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El lío en el que se mete Tchouaméni: cómo inyectar 'veneno' a Messi en la final del Mundial
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El lío en el que se mete Tchouaméni: cómo inyectar 'veneno' a Messi en la final del Mundial

En Argentina quieren la versión del Messi enojado para que les haga campeones del mundo y polemizan con las palabras de Tchouaméni en las que el francés dice que Mbappé es el mejor

Foto: Tchouaméni celebra el gol marcado a Inglaterra. (Reuters/Dylan Martínez)
Tchouaméni celebra el gol marcado a Inglaterra. (Reuters/Dylan Martínez)

En Argentina tienen con que calentar la final y encuentran cómo meterle veneno a Messi para que ajuste cuentas. La polémica la focalizan en unas declaraciones que hizo Tchouaméni tras el partido contra Marruecos. Le comentaron que Griezmann había calificado a Messi como el mejor futbolista del mundo y Tchouaméni llevó la contraria a su compañero de Selección. "El mejor jugador del mundo es Mbappé y lo va a demostrar en la final", manifestó. Lo hizo, además, con unas risas. No eran de mofa. Eran las de un joven jugador que disputa su primer Mundial y ha llegado a la final. Las de una persona feliz. Es la carnaza que necesita Messi para afilar el colmillo, conseguir su ansiado Mundial y la tercera estrella para la albiceleste.

Las palabras de Aurélien Tchouaméni vienen bien para echar gasolina. Servirán de estímulo para que Messi se las tome como una ofensa. Es la estrategia que conviene en Argentina. Poner a Tchouaméni en la diana de Messi por haberse atrevido a discrepar de lo que dijo Griezmann, que, por otro lado, fue compañero de Messi en el Barcelona. Cada uno puede tener su opinión y lo que demostró Tchouaméni es tener personalidad y hacer equipo. Para él, el mejor es Mbappé. Tampoco dijo una barbaridad, pero sí demostró que también sabe cómo puede estimular al futbolista más desequilibrante que tiene Francia. Mbappé ya tiene un Mundial. Está obsesionado con el segundo consecutivo y Tchouaméni cierra filas con la estrella del equipo.

placeholder Tchouaméni dispara en el partido entre Francia e Inglaterra. (EFE/Ronald Wittek)
Tchouaméni dispara en el partido entre Francia e Inglaterra. (EFE/Ronald Wittek)

Después del destrozo que le hizo Messi al defensa croata Gvuardiol, al que le toca vigilar de cerca a la estrella argentina es a Tchouaméni. El interés y la estrategia mediática en Argentina es calentar a Messi para que lo vuelva a repetir. Messi ya tiene suficiente motivación para ir a comerse a Francia, pero todo lo que sea meterle polémica y picante se da por bueno en Argentina tras aplaudir la versión que hemos visto del Messi canchero, enojado y bravo. Quieren la actitud del Messi agresivo. El que muerde y se encara, como hizo en el partido contra Holanda, donde saltaron chispas y el capitán mostró una personalidad desafiante.

Va sobrado

Tchouaméni, si ha demostrado algo en el Mundial, es que va sobrado. En el campo da un recital de poderío físico. Fuera, en los micrófonos, es igual de valiente. Dice lo que piensa. Le gusta el juego vertical, eléctrico, desequilibrante de Kylian Mbappé. Es uno de los pocos, por ejemplo, que se ha acordado de Benzema tras lograr la clasificación para la final del Mundial. El centrocampista francés del Real Madrid tiene coraje y valentía.

Foto: Deschamps mira desde lejos a Benzema. (Reuters/Gonzalo Fuentes)

Se está destacando el alto nivel que tiene Griezmann en la posición de interior por su sacrificio para defender, dar equilibrio al equipo y por ponerse el mono de trabajo. Pero el Mundial que se está marcando Tchouaméni es un escándalo. Es el único futbolista que ha disputado todos los minutos. Tiene la total confianza de Deschamps. Está rindiendo a un nivel superior en una posición de mediocentro en la que demuestra tener un despliegue físico y futbolístico de jugador top. El partido que hizo contra Marruecos fue descomunal.

Tuvo que multiplicarse, con la baja de Rabiot, para contener los ataques de la Selección marroquí y estirar el equipo en las transiciones. Dio una exhibición de fuerza, potencia y velocidad. Abarcó una extensión de campo muy amplia en sus funciones de recuperador de la pelota, distribuidor con apoyos al primer toque, ganando duelos en los balones divididos, yendo a hacer coberturas a los laterales. Fue una bestia. Demostró por qué es uno de los mejores centrocampistas del mundo y su futuro. A sus 22 años se convirtió en uno de los fichajes más caros de la historia del Real Madrid, pero visto su rendimiento en el Mundial, queda claro que aquí hay un futbolista para la alta competición durante muchos años.

Foto: Cristiano Ronaldo, tras quedar eliminado del Mundial. (Reuters/Carl Recine)

Tchouaméni es vigor, ritmo e intensidad. Es protagonista en las acciones de recuperación y es el autor de un golazo en el partido contra Inglaterra. Se ha medido al inglés Jude Bellingham, en cuartos, y al marroquí Sofyan Amrabat, en semifinales, y ha salido victorioso ante dos de los mejores centrocampistas del campeonato. Contra Marruecos fue el jugador que más balones recuperó (11). Uno más que Amrabat. Su eficacia en la semifinal como pasador es destacable: 40 pases buenos de 47. La roca de Francia no es solo músculo. Tiene talento y lee lo que necesita el equipo en los partidos. Le quedan cosas por pulir, pero en Qatar va sobrado.

Aurélien Tchouaméni es una de las sensaciones del Mundial y en la final tiene el hueso de Messi. El duelo es interesante, pero él ya ha dejado claro que "tendremos que defender bien. Para mí es un sueño jugar una final del Mundial, es un partido increíble y hacerlo contra Messi es mejor. Es un gran jugador, pero a su lado hay otros diez". Ha elogiado a Messi, pero ha puesto por encima a Mbappé. Lo que ha demostrado es que tiene arrojo y no le intimida que le hablen de las necesidades que tienen Messi y Argentina de ganar este Mundial.

En Argentina tienen con que calentar la final y encuentran cómo meterle veneno a Messi para que ajuste cuentas. La polémica la focalizan en unas declaraciones que hizo Tchouaméni tras el partido contra Marruecos. Le comentaron que Griezmann había calificado a Messi como el mejor futbolista del mundo y Tchouaméni llevó la contraria a su compañero de Selección. "El mejor jugador del mundo es Mbappé y lo va a demostrar en la final", manifestó. Lo hizo, además, con unas risas. No eran de mofa. Eran las de un joven jugador que disputa su primer Mundial y ha llegado a la final. Las de una persona feliz. Es la carnaza que necesita Messi para afilar el colmillo, conseguir su ansiado Mundial y la tercera estrella para la albiceleste.

Leo Messi Mundial de Qatar 2022
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