociedad, por lo que se merece tributar menos. Y, también como en el resto de sectores, la decisión dependerá de que algún partido decida rascar algunos votos apoyando al sector.

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Para los empresarios de las instalaciones deportivas no tiene ningún sentido que Montoro haya aceptado bajar el IVA de otros sectores y mantenga en el 21% a los gimnasios. “¿Por qué los toros y las discotecas sí y nosotros no?”, se preguntan. El argumento de los gimnasios es que ofrecen un servicio muy positivo para la ciudadanía y que también reduce el gasto sanitario al tener una sociedad más sana. “Según el Consejo Superior de Deportes, cada euro invertido en actividad física representa un ahorro de 2,9 euros en gasto público sanitario y farmacéutico”, señala.

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“Resulta imprescindible fomentar el deporte e incrementar la actividad en niños y adultos, con el fin de generar hábitos saludables”, explica la patronal. Además, los gimnasios ofrecen un servicio básico para los mayores, que necesitan ejercitarse para mantenerse en forma. Según los datos del Ministerio de Sanidad, cada año se producen 50.000 muertes como consecuencia del sedentarismo.

Según el CSD, cada euro invertido en actividad física representa un ahorro de 2,9 euros en gasto público sanitario y farmacéutico

La FNEID ha remitido todo este argumentario a Montoro. Sin embargo, la duda en estos casos las dudas son siempre las mismas. En primer lugar, ¿se repercutirá la bajada del IVA a los consumidores o servirá para engordar los márgenes empresariales? En segundo, ¿una rebaja marginal en el precio conseguirá fomentar el consumo? Dos dudas que no se pueden resolver hasta que no se baje el tipo impositivo y se compruebe su efecto, tanto sobre los precios como sobre la demanda.

Lo que parece evidente es que el problema del sedentarismo no se solucionará bajando el IVA de los gimnasios del 21% al 10% y que para hacer deporte no es imprescindible pagar un gimnasio. Otra cuestión es si los servicios deportivos tienen que considerarse básicos para todos los ciudadanos y, por lo tanto, disfrutar de una reducción como otros sectores. Sin embargo, las decisiones que se han visto hasta la fecha de subir y bajar los tipos han respondido más a cuestiones políticas que de interés social.

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Lo que sí está claro es que la industria de centros deportivos genera muchos ingresos, más que los cines, que los teatros o que los toros, lo que hace que su recaudación sea más jugosa para el Ministerio de Hacienda. Según los datos de la patronal, su facturación anual se sitúa en los 2.100 millones de euros, lo que significa que recauda por IVA casi 500 millones de euros anuales, cinco veces más que el cine español.

Los privilegios

El IVA ha sido uno de los mayores quebraderos de cabeza para el Gobierno de Mariano Rajoy. En primer lugar, porque prometió que no lo tocaría y en menos de un año de mandato ya lo estaba subiendo. En la campaña electoral de 2011 aseguró que en ningún momento elevaría los tipos ni cambiaría sectores de categoría y lo repitió cuando ya había formado su ejecutivo. Así lo explicó el ministro de Economía, Luis de Guindos, en una entrevista en TVE: “Por supuesto, está descartado [subir el IVA] y no está encima de la mesa”.

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Apenas medio año después se anunció la subida del IVA, tanto de los tipos, como de sectores que cambiaron de categoría. Este fue el caso de los gimnasios, que pasaron de tributar al 8% al 21%, más del doble. Según la patronal del sector, el 92% de las instalaciones deportivas vio peligrar su negocio y casi la mitad tuvo que recortar su plantilla. “Tras la subida del IVA, el sector se vio obligado a cerrar 800 centros deportivos y gimnasios”, asegura la patronal. La subida del IVA coincidió con el peor momento de la economía española, por lo que es posible que la caída de la demanda se produjese por este motivo.

Tras la subida del IVA, el sector se vio obligado a cerrar 800 centros deportivos

Este año 2017 el Ministerio de Hacienda aceptó una de las exigencias de Ciudadanos en la negociación de los Presupuestos Generales del Estado y aprobó un cambio de categoría para las actividades culturales, con la excepción del cine, a lo que se negó el propio Montoro. De este modo volvieron a tributar al tipo reducido los museos, teatros, conciertos, circos, corridas de toros, etc. También bajó el IVA de algunos servicios de hostelería como discotecas, espectáculos, salas de fiesta o barbacoas. Además, Montoro aceptó bajar el IVA del cine en los PGE de 2018.

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Esto significa que ya quedan muy pocos sectores de los que antes estaban en el 8% tributando al 21%. El de los gimnasios es uno de los tres más importantes, los otros dos son las peluquerías y los servicios funerarios. ¿Todos ellos son menos fundamentales para la sociedad que el el cine, los toros o las discotecas?