Los comicios griegos y el alivio de la deuda condicionan las elecciones en España

Grecia no es España, se dice. Y no lo es. Pero eso no impide que sus destinos hayan estado ligados en los últimos años ni evita que lo vayan a seguirestando. La frenética actividad que se intuyeen el país heleno a la vuelta del verano, con una convocatoria de elecciones a la vista y la más que posible negociación con Europa para dar un respiro a la deuda pública,puede condicionar por completo tanto el calendario electoral en España como el propio resultado de los comicios españoles.

En otoño, el Gobierno de Mariano Rajoy se expone a la posibilidad de encontrarse, por un lado, con la reedición del triunfo del primer ministro heleno, Alexis Tsipras, en unas supuestas elecciones anticipadas y, por otro, con queEuropa accedaa reestructurar la deuda pública griega.Todo ello, en vísperas de las elecciones españolas, que aún no tienen fecha oficial, pero que se esperan para diciembre. Y, sobre todo,como amenaza que puede torpedear la estrategia del Ejecutivo de apurar al máximo la legislatura para dar más margen a que la recuperación económica se afiance y se extienda a más capas de la sociedad.

Si Tsipras sale con éxito de ambos envites, especialmente del concerniente al alivio de la deudaporque reforzaría la impresión de que la resistencia tiene recompensa,Rajoy puede ver cómo el calendario juega en su contra. Y que, por el contrario, los partidos afines a Syriza ven crecer sus expectativas de hacer realidad el sueño del primer ministro heleno."Europa puede cambiar si ganan fuerzas similares a Syriza en España", declaró esta semana Tsipras.

Por ahora, y como muestra de que la situación de Grecia aún les puede generar réditos, desde Podemos han justificado las últimas decisiones de Tsipras en apoyo de un rescate que exige duras condiciones a Grecia. "Era acuerdo o la salida del euro", ha expuesto Pablo Iglesias. El secretario Político de Podemos, Íñigo Errejón, ha asegurado que votaría "sí" al tercerrescate griegoy hamatizado igualmente que, aunque el acuerdo es"difícil", "era lamejor soluciónposible".

Posibilidad creciente

Estos escenariosse nutren de la convulsión sufrida en las últimas jornadas, que han comprometido el porvenir deTsipras como primer ministro. La aceptación de un tercer rescate a cambio de unas duras condiciones, contraviniendo así el resultado del referéndum celebrado el 5 de julio, y las grietas abiertas en Syriza araíz de ese acuerdo abren de par en par las puertas a unas elecciones anticipadas.

El ministro de Trabajo, Panos Skourletis, ya sugirió el pasado lunes que esos comicios podrían celebrarse "este mismo año". Apurando aún más el calendario, este jueves fue el ministro del Interior, Nikos Voutsis, quien aseguró que "es muy posibleen septiembre u octubre, en función de los acontecimientos".

Tsipras, por su parte, declaró en la noche del miércoles a la televisión pública griega que, por ahora, no entra en su agenda adelantar las elecciones –las últimas, que le llevaron al poder, fueron el 25 de enero–, aunque con matices."Todo dependerá de lo que pase en mi partido y en nuestro socio de gobierno", añadió. Por el momento, dentro de su gobierno ya son varias las voces que mencionan abiertamente esa posibilidad, en tanto que la división en Syriza quedó palpable en la votación del miércoles en el Parlamento, en la que 38 representantes del partido rechazaron apoyar las medidas exigidas para poner en marcha el tercer rescate.

De las urnas a la deuda

Pero las urnas no son la única cita relevante que aguarda a Grecia en los próximos meses. Si Atenas cumple con las condiciones que se recojan finalmente en el Memorándum de Entendimiento (MoU, en sus siglas en inglés), que se negociará en las próximas semanas y que será el documento que definirá exactamente las exigencias deltercer rescate, en otoño podrían comenzar las negociaciones para dar un respiro a Grecia con su deuda pública.

En los últimos días, la idea de que la deuda pública del país heleno, que equivale al 175% del producto interior bruto (PIB),es insostenible se ha ido abriendo paso por momentos. El Fondo Monetario Internacional (FMI), que ha advertido de que en dos años la deuda pública duplicará el PIB, no duda en asegurar que el país necesita un respiro en este terreno. La Comisión Europea comparte este diagnóstico. Y el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, también se sumó a esta postura. "Es indiscutible que Grecia necesita un alivio para su deuda, y creo que nadie lo discute. La cuestión es cuál es la mejor forma de dar ese paso dentro de nuestro marco legal e institucional", aseguró el banquero italiano este jueves.

El matiz mencionado por Draghi, en referencia a cómo ejecutar ese alivio para la deuda helena, es clave.Para Europa, pero también para España. Cuanto mayor y cuanto más directo sea, más reforzado saldrá Tsipras. Es decir, una quita directa, que implica reducir el dinero que debe devolver el país, de al menos el 30% sería la opción preferida por Atenas y la que más podría perjudicar a Rajoy, que en ese supuesto vería cómo las tesis de Syriza, y por extensión las de Podemos, resultan fortalecidas.

Sin embargo, esa vía esla que tiene menos encaje en la normativa europea, de ahí que parezca una opción remota. Alemania, de hecho, se opone por completo. Por el contrario, la alternativa que tiene más posibilidades pasa por una reestructuración que alargue la vida de los préstamos, con un mayor periodo de carencia, para que Grecia tenga más tiempo para devolverlos. El FMI ya ha mencionado periodos de gracia de, por lo menos,30 años.

En cualquier caso, un posible alivio de la deuda permitirá que Tsiprasy los partidos cercanos lo vendan como la constatación de que Sí se puede. Si, además,el primer ministro ve fortalecida su posiciónmediante unas elecciones o simplemente porque la situación de Grecia mejora, este cóctel se puede volver en contra de los intereses de Rajoy y jugar a favor de los de Podemos.