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Por qué Luis Enrique se está quedando con todos los aficionados españoles (y una parte de la prensa)
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El invento que se saca de la manga

Por qué Luis Enrique se está quedando con todos los aficionados españoles (y una parte de la prensa)

El seleccionador nacional ha decidido traspasar la presión de la Selección española más inexperta en décadas hacia su figura. Se moja, se expone y se la juega y nada es casualidad

Foto: El seleccionador español, durante una rueda de prensa. (EFE/Julio Muñoz)
El seleccionador español, durante una rueda de prensa. (EFE/Julio Muñoz)

Luis Enrique cada día se siente más cómodo al mando de la Selección española de fútbol. Es un personaje exagerado, que capta toda la atención y está haciendo lo posible por incrementar su presencia mediática y ganarse a la audiencia. Alguien imprevisible y que pasa de la prensa. El entrenador de la selección española pretende desviar el tiro... y, de momento, lo está consiguiendo en los días previos al debut mundialista de España. Hasta cae mejor por lo general y ya no tiene tantos haters. A falta de tres días para el estreno, se está hablando de todo, menos de la Selección. Y más de él que de los jugadores. Luis Enrique está consiguiendo justo lo que quería y protegiendo a sus imberbes futbolistas con su "idea descabellada", tal y como calificó la acción.

No solo por sus respuestas irónicas en rueda de prensa, su sinceridad o humor. También por esa iniciativa de convertirse en el primer entrenador en la historia de los Mundiales en stremear cada día desde la sede de la Copa del Mundo (por iniciativa propia) y no cortarse ni un pelo ante ninguna pregunta de sus seguidores con respuestas fuera de lo políticamente correcto. ¿Por qué Luis Enrique se expone así? Sencillo, quiere que toda la presión recaiga sobre él y liberar a un equipo sin apenas rodaje mundialista del peso de representar a todo un país. Es una apuesta personal en forma de invento en la que él, como máximo responsable del grupo, se coloca delante del foco mediático sin chaleco antibalas y desplaza a los futbolistas a un segundo plano hasta que ruede el balón ante Costa Rica.

placeholder Luis Enrique, durante el entrenamiento celebrado este sábado en la Universidad de Qatar. (EFE/Juanjo Martín)
Luis Enrique, durante el entrenamiento celebrado este sábado en la Universidad de Qatar. (EFE/Juanjo Martín)

"No hay seleccionador mejor que yo en la historia del fútbol mundial. No es verdad, pero yo me lo creo", bromeó. "Qué titular les he dado", comentó con el director de comunicación, entre risas. "¿Cómo voy a dudar? Con todos los palos que nos dan, encima vamos a dudar nosotros. Soy el mejor entrenador que puede haber en la faz de la tierra. Si tengo que convencer a mis jugadores y me ven dudar... Dudas, ninguna. La de palos que me van a caer, pero a mí me da igual", afirmó el asturiano el mismo día que dio la lista definitiva para el Mundial de Qatar.

La mayoría de medios de comunicación recogieron la frase, en lugar de hablar de las ausencias o la controvertida presencia de ciertos jugadores. Igual que ahora se habla más de lo que expresa el técnico español en su canal de streaming que en la abrupta salida de Jose Luis Gayà, los problemas de contundencia en ambas áreas, las dudas en el eje central de la zaga o si Ansu Fati está listo al 100% para ser titular en el primer encuentro de la Selección española frente a un equipo batallador como Costa Rica.

No hay mucha diferencia entre lo que hacían José Mourinho y Pep Guardiola en rueda de prensa y lo que está haciendo Luis Enrique en Twitch. Es traspasar la presión de unos a otros a través de la gestión de grupo y ejercer de escudo ante la opinión mediática y distraer. Probablemente, el mejor ejemplo lo ofrezca Ronaldo Nazario con aquel corte de pelo tan horrible con el que jugó la final del Mundial 2002 de Corea y Japón. El delantero vio peligrar su presencia en la final del 2002, al sufrir una lesión muscular en las semifinales contra Turquía. Por ello, el día antes de la gran final, con toda la prensa pendiente de su estado físico, Ronaldo cogió la máquina y se hizo ese extraño peinado. "Vi a mis compañeros de equipo y les pregunté: '¿Os gusta? Dijeron: '¡No, es horrible! Córtate esto". Los periodistas vieron mi corte de pelo y se olvidaron de la lesión", explicaría en la revista Sports Illustrated en 2021. Luis Enrique está haciendo lo mismo con su canal de Twitch.

Un equipo de autor... sin horas de vuelo

En el primer día como streamer, Luis Enrique llegó a tener 150.000 espectadores y ya supera los 350.000 suscriptores. Entonces dijo que "el chat va más rápido que Nico Williams", mandó un saludo a Amunike al hacer referencia a la broma de "Luis Enrique, tu hijo es de Amunike". "Le tengo un gran cariño, hace mucho que no le veo, pero encantado de que me lo recordéis", respondió que le gusta el mote de Luis Padrique y prometió pintarse el pelo o hacerse un piercing si España gana el Mundial de Qatar.

Luis Enrique trata de darle la vuelta a la tortilla de la opinión pública de manera inteligente. No le interesa controlar el flujo de información ni saltarse a la prensa porque le da exactamente igual, aunque disfruta haciendo llegar sus ideas y saltándose la tergiversación que algunos medios de comunicación puedan hacer. Sabe que la presión sobre la Selección española es enorme porque los últimos resultados (semifinales de la Eurocopa y subcampeones de la Nations League) han colocado a España entre las principales favoritas... aunque el equipo no tiene grandes estrellas. Es una paradoja que no se da en ninguna otra gran selección de este Mundial. A su vez, la inexperiencia del grupo es inusual entre las principales favoritas. España es capaz de liarla muy gorda en este Mundial... para bien y para mal.

placeholder Gavi y Ansu Fati celebran un tanto junto a Laporte. (EFE/Pablo García)
Gavi y Ansu Fati celebran un tanto junto a Laporte. (EFE/Pablo García)

El conjunto del seleccionador es el que tiene una media de edad más baja de los últimos cuarenta años: 20 de los citados no tienen experiencia previa en un Mundial con España. Con una edad promedio de 25,3 años, la España que competirá en Qatar 2022 se encuentra tan solo por encima de Ghana y Estados Unidos, cuya edad se sitúa unos decimales por debajo de esta cifra. "Yo cuando les veo entrenar así, la inexperiencia la olvido. Mira en el ciclismo. Indurain fue a su primer Tour con 24 años, y ahora van y ganan el Tour con 19", respondía Luis Enrique en torno a esta situación.

Él es la estrella y el arquitecto de un equipo extraordinario capaz de compensar la falta de experiencia en grandes torneos y de talento individual con un trabajo táctico y una convicción admirables en la Eurocopa. Y, por encima de todo, demostrar que en esta Selección nadie va a jugar por el nombre si su estado físico y mental no encajan con su idea. No hay nadie indiscutible.

"Para los jugadores, el bagaje es interesante. Pedri fue un descubrimiento en la Eurocopa. ¿Qué es lo bueno de ver a jóvenes a este nivel? Que los que vienen a continuación pueden decir 'si lo hace este, lo puedo hacer yo'. La juventud te da libertad, porque todavía no eres consciente de las consecuencias. La mayoría de jóvenes ya están en equipos de nivel. Respecto a la Eurocopa, salimos y salieron reforzados. Nos planteamos ese siguiente paso con mucho optimismo", agregaba Luis Enrique en rueda de prensa. El plan del seleccionador va viento en popa. Al menos hasta que ruede el balón.

Luis Enrique cada día se siente más cómodo al mando de la Selección española de fútbol. Es un personaje exagerado, que capta toda la atención y está haciendo lo posible por incrementar su presencia mediática y ganarse a la audiencia. Alguien imprevisible y que pasa de la prensa. El entrenador de la selección española pretende desviar el tiro... y, de momento, lo está consiguiendo en los días previos al debut mundialista de España. Hasta cae mejor por lo general y ya no tiene tantos haters. A falta de tres días para el estreno, se está hablando de todo, menos de la Selección. Y más de él que de los jugadores. Luis Enrique está consiguiendo justo lo que quería y protegiendo a sus imberbes futbolistas con su "idea descabellada", tal y como calificó la acción.

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