Es noticia
El independentismo se hace fuerte en UGT y CCOO practicando el 'entrismo'
  1. Economía
EL 'PARO DE PAÍS' DIVIDE A LOS SINDICATOS

El independentismo se hace fuerte en UGT y CCOO practicando el 'entrismo'

La presencia de sectores independentistas en los sindicatos catalanes se ensancha. En particular, en la UGT, cuyo secretario general, Camil Ros, procede de las juventudes de ERC

Foto: Los secretarios generales de UGT y CCOO de Cataluña, Camil Ros (d) y Javier Pacheco. (EFE)
Los secretarios generales de UGT y CCOO de Cataluña, Camil Ros (d) y Javier Pacheco. (EFE)

La huelga general en Cataluña convocada para este martes ha penetrado un poco más en la profunda brecha abierta entre las direcciones confederales de UGT, CCOO y sus respectivas organizaciones territoriales. En particular, en el caso de la Unión General de Trabajadores de Cataluña, cuyo líder, el independentista Camil Ros, fue auspiciado por José María Álvarez, secretario general de UGT, lo que le permitió lograr en el último congreso el 84% de los votos.

Ros es militante de ERC y llegó a ser secretario general de sus juventudes entre 1996 y 1998. Desde entonces, ha hecho carrera en UGT Cataluña, que en tiempos de Pepe Álvarez lanzó una estrategia encaminada a abrir el sindicato a nuevos grupos y fuerzas sociales ajenos al sindicalismo tradicional para competir con CCOO, sindicato históricamente mayoritario en Cataluña.

Esa estrategia llevó a que los partidos nacionalistas —ERC y la vieja CiU— ampliaran su base social dentro del sindicalismo, un terreno poco frecuentado hasta entonces. Los nacionalistas catalanes siempre han echado en falta un sindicato cercano, como durante años ocurrió con ELA/STV y el Partido Nacionalista Vasco (PNV). Y el propio Jordi Pujol llevó a Convergència en los primeros años 90 un debate sobre la necesidad de que los nacionalistas se infiltraran en los movimientos sociales para ensanchar su apoyo social. La exvicepresidenta del Govern, la abogada Neus Monté, fue dirigente de UGT al tiempo que militaba en CDC.

ERC ha asumido esa estrategia y en los últimos años ha incrementado su presencia en los sindicatos. Una especie de 'entrismo' tradicional en los partidos trotskistas (aunque Esquerra no lo sea) para influir sobre los partidos de masas (principalmente socialdemócratas). En este caso, sobre los sindicatos.

Camil Ros, el líder de UGT en Cataluña, como otros muchos catalanes, colgó este domingo una foto en su cuenta de Twitter en la que aparecía votando en el referéndum en un pabellón municipal de Girona, en el que se podía leer: “Una cosa es decidir libremente si vas a votar, la otra es que te prohíban votar. Mi respuesta democrática es votar”.

Eso explica que hoy en UGT convivan dos almas, una más 'clásica', representada por el metalúrgico Matías Carnero, presidente del comité de empresa de Seat y de la propia UGT catalana, y otra representada por Camil Ros, compañero de viaje del frente independentista. Ambos mantienen un delicado equilibrio dentro del sindicato, donde la dirección confederal intenta alejarse del 'procés' todo lo que puede, habida cuenta de la diversidad social y territorial de sus bases. Hay que recordar, por el contrario, que las federaciones catalanas de UGT y CCOO formaron parte del Pacte Nacional pel Referèndum.

El propio Carnero se desmarcó ayer de la convocatoria y avanzó en declaraciones a EFE que UGT, CCOO y USOC, que representan al 87% del comité de empresa de la automovilística alemana, no respaldan una huelga general que consideran estrictamente política, y, por lo tanto, está fuera del ordenamiento jurídico, como denunciaron ayer CEOE y Cepyme, que consideran “ilegal” la convocatoria. En concreto, una ley de 1977 establece —artículo 11.1— que son ilegales las huelgas que se inicien o sostengan “por motivos políticos o con cualquier otra finalidad ajena al interés profesional de los trabajadores afectados”.

Este carácter político del paro general es lo que esgrimen las ejecutivas confederales de UGT y CCOO para no respaldar la huelga, además de otros motivos.

En todo caso, ambos sindicatos se mueven en un margen muy estrecho de cara a su afiliados, toda vez que no quieren romper —y cuestionar— a sus respectivas federaciones territoriales, pero, al mismo tiempo, rechazan de forma rotunda la huelga.

Huelga ilegal

Aunque sus organizaciones territoriales no convocan formalmente la huelga —la convocatoria la ha hecho la CGT—, sí la respaldan de forma velada. En el comunicado conjunto de las federaciones catalanas, se dice textualmente: “Convocamos a toda la sociedad, patronales, empresarios, sindicatos, trabajadores, entidades, instituciones y a todos y a todas las ciudadanas de Cataluña a un paro de país el martes de octubre”. Es decir, no se habla formalmente de participar en la huelga general, pero sí se introduce un concepto extraño al mundo del trabajo como es el de 'paro de país', que recuerda vagamente al concepto que tradicionalmente han utilizado los sindicatos nacionalistas vascos, que siempre han reclamado un espacio propio para las relaciones laborales.

Foto: Cientos de personas se congregaron la noche del domingo en la plaza de Cataluña. (EFE)
TE PUEDE INTERESAR
2.262.424 votos y un 90% de síes... "Y ahora, huelga general"
Rafael Méndez. Barcelona

Este llamamiento tan claro en favor de secundar la huelga por parte de las federaciones catalanas de UGT y de CCOO, sin embargo, ha sido interpretado por las direcciones de UGT y CCOO como un simple “llamamiento a participar en movilizaciones de denuncia de los excesos que se produjeron el 1 de octubre con otras entidades sociales catalanas, pero no a la huelga convocada por otros sindicatos”. Las centrales mayoritarios, de esta manera, se desmarcan de la cobertura social y política que pretenden dar los convocantes a la posible declaración unilateral de independencia (DUI), y que en realidad es lo que está detrás de la convocatoria.

La estrategia de los sindicatos confederales pasa por buscar una salida pactada al conflicto catalán en lugar de alimentar una estrategia de la tensión, que es lo que se busca con la huelga general. El paro, de hecho, fue convocado por la CUP 48 horas antes del 1-O, lo que deja bien claro que se trata de una estrategia basada en elevar la tensión política y social hasta la declaración de la independencia, y no tanto por la actuación policial del pasado domingo.

La huelga general en Cataluña convocada para este martes ha penetrado un poco más en la profunda brecha abierta entre las direcciones confederales de UGT, CCOO y sus respectivas organizaciones territoriales. En particular, en el caso de la Unión General de Trabajadores de Cataluña, cuyo líder, el independentista Camil Ros, fue auspiciado por José María Álvarez, secretario general de UGT, lo que le permitió lograr en el último congreso el 84% de los votos.

UGT Sindicatos Social Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) CiU Independentismo CGT CCOO Cepyme Nacionalismo CEOE
El redactor recomienda