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Las molestias de Diego Costa no son excusa para que Lopetegui cuente con él
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confía en el máximo goleador de la premier

Las molestias de Diego Costa no son excusa para que Lopetegui cuente con él

El delantero llegó con un hematoma en la ingle, pero no le impedirá estar disponible para los partidos contra Macedonia e Inglaterra, lo que confirma lo mucho que Lopetegui confía en él

Foto: Diego Costa sigue en la Selección pese a sus problemas físicos (Eloy Alonso/Reuters).
Diego Costa sigue en la Selección pese a sus problemas físicos (Eloy Alonso/Reuters).

A Diego Costa nadie le ha regalado nada para jugar en la Selección, y puede que parezca todo lo contrario, en realidad. Durante un tiempo era el chico nuevo, el ‘9’ más en forma del mundo que había rechazado a la pentacampeona del mundo para jugar con España, como para no mimarlo y mostrarle todo el cariño que él aseguraba haber recibido de este país que le acogió siendo tan joven. Estamos poco acostumbrados a que un futbolista se nacionalice y decida que quiere jugar con España y nos pasma que suceda con un jugador de talla mundial como Costa. ¡Rechazó a Brasil! A Brasil, precisamente, en el momento en que la ‘Canarinha’ carecía de un delantero centro de nivel mundial y tenía que tirar de Fred, Pato o Jô, que se parecían a Ronaldo únicamente en el dorsal que vestía sus espaldas. Las expectativas con Costa eran razonablemente altísimas.

Foto: Diego Costa sustituyó al lesionado Álvaro Morata en el minuto 27 (Sergio Barrenechea/EFE) Opinión

Nadie va a ejercer aquí de abogado del diablo. Es inexcusable que uno de los mejores puntas del mundo marcase un gol con España en trece partidos. La falta de adaptación al juego del equipo nacional sirvió como excusa en su inicio, en ningún caso es sencillo comprender el juego posicional que interpretaba la selección del periodo tardío de Del Bosque y menos para un jugador que jamás había disputado partidos que requiriesen esa compresión específica del juego. Una vez disputados varios encuentros y realizados un número nada desdeñable de entrenamientos, este motivo no resulta convincente, más allá de que el técnico no encontrase, como parte de su responsabilidad, las fórmulas para explotar las cualidades que Costa había evidenciado en el Atlético de Madrid y posteriormente en el Chelsea.

Hubo momentos en los que incluso se llegó a interpretar que Del Bosque no volvería a convocar a Diego Costa, que no volvería a jugar con la selección. Entre que su comportamiento no había sido el ideal dentro del campo y que parecía poco más que un pulpo en un garaje cuando se vestía de rojo, parecía hasta razonable. Había encuestas públicas que directamente decían que no debía ser parte de la Selección. Mientras, él marcaba goles con el Chelsea como modo de vida indiscutible.

Del Bosque tampoco colaboraba en cerrar el debate. Le pasó durante el final de su mandato con varios asuntos determinantes en el futuro de la selección que no quiso o no supo cerrar a tiempo, lo que hubiera colaborado en mejorar el ambiente en la plantilla que, como se vio en Francia, no acabó siendo el mejor por motivos relacionados con estos temas. Casillas acudió a la Eurocopa sin tener ni la más mínima idea de si iba a ser titular o si iba a estar comiendo banquillo, lo que finalmente sucedió. Y mientras, media España se carcomía preguntándose quién jugaría, qué era lo mejor para el equipo… Nada acabó yendo bien.

Con el tema de Diego Costa, Del Bosque siempre fue enigmático hasta la extenuación. Él siempre decía que contaba con el chico, que lo consideraba parte del equipo. “Con nosotros siempre ha sido correctísimo. Es cierto que ha tenido algunos episodios en los que no ha sido edificante, pero siempre viene aquí con muchas ganas, como si tuviera una deuda con la Selección”, dijo una vez el técnico de Salamanca. Pero cuando tenía la más mínima opción de dejarlo fuera de la lista de convocados definitiva, lo hacía sin miramientos. Cierto es que en las últimas convocatorias que pudo hacer Del Bosque, Costa tenía alguna que otra molestia. Sin embargo, no fue solo una ocasión en la que se le dejó fuera de la selección por motivos físicos y, aun así, jugaba el siguiente partido con su club. Es decir, resultaba contradictoria la razón oficial que daba el seleccionador con la realidad física y deportiva del jugador, que nunca ha dado muestras (públicamente al menos) de haberse arrepentido de la decisión que tomó hace ya más de tres años.

El límite se puso en mayo. Del Bosque no convocaba a Diego Costa para la Eurocopa por “incertidumbre física”. Y sin embargo, en esa convocatoria se incluyeron jugadores como Saúl (que luego se cayó de la misma) y Lucas Vázquez, que habían acabado la temporada con sus clubes también tocados. Pero lo de Costa era demasiado grave, en teoría. Había acumulado diversos actos de indisciplina en la temporada, el último por entonces, su encontronazo con Gareth Barry en un Everton-Chelsea y se especuló con que Del Bosque no lo convocaba como castigo por su comportamiento, pero el entrenador siempre lo negó.

Foto: Más de dos años después de su debut, Costa solo ha jugado 10 partidos. (Reuters/Eloy Alonso)

Diego Costa fue categórico cuando Lopetegui le volvió a llamar en septiembre. “Si no fui a la última Eurocopa por mi carácter, no vendré más a la selección porque no cambiaré mi forma de ser y de jugar”, dijo a los micrófonos de ‘0’, de ‘Movistar +’. Lopetegui aceptó, como hizo Simeone, que Costa es así y que así hay que disfrutarlo y sufrirlo. Desde el primer día fue cristalino sobre sus intenciones con el punta y lo puso en su primera lista, en la que también estaban Alcácer y Morata. No dio a entender entonces quién era su delantero titular, pero en los partidos, donde realmente cuenta, el ‘blue’ ha sido titular en los tres últimos, y ha marcado tres goles, el triple que en toda la etapa con Del Bosque.

En esta última concentración internacional, a la que se incorporó este martes después de aprovechar este lunes para cenar con Diego Simeone, como dos grandes amigos que son (y que se quieren mutuamente juntos, algo que no dejó el Chelsea que ocurriera este verano), Costa llegó con un hematoma en la ingle que podía haberle hecho causar baja y volver a Londres, pero Lopetegui decidió que se quedase. Desde la propia selección aseguran que el delantero está en perfectas condiciones, aunque se entrenó en el gimnasio en la primera sesión de este martes, si bien su presencia ante Macedonia e Inglaterra no está puesta en duda. El nuevo seleccionador lo quiere cerca, quiere darle cariño y apoyo y, más que nada, quiere hacerle adaptarse al juego del equipo.

El juego de Costa en estos partidos ha sido incluso más destacable que su productividad goleadora. El sistema táctico de Lopetegui es, a simple vista, casi idéntico al del anterior seleccionador, con la significativa diferencia de haber sido capaz de activar al ariete de Lagarto, que participa en el desarrollo del juego español con mayor naturalidad de la mostrada con anterioridad. Se asocia, se mueve, remata, marca. Lopetegui está sacando lo mejor del mejor Diego Costa. Por algo es el máximo goleador de la Premier, y eso son palabras mayores.

A Diego Costa nadie le ha regalado nada para jugar en la Selección, y puede que parezca todo lo contrario, en realidad. Durante un tiempo era el chico nuevo, el ‘9’ más en forma del mundo que había rechazado a la pentacampeona del mundo para jugar con España, como para no mimarlo y mostrarle todo el cariño que él aseguraba haber recibido de este país que le acogió siendo tan joven. Estamos poco acostumbrados a que un futbolista se nacionalice y decida que quiere jugar con España y nos pasma que suceda con un jugador de talla mundial como Costa. ¡Rechazó a Brasil! A Brasil, precisamente, en el momento en que la ‘Canarinha’ carecía de un delantero centro de nivel mundial y tenía que tirar de Fred, Pato o Jô, que se parecían a Ronaldo únicamente en el dorsal que vestía sus espaldas. Las expectativas con Costa eran razonablemente altísimas.

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