De las malas caras de Iker Casillas a la estocada mortal de Del Bosque

No era todo tan bonito como parecía desde fuera. O como se vendía desde dentro. La Eurocopa de Francia terminó de forma abrupta en el terreno de juego, más todavía lejos del césped. Este periódico ya informaba, tras la humillación sufrida ante Italia, que las relaciones entre Del Bosque e Iker Casillas no habían sido las mejores a lo largo de la concentración del equipo. Frialdad, distancia... No, el todavía seleccionador de la Roja y el capitán no habían estado especialmente conectados y unidos desde que se puso en marcha la concentración del equipo. Todo lo contrario. Las duras y fuertes declaraciones realizadas por el técnico en 'El Larguero' de la 'Cadena Ser' confirman un divorcio absoluto entre dos personajes que se han ganado un lugar de preferencia en la historia del fútbol español.

"No ha estado bien con el cuerpo técnico (...) y al único jugador que no le he mandado un mensaje ha sido a él", disparó Vicente en su nocturna entrevista radiofónica. Más claro y contudente no pudo ser. Está dolido, mucho, porque entiende que Iker no tuvo un buen comportamiento mientras la Selección estuvo en liza en la Eurocopa de Francia. Igual que el guardameta está enfadado con el estratega al sentir que no le ha tratado como es debido. La dura y cruda realidad es que las malas caras de Casillas a Toni Grande y Javier Miñano -asistentes del veterano técnico- han sido constantes, según se desliza desde el interior del vestuario. Personas de máxima confianza -profesional y personal- para Del Bosque, éste no perdona al capitán su comportamiento con ellos.

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El episodio del partido ante Croacia acabó siendo definitivo. Se molestó Casillas cuando José Manuel Ochotorena -preparador de porteros- se dirigió a él para saber cuál era su estado con vistas al partido que marcó finalmente la caída de la Selección. Esperaba que su historial tuviera más peso, que el seleccionador tuviera con él un contacto más fluido y directo, sobre todo en un torneo en el que tras tantos años defendiendo la portería, ahora le tocaba esperar en el banquillo. Esa queja está extendida, por ejemplo entre los jugadores que completaron la fase clasificatoria y a la hora de la verdad se quedaron en tierra. Más de uno esperaba una llamada de Vicente. Una llamada que nunca se produjo.

El convencimiento de Villar

El ambiente en el interior de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) es muy tenso tras la eliminación de la Selección. El varapalo sufrido ha sacado a flote problemas de gran calado. Del Bosque ya ha dejado claro que su etapa como seleccionador ha finalizado, decisión que tomó hace tiempo y que tramsmitió a Ángel María Villar. El presidente, sin embargo, siempre ha pensado que el salmantino continuaría en el cargo. Esta misma semana reconocía en privado el mandatario que convencería a Vicente, como hizo tras el Mundial de Brasil, cuando el seleccionador reflexionó sobre qué hacer. Ahora, en un escenario más convulso todavía, Villar seguía diciendo en su círculo más cercano que al final se saldría con la suya. No será así... Joaquín Caparrós se asoma con fuerza en el futuro inmediato del equipo nacional.

El mal rollo entre Iker y el cuerpo técnico era más que evidente en el seno del equipo. Todos los jugadores asistían al espectáculo en silencio, pero siendo muy conscientes de que no estaba ayudando a que la atmósfera fuera más respirable. A medida que avanzaba el torneo, los futbolistas atisbaban que la tormenta se iba a desencadenar en cualquier momento, como así ha sucedido. Iker no abrió la boca en toda la Eurocopa, ni en ruedas de prensa, ni en zonas mixtas ni ante un medio de comunicación para expresar sus sensaciones sobre el torneo. Sólo apareció con la Selección ya eliminada, colgando un vídeo en la red que provocó todo tipo de reacciones. Su exaltación de un discurso de Rambo es lo único que se ha sabido del portero del Oporto.

Nunca se fió de la directora

"Cuando la ve o simplemente alguien habla de ella, tuerce el gesto". Eso dicen de Del Bosque cuando aparece en escena la figura de María José Claramunt-directora de la Selección-, que no ha ayudado en todo este asunto, igual que en otros muchos. El seleccionador nacional nunca se ha fiado de ella, igual que el resto de integrantes del cuerpo técnico. La cercanía de la ejecutiva con futbolistas como Iker Casillas nunca fue bien vista por el entrenador. Sigue teniendo ascendencia sobre algunos futbolistas, aunque muchos se han distanciado de ella. Durante años Fernando Hierro fue una buena y valorada correa de transmisión entre el entrenador y el colectivo de jugadores; Claramunt no ha logrado copiar lo bueno que hizo el ahora entrenador del Oviedo. Del Bosque nunca la consideró como una ideal compañera de viaje, más bien todo lo contrario.

Del Bosque no tenía previsto abrir la boca, pero algo sucedería en la tarde de este pasado jueves para cambiar de manera radical el guion y hacer un recorrido por diferentes programas de radio. Jamás había señalado de una manera tan dura y drástica a un pupilo suyo. Un jugador que conoce desde que llegó a la cantera madridista con 9 años y con el que tuvo un serio encontronazo en su momento. Le quitó la vitola de titular en la temporada 2001/2002, campaña que culminó con la Novena del Real Madrid. Pasó que César Sánchez se lesionó en la final de Glasgow ante el Bayer Leverkusen, ingresó en el terreno de juego Iker y terminó siendo determinante con un puñado de salvadoras intervenciones.

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Aquel capítulo, o afrenta, según el protagonista, nunca fue olvidado por Casillas, que años después recordó de la siguiente manera en un libro biográfico: "Nunca olvidaré, y se lo recuerdo constantemente para que no se le olvide ni a él ni a Hierro, que entre los dos me limpiaron del equipo y me mandaron al banquillo. No voy a parar de repetírselo hasta que no me lo reconozcan. Los dos. No voy a parar. Ninguno me lo reconoce, entre ellos dos se tapan. 'El marqués' me dice que no estaba bien. Mentira. Me limpiaron". Años después, el desencuentro entre entrenador y guardameta es total.