Por qué esta Argentina no es la de Brasil 2014 y la pesadilla recurrente del fallo de Higuaín

Argentina está por sexta vez en una final del Mundial. La más reciente es la de 2014, cuando la albiceleste fue derrotada en la final ante Alemania (1-0). En aquella ocasión, Leo Messi no tenía barba, aunque el camino hacia la final fue igual de tedioso que en Qatar. A pesar de que el brazalete lo llevaba Lio, el liderazgo se repartía entre él y Javier Mascherano. Quizá haya semejanzas entre ambos equipos, pero hay varios diferencias claras.

El rendimiento de Messi es la primera divergencia. En 2014, se lo vio errático, sin ser determinante cuando siempre acostumbra a serlo. Durante la temporada previa al torneo, acusó mucho la fatiga y el estrés, porque fue habitual verlo con arcadas en los partidos, como en un amistoso ante Rumanía. En la fase de grupos del Mundial, como siempre hasta que llegó Qatar, fue el único momento en el que resultó decisivo para su selección. En esta Copa del Mundo, en cambio, es la primera ocasión en la que ha marcado en las rondas finales.

Di María es otro jugador al que hay que resaltar, aunque en este caso por paralelismos entre ambos torneos. Ángel llegó en el mejor momento de su carrera a Brasil, después de ganar la Champions con el Madrid y haber sido MVP de la final. Era el jugador más decisivo del equipo de Alejandro Sabella hasta su lesión en cuartos, frente a Bélgica (1-0). El Fideo no volvió a jugar en el Mundial, igual que le ha ocurrido en Qatar, donde de nuevo unas molestias en el cuádriceps lo han dejado fuera de las rondas finales. En 2014, se retiró llorando del césped cuando se lesionó tras un tiro a puerta.

Higuaín no es Julián Álvarez

La efectividad de los delanteros ha sido dispar entre Brasil y Qatar. Mientras que Gonzalo Higuaín solo anotó un gol en el torneo (el de la victoria ante Bélgica en cuartos), Julián Álvarez, que comenzó el torneo como suplente, lleva cuatro en seis partidos. La Araña ha sido el primer jugador, desde Pelé en Suecia 1958, en marcar un doblete en una semifinal de la Copa del Mundo. En Argentina aún no se han olvidado del fallo del Pipita en la final ante Alemania ni de los que vinieron después en las de Copa América frente a Chile.

Es cierto que Messi ha retrasado su posición con los años y cada vez está más cerca del centro del campo, pero la creatividad no tiene nada que ver entre un Mundial y otro. En Brasil los centrocampistas eran futbolistas destructores como Mascherano, Lucas Biglia y Enzo Pérez; ahora hay dos jugadores creativos como Enzo Fernández, que marcó un golazo espectacular ante México (2-0), y Alexis Mac Allister.

Enfrentarse a Holanda es una de las similitudes, aunque aquella vez fue en semifinales y esta vez en cuartos. Argentina necesitó la mejor actuación de su portero en ambas ocasiones, porque la eliminatoria se decidió en penaltis. Tanto Sergio Chiquito Romero como Emiliano Dibu Martínez emularon a Sergio Goycochea para llevar a su país a la siguiente ronda. Parece que los porteros albicelestes nacen con más capacidad que otros para atajar penaltis.

La equidistancia de los seleccionadores

El sufrimiento ha estado presente en ambos torneos, aunque siempre ha habido un partido tranquilo en las rondas finales. En Brasil fue en cuartos ante Bélgica, mientras que en Qatar ha sido la semifinal ante Croacia (3-0); en 2014 sufrieron para ganar a Suiza en octavos (1-0 en la prórroga) y en 2022, en los últimos compases del partido ante Australia (2-1). Los encuentros ante Holanda siempre han estado cargados de terror.

Por último, ambas selecciones tienen un entrenador con perfil similar. Tanto Sabella como Lionel Scaloni son dos tipos equidistantes que se mantienen al margen de las polémicas históricas que tienen al país tan polarizado. En aquella ocasión, Götze fue la némesis de Alejandro. Y Scaloni espera que Mbappé no sea la suya.