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Un estelar Messi brilla en el adiós de Modric para llevar a Argentina a la final del Mundial (3-0)
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Croacia jugará por el tercer puesto

Un estelar Messi brilla en el adiós de Modric para llevar a Argentina a la final del Mundial (3-0)

La albiceleste no dio oportunidad a la escuadra europea que, además, ofreció muchas lagunas defensivas. Marruecos o Francia será el rival de la albiceleste en la final del domingo

Foto: Messi celebra su tanto. (Reuters/Molly Darlington)
Messi celebra su tanto. (Reuters/Molly Darlington)

Decía el escritor Luciano Wernicke que a Lionel Messi le quedaban varios milagros para poder alcanzar a Diego Armando Maradona, y más aún tras el desánimo que cundió en la hinchada albiceleste tras el inesperado batacazo inicial contra Arabia Saudí. Pero, aunque eso ocurriera hace tan solo dos semanas, el vertiginoso avance de la competición convierta ese traspiés en algo acaecido en la prehistoria futbolística. Al 10 ya solo le queda un milagro para alcanzar al Pelusa en, al menos, títulos mundialistas, después derrotar a Croacia (3-0) en la primera semifinal de Qatar 2022. Un partido con mucho menos relato del esperado.

No es la primera vez que un equipo que inicia su periplo con derrota acaba levantando el Mundial. Los nostálgicos de la época en que La Roja ganaba hasta al dominó recordaran la inesperada caída ante Suiza en la primera jornada del torneo en Sudáfrica, con Piqué sangrando y un país que lamentaba una falta de olfato que, por suerte, se esfumó pronto. Pero, en realidad, son también los propios argentinos los que saben por experiencia que caer a la lona el primer día en la oficina no se traduce en fracaso: en Italia 1990, la sorprendente Camerún derrotó a la vigente campeona en su debut y, pocas semanas después, Maradona y compañía, tras eliminar a la anfitriona en la mítica semifinal de Nápoles, se plantaron en la final para caer con Alemania. La historia se repite, pero los latinoamericanos quieren que el broche no sea tan triste como en suelo transalpino y acabar levantando, tras 36 años, su tercera Copa del Mundo.

Desastre defensivo croata

¡Qué decir del extraordinario Mundial de Croacia! Nunca nadie espera al conjunto balcánico en la semana final, y menos aún en esta edición qatarí, pues parecía que llegaba a la cita con menos pólvora que en 2018, con el Last Dance de Luka Modric como gran aliciente, pero con un grupo donde ya no están los excepcionales teloneros, ni Rakitic, ni Mandjukic, ni Corluka. Pero jugar una ronda eliminatoria resulta para la selección de Dalic como ir al parque de atracciones con los hijos: algo que genera tensión pero que, finalizado el reto, deja una sensación enormemente feliz. Y es que, exceptuando la derrota contra Francia en la final del Luzhniki, todos los enfrentamientos, desde octavos hasta semifinales, incluyendo las ediciones de 2018 y 2022, se acababan traduciendo en el pase croata a la siguiente ronda. Pero el hechizo se rompió hoy.

Foto: Maradona le da instrucciones a Messi antes del partido de cuartos frente a Alemania en Sudáfrica 2010. (EFE/Cézaro de Luca)

En realidad, fue Croacia quien puso mucho de su parte para que no se repitiese su suerte. Y, más concretamente, su defensa, que estuvo horrible en las dos acciones de gol de los argentinos con el que encarrilaron el partido en la primera parte. Fue un cuarto de hora horrible, donde la desconcentración crecía de manera decidida, como la inflación en otoño, y que, incluso, le pudo costar algún gol más al cuadro defendido por el meta Livakovic.

La lógica invitaba a pensar que el partido se podía ir 0-0 al descanso, pues hasta el minuto treinta no hubo ninguna ocasión. Parecían los croatas querer macerar la pelota en el césped, pero Argentina estaba realmente concentrada, esperando su oportunidad para salir corriendo, como perros de presa, y meter un bocado en la yugular croata. Y el esperado momento llegó en el minuto 31. Lovren se quedó colgado y habilitó a Julián Álvarez para que, tras un gran pase medido, evitase el fuera de juego y se plantase ante el cancerbero rival. Erró el disparo el goleador del Manchester City, pero Livakovic lo derribó y Daniele Orsato pitó un justo penalti. No dudó Messi, mandando la pelota a un lugar inalcanzable para anotar desde los once metros su quinto tanto en el torneo y su undécimo en la competición.

placeholder Modric, cabizbajo tras el partido. (Reuters/Dylan Martinez)
Modric, cabizbajo tras el partido. (Reuters/Dylan Martinez)

Hasta ese instante el rosarino había decidido pasar inadvertido por el campo. Como uno de esos personajes solitarios del cine americano de Wim Wenders, Messi vagaba por el espacio como en un paraje desértico, a la espera de dar el salto hacia adelante y abandonar la errancia para aportar sentido a la narrativa. Y lo hizo a lo grande, como en prácticamente todo el torneo de Qatar, con goles y asistencias. ¿Qué mejor manera de acabar tu historia en los Mundiales que siendo el mejor jugador de tu equipo y levantar el trofeo como irrefutable líder?

Cinco minutos le bastaron a Argentina para empezar a finiquitar esta semifinal tan poco igualada. Julián Álvarez empezó la conducción a la contra y se fue deshaciendo de obstáculos prácticamente al choque, como en una prueba del Gran Prix y, gracias a su pertinaz fe y la encomiable ayuda de la lamentable defensa, se plantó ante el portero para, de forma sutil, meter la puntera y anotar el segundo de su equipo. La Scaloneta va a toda marcha y pudo, incluso, sentenciar con cabezazo de la ‘araña’, pero el meta del Dinamo de Zagreb cuajó una gran parada.

Argentina controla y sentencia

Todo tenía que cambiar mucho para la selección ajedrezada si quería evitar la eliminación a las puertas del paraíso. Croacia ya remontó a Canadá, a Japón y a Brasil, pero nunca con una renta de dos goles abajo. Por su parte, Argentina había disfrutado de ventaja de dos goles contra Australia y Países Bajos en octavos y cuartos de final, respectivamente, y fueron igualados por los europeos y estuvieron también a punto de dejarse empatar por el combativo cuadro oceánico. Pero lo cierto es que fue una segunda mitad placidísima. No hubo atisbo de remontada ya que, directamente, no hubo ocasiones para su rival.

Lo que llegó fue la sentencia en el minuto 68. El tercer tanto fue obra, de nuevo, del genial Álvarez, que le quitó el puesto a Lautaro Martínez tras el mal inicio del delantero del Inter y, desde entonces, no hay quien le tosa gracias a su gran efectividad. Lleva ya cuatro goles en el torneo, y se sitúa a tan solo uno de su compañero y de Kylian Mbappé. Si bien, el gran mérito de la acción se ha de conceder a, quién si no, el mago Messi, en su enésima exhibición dentro del área, con regates de postín y asistencia maravillosa. El del PSG estuvo imparable.

Foto: Messi celebra el pase a semifinales. (EFE/EPA/Abir Sultan)

También se vio, y esto es una tristísima noticia, el último partido en un Mundial de Luka Modric. Zlatko Dalić lo cambió en el minuto 80, y ahí concluyó la bonita historia del Balón de Oro croata con un torneo que ha acariciado y que hubiese puesto un precioso lazo a su bonito idilio con el balompié de selecciones. Queda el amargo partido de´l sábado, el de la lucha por el tercer puesto. Si hubiese sido un partido de Champions League y en el banquillo hubiesen estado Rodrygo o Camavinga, igual se hubiese obrado el milagro de la remontada.

Dio Scaloni entrada a aquellos jugadores a los que no se les había visto en todo el torneo, como Dybala, Correa o Foyth. Resulta curioso que los menos habituales tuviesen posibilidad de entrar en una semifinal del Mundial, al igual que en esos partidos de ronda previa de Copa del Rey en que los equipos de Primera alinean a los jugadores menos habituales y a los canteranos, pero lo cierto es que Croacia no fue rival. Si se olvida el choque ante Polonia –que, directamente, la escuadra declinó la acción de atacar– la semifinal fue el partido más cómodo. Toda una inyección para encarar una final que ya es, probablemente, el partido más importante de la carrera de Lionel Messi, pues si derrota a Marruecos o Francia en la final del domingo, el genio habrá ganado todos los títulos habidos y por haber. Ya solo falta el último milagro.

Decía el escritor Luciano Wernicke que a Lionel Messi le quedaban varios milagros para poder alcanzar a Diego Armando Maradona, y más aún tras el desánimo que cundió en la hinchada albiceleste tras el inesperado batacazo inicial contra Arabia Saudí. Pero, aunque eso ocurriera hace tan solo dos semanas, el vertiginoso avance de la competición convierta ese traspiés en algo acaecido en la prehistoria futbolística. Al 10 ya solo le queda un milagro para alcanzar al Pelusa en, al menos, títulos mundialistas, después derrotar a Croacia (3-0) en la primera semifinal de Qatar 2022. Un partido con mucho menos relato del esperado.

Mundial de Qatar 2022
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