Por qué todos miramos a Mbappé, pero el mejor jugador de Francia en el Mundial es Griezmann

Antoine Griezmann no ha marcado ni un solo gol en seis partidos del Mundial. Una de las principales estrellas de Francia ha llegado a la gran final de Qatar de vacío. El dato es abrumador. Incluso podría llevar al equívoco a la hora de juzgar la Copa del Mundo del jugador del Atlético de Madrid. A menos que uno se fije en todo lo que hace con y sin la pelota. La realidad es que Griezmann es el verdadero motor de una Francia temible que encuentra en la figura de Kylian Mbappé un puñal al espacio en transición ofensiva y en él, al futbolista más diferente de todo el equipo. Griezmann es el jugador que le da sentido al plan de Didier Deschamps y en la final se juega ser el mejor futbolista con su selección desde 2016.

Un cerebro organizador y creativo que no cesa en su intento de buscar soluciones ofensivas (y defensivas) para Francia. Como ya sucediese ante Inglaterra en cuartos de final, con dos asistencias vitales para avanzar a la siguiente ronda, Griezmann volvió a ejercer como una navaja multiusos contra Marruecos. Suya fue la acción que voló por los aires el partido al burlar a El Yamiq, que trató de anticipar a destiempo, y que acabó con el 1-0 de Theo Hernández. Una jugada que no aparecerá en los libros de estadísticas a la hora de valorar la actuación de Griezmann en Qatar, pero que sirve para radiografiar la importancia del jugador galo. Un movimiento perfecto y el partido se desatascó.

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Alberto Ramírez

Mientras todos los focos mediáticos se dirigen a los goles de Kylian Mbappé y el récord de Olivier Giroud como máximo anotador de la historia de la selección francesa, Antoine Griezmann está siendo el futbolista más vital de Francia. Por eso es el jugador con más asistencias (tres), más grandes ocasiones creadas (siete) y más pases clave (21), según el portal de datos Sofascore. Este Griezmann es el que juega y hace jugar al resto. El que disfruta ordenando los pases de su equipo como bisagra entre el centro del campo y el ataque, asistiendo a muchos futbolistas que le dibujan movimientos al espacio en todo momento como el propio Kylian Mbappé, Olivier Giroud y Ousmane Dembélé. Volvió a ganar el MVP del encuentro en las semifinales del Mundial.

La mente pensante de Francia

"Antoine es un jugador que tiene esa capacidad de cambiar la cara del equipo. Es técnico, tiene un gran volumen de juego en un papel diferente que le sienta muy bien. Le gusta tanto hacer una entrada como hacer un pase. Con su pierna izquierda, tiene la habilidad de iluminar el juego, y tiene una generosidad superior a la media. Ha estado al más alto nivel durante 10 años y tiene la capacidad de estar a su mejor nivel cuando es necesario", declaró Didier Deschamps en la rueda de prensa. Un elogio a la altura del torneo que está firmando Griezmann.

Christophe Dugarry, campeón del Mundial de Francia 1998 y la Eurocopa 2000 con los galos, también reconoció el gran rendimiento de Griezmann en RMC: "Me parece simplemente excepcional desde el comienzo de la competición". Hasta se animó a ir más allá y ponerlo a la altura de dos históricos, como Zidane y Platini: "Incluso me parece, a veces, zidanesco. Siempre tiene el tono justo, el pase adecuado. Creo sinceramente que la selección francesa no sería la misma sin él. A menudo nos falta ritmo en nuestro juego; no hay mucha intensidad. En cuanto Antoine toca el balón, pone ritmo a un pase, a una visión. Tiene una mezcla de Zizou y Platini. Platini, él iluminó el juego, tenía una visión. Vio el juego antes que los demás. Griezmann me parece impresionante", sostuvo esta semana.

Resulta difícil encorsetar el rol de Antoine Griezmann en Francia en una posición concreta. ¿Centrocampista con total libertad? ¿Mediapunta tras Olivier Giroud? ¿O un alma libre? Lo cierto es que, independientemente de dónde juegue, lo que ha demostrado Griezmann en Qatar 2022 es lo mismo que hiciera ya en Rusia 2018 y en Francia 2016. Es uno de los mejores futbolistas del mundo cuando juega con su selección y una pieza imprescindible en los esquemas de la campeona del mundo. Su versatilidad le ha permitido actuar como extremo izquierdo, falso 9, mediapunta a lo largo de la última década y ahora como cerebro organizativo del combinado de Didier Deschamps en 2022.

Trabajo inagotable

Lo explicaba el mismo jugador durante el Mundial: "Soy bastante libre en esta posición. Tengo que estar entre la defensa y los atacantes y relacionarlos. Tengo tres jugadores delante de mí. Más opciones para que sea más fácil para mí. Al entrenador le gusta discutir con los jugadores, saber cómo se sienten, y luego buscará la mejor solución para el equilibrio del equipo. La estamos encontrando. Él confía en todos. Es una fortaleza de su parte. Cada vez que da una orden o un consejo, lo seguimos". Algo que también defendió en los micrófonos de Gol Mundial tras el encuentro ante Marruecos: "Siempre he sido así. Trabajar arriba y defensivamente, lo que pasa que en Francia tengo más gente por delante de mí. Soy más creativo porque no tengo que finalizar yo las jugadas".

En este sentido, Griezmann añadió que "tanto en club como en selección, sé que me necesitan. Todo rueda (...) Tuve las oportunidades de marcar un gol, contra Dinamarca, pero fallé en la definición. Puede que esté menos cerca del área rival, pero juego buenos partidos. Echo de menos el objetivo de marcar goles, pero no me preocupo por eso, si esa es la pregunta. El equipo me necesita más en el corazón del juego. El hecho de estar muy bien físicamente también me ayuda mucho".

La capacidad del tercer máximo goleador de Francia, con 42 goles, solo superado por Thierry Henry (51) y Olivier Giroud (53), de adoptar un nuevo rol tan complejo es una vuelta de tuerca a su carrera como futbolista cuando parecía agonizar en un Atlético de Madrid en crisis. No hay que pasar por alto su sensibilidad defensiva y su grado de implicación en tareas propias de otras posiciones más retrasadas. En todos y cada uno de los partidos de Francia, se ha dejado la piel por su selección, mientras otros jugadores, como Mbappé, descansaban en tareas defensivas.

Ante Marruecos, recuperó nueve pelotas, según datos de Gol, y se le vio aparecer en el área de Francia para evitar el gol de Marruecos (como en ese robo milagroso frente a Achraf, cuando estaba solo para definir ante Hugo Lloris). Ya pasó en el partido de octavos frente a Polonia, donde el jugador rojiblanco despejó un balón en el área de Francia porque bajó a defender hasta el interior de la misma y de ahí nació el segundo tanto de Mbappé al contragolpe. El Mundial de Antoine Griezmann es maravilloso y eso no lo cambiará una derrota en la final, pero todavía puede aumentar más su leyenda con Francia si logra repetir triunfo y acabar con el sueño de la Argentina de Leo Messi.