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Calderón: "El silencio en el Villamarín antes de tirar una falta era el de La Maestranza"
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Calderón: "El silencio en el Villamarín antes de tirar una falta era el de La Maestranza"

Jugó en Racing y en Independiente en Argentina antes de llegar a Sevilla. Allí se formó una simbiosis perfecta entre la afición verdiblanca y él, especialmente en los libres directos

Foto: Gabriel Calderón, en su etapa en el Al Wasl de Dubái. (EFE)
Gabriel Calderón, en su etapa en el Al Wasl de Dubái. (EFE)

La calle era el lugar perfecto para jugar en la Argentina de los 60 y 70. Tanto que Gabriel Humberto Calderón (Rawson, Argentina, 1960) no llegó a su primer club hasta los 14 años. Sus inicios en el fútbol profesional fueron meteóricos. Con 17 primaveras, hizo una prueba en Racing de Avellaneda para jugar en las categorías inferiores. Y a los cuatro meses había debutado con el primer equipo.

Ser internacional a los 21 años en una selección campeona del mundo no fue suficiente para el entrenador y el presidente de Racing. Como no lo quisieron se marchó al eterno rival, a Independiente. Allí rindió a las mil maravillas y en una operación llena de azar acabó en el Betis.

Foto: El rendimiento de Capel fue espectacular. (EFE/Juan Ferreras)

Sevilla le conquistó a primera vista, tanto que vive a caballo entre Argentina y la capital de Andalucía. Allí pasó los mejores años de su carrera, aunque se fue al PSG por el "desinterés" de la directiva de la época. Ahora está jubilado después de su último trabajo como entrenador en los Emiratos Árabes Unidos.

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PREGUNTA. Ahora apenas se ven goles de falta. Usted, en cambio, clavaba la mayoría.

RESPUESTA. No tengo la estadística, pero lo que viví en el estadio del Betis fue lo más extraordinario que me pasó en un campo de fútbol. La emoción que me daba sentir el silencio del público era espectacular. Es que era el silencio de una plaza de toros, el de La Maestranza. Trasladar esa costumbre al fútbol, por la forma en que tiraba las faltas, era algo propio del arte de esa ciudad. Fue lo más grande que me dio ese deporte. Cada vez que sentía ese silencio sentía que tenía que meter gol.

P. ¿Cuál es la clave para lanzar bien una falta?

R. Entrenar. Hay que tener buena técnica, pero también hay que entrenar. La hernia discal que tengo en el lado derecho es como consecuencia de practicar tanto las faltas.

P. Usted estuvo ausente en el Mundial 86. ¿Por qué no fue convocado?

R. Del Mundial 82 solo repetimos tres jugadores en la primera convocatoria de Bilardo: Maradona, Trossero y yo. Fueron dos amistosos ante Chile y Paraguay. En 1983, me fui al Betis y a partir de ahí no me volvió a llamar. El técnico sostuvo que entre Jorge Valdano, Daniel Bertoni y yo elegiría a uno. Él prefería traer de Europa solo a los jugadores que eran titulares porque, si no jugábamos, podía tener conflictos con los equipos. Fue una decisión totalmente respetable. Además, fue campeón del mundo. Siempre fue un privilegio jugar en la selección.

"Me podían haber convocado, de hecho. La terna éramos Valdano, Bertoni y yo"

P. ¿Cree que hubiera jugado el Mundial 86 si hubiera estado en un equipo más grande?

R. No, no, no. No creo que mi no convocatoria fuera consecuencia de estar en el Betis, donde yo estaba jugando muy bien. Me podían haber convocado, de hecho. La terna éramos Valdano, Bertoni y yo. Es que eran dos jugadores extraordinarios. Estar entre los posibles elegidos ya era un privilegio.

P. ¿Por qué los argentinos le dan tanto valor a la selección?

R. El orgullo de cualquier jugador es defender a su país. No creo que solo ocurra en Argentina, también en todos los países. No puedo comparar a la selección argentina con otra, porque yo solo he jugado en la albiceleste.

placeholder Calderón coincidió con Maradona en la selección. (EFE/Nuno Veiga)
Calderón coincidió con Maradona en la selección. (EFE/Nuno Veiga)

P. Usted jugó el Mundial juvenil 79, que ganaron con Maradona, aún en Argentinos Juniors. ¿En ese equipo se vio la mejor versión de Diego?

R. No, no. Lo que hizo Diego en el Mundial 86 fue espectacular; ganó él solo el título. Si Maradona hubiera estado en España, Bélgica o Alemania, lo hubiera ganado uno de esos países. En Argentinos Juniors estuvo a un gran nivel, igual que en el juvenil 79. En el 82, también estaba en un gran estado de forma, pero la selección no estuvo tan bien como se esperaba. Él empezó a bajar después de 1988.

P. ¿No cree que su nivel bajó después de 1990?

R. En el Mundial 90 ya no estuvo en su nivel. De hecho, físicamente tuvo un tobillo en mal estado y, además, no hizo ningún gol. Era importante para nosotros, con independencia del estado en el que se encontrara. Pero que Diego no marcara en una Copa del Mundo… Es como si a Messi le pasara lo mismo. No existe eso. Luego siguió bajando. En Estados Unidos estuvo bien hasta que lo suspendieron.

P. ¿Le parece el mejor de la historia?

R. No tengo mejor jugador de la historia. Cada futbolista es el mejor en su época. A Pelé no lo he visto casi, pero un compañero que jugó con él me dijo que fue el mejor. Maradona fue el más grande en su tiempo, igual que Messi lo es hoy. Que la gente haga las comparaciones, porque no tengo la capacidad ni la potestad para hacerlo. Es más sensato decir que uno te gusta más que el otro.

"Era un técnico muy adelantado a su época. Tuve buenos entrenadores, pero ninguno me enseñó en el plano táctico como lo hizo él"

P. En la selección coincidió con Menotti. ¿Cómo lo recuerda?

R. Fue el mejor entrenador que tuve, porque me enseñó fundamentos importantísimos para mi carrera. Tanto tácticamente como de movimientos, desmarques… Era un técnico muy adelantado a su época. Tuve buenos entrenadores, pero ninguno me enseñó en el plano táctico como lo hizo él. Sus argumentos para que yo mejorara fueron muy valiosos.

P. En el 82 tuvieron una lista con grandes nombres, pero los eliminaron en la segunda fase. ¿Cuál fue el fallo?

R. Aquella era una lista de jugadores impresionantes. Sin embargo, el equipo no dio lo mejor de sí. Las razones no las conozco, porque veníamos de ser campeones del mundo. No sé si por haber ganado en el 78 hubo jugadores que no rindieron en el 82 como lo hicieron anteriormente. Esa seguro que es una de las causas. Fue una pena, porque era un equipazo.

placeholder Menotti fue el mejor entrenador que tuvo Calderón. (Getty/Ricardo Epi)
Menotti fue el mejor entrenador que tuvo Calderón. (Getty/Ricardo Epi)

P. Las crónicas dicen que la concentración en Villajoyosa no fue la más recomendable para un equipo profesional.

R. No estoy de acuerdo para nada, porque el hotel estaba cerrado para nosotros. Yo era un chico joven que no salí por la noche a ninguna parte, pero no sé si hubo jugadores que sí lo hicieron. Era un sitio bonito, cerca del mar, y después íbamos a entrenar. Cuando se pierde, hablar es muy fácil. Los análisis a posteriori son demasiado sencillos.

P. ¿Qué tal con Passarella?

R. Era un jugador impresionante. Nunca fue amigo mío, pero era un futbolista espectacular. Es el mejor que he visto en mi vida en ese puesto.

P. ¿Era difícil llevarse bien con él?

R. No, no. Simplemente, éramos distintos como personas. Las personas eligen para relacionarse a los que son como uno. No quiere decir que mi forma de ser fuera buena y la suya, mala. O viceversa. Tenía velocidad, inteligencia, te daba patadas…

"Ser entrenador no tiene nada que ver con ser futbolista ni viceversa. De hecho, ni el mismo Maradona fue buen técnico"

P. ¿Como entrenador y dirigente no lo convenció?

R. Como entrenador no hizo las cosas bien. Ahí mandan los resultados y claramente no tuvo el mismo nivel que como jugador. Ser entrenador no tiene nada que ver con ser futbolista ni viceversa. De hecho, ni el mismo Maradona fue buen técnico. No pasa nada.

P. Grondona era el presidente de la AFA. ¿Fue bueno o malo para el fútbol argentino?

R. No sé exactamente, pero hizo muchísimas cosas bien. Manejó una asociación y convivió con dirigentes que no eran precisamente hermanitas de la caridad. La manejó bien, pero se dice que hizo otras cosas no tan buenas. Eso ya lo desconozco, porque llevo 40 años fuera de Argentina. No tengo los conocimientos para hablar de él. Eso sí, ayudó a muchos clubes que estaban en quiebra, construyó el predio para la selección…

P. Su debut en el fútbol profesional fue en Racing de Avellaneda. ¿Cómo llegó allí?

R. Yo vivía en Patagonia y jugaba en el pueblo. Como lo hacía bien, todos le decían a mi padre que tenía que probarme en un club de Buenos Aires porque tenía mucho futuro. Un día llegué a Avellaneda para hacer la prueba y recuerdo que éramos 200 chavales. Afortunadamente, fui uno de los seleccionados y regresé una semana después para quedarme en el club. Mi padre tenía un conocido en el club y fue el que le dijo cuándo era la prueba para los chicos de mi edad. El mismo año que legué a Racing ya debuté en Primera.

placeholder Calderón, en su etapa como entrenador del Betis. (EFE/José Manuel Vidal)
Calderón, en su etapa como entrenador del Betis. (EFE/José Manuel Vidal)

P. Fue todo muy rápido entonces.

R. Yo empecé en un equipo en Patagonia, el Germinal. No jugué en mi primer club hasta los 14 años, porque antes lo hice siempre en la calle. Con 15 y 16 primaveras, me enfrentaba en las categorías semiprofesionales a jugadores de 30 años. Era lo equivalente a la Segunda B de España. Llegué a Racing con 17 años, a los dos meses estaba en el filial y a los cuatro, debuté en Primera.

P. Estuvo en Racing y en Independiente. ¿Se lo perdonó la afición?

R. No sé. De Racing me echaron, porque el entrenador y el presidente de turno decían que no servía. Y eso que estaba en la selección campeona del mundo con 21 años. Me vendieron a Independiente, porque ellos se interesaron. El técnico decía que tenías las características de los delanteros que a él le gustaban. Me fui donde me quisieron.

P. En el 83 lo fichó el Betis. ¿Cómo se fraguó aquel fichaje?

R. Llegaron los dirigentes del Betis a Buenos Aires para fichar a Ricardo Gareca, que jugaba en Boca. Como era un jugador caro y no llegaron a un acuerdo, Eduardo Anzarda, exjugador argentino del Betis, les dijo que había un futbolista muy bueno para el fútbol europeo. Ese era yo. Como no querían volverse a Sevilla sin fichar a alguien, porque ya habían perdido cinco días negociando con Gareca, me buscaron a mí. Le hicieron caso a Anzarda.

"Yo no había renovado mi contrato con Independiente porque después del Mundial 82 me quiso fichar el Valencia"

P. ¿Conocía Sevilla?

R. No conocía nada, por eso me gustó tanto. Me impresionó el espíritu de la gente, la forma de vivir…

P. ¿Tuvo dudas para salir de Argentina?

R. Ninguna. Yo no había renovado mi contrato con Independiente porque después del Mundial 82 me quiso fichar el Valencia, pero Independiente no me quiso vender. A mí me pagaban tres pesetas (risas). Pidieron un millón de dólares, así que les dije a los dirigentes que mi contrato tenía que ser en consecuencia con mi precio de venta. Me dieron excusas y ya tenía decidido que me quería ir.

placeholder Gordillo fue compañero de Calderón en el Betis. (EFE/José Manuel Vidal)
Gordillo fue compañero de Calderón en el Betis. (EFE/José Manuel Vidal)

P. ¿El Betis fue la única opción?

R. Primero vino el Mallorca, pero no quise ir porque era un equipo recién ascendido. Yo peleaba por los títulos con Independiente y no quería luchar por evitar el descenso. Mi objetivo era fichar por un club que estuviera en la mitad alta de la tabla, como mínimo. Conocí la ambición del Betis y le pregunté a Anzarda. Y me decidí.

P. ¿Qué tal la adaptación?

R. La adaptación física fue complicada. En el Betis empecé con entrenamientos que eran muy intensos y a los que no estaba acostumbrado en Argentina. Los primeros seis meses me costó, pero luego me adapté. En ese periodo, mi rendimiento no fue tan bueno y la prensa dudaba de mis cualidades. En un diario local, titularon: "Calderón sigue durmiendo; va a ser bueno Peter Barnes". Era un inglés que estuvo en el club antes que yo y que no había rendido bien. Los seis meses restantes fueron extraordinarios, de los mejores en mi carrera.

P. Imagino que jugar con Cardeñosa y Gordillo sería maravilloso.

R. Claro. Tuvieron una trayectoria de 15 años al máximo nivel. Ellos eran los líderes del equipo.

"En España tuve opciones de continuar, aunque no fueran ofrecimientos concretos. Uno de los interesados era el Atlético de Madrid"

P. ¿Qué es más peligroso en Sevilla, una noche habitual o una de Feria?

R. Peligrosa no es Sevilla, puede serlo uno mismo (risas). La ciudad es extraordinaria. Yo siempre hice lo que me convenía, pero con equilibrio. Había que cuidarse y ser profesional. He vivido la Feria siendo futbolista, pero no estaba toda la noche sin dormir y bailando. Iba y me volvía a un horario razonable.

P. Usted dejó el Betis en 1987 para irse al PSG. ¿No hubo opciones de quedarse?

R. En España tuve opciones de continuar, aunque no fueran ofrecimientos concretos. Uno de los interesados era el Atlético de Madrid. El PSG llegó muy convencido por mí y me marché. Pero mi primera opción fue quedarme en el Betis.

P. ¿Por qué no se quedó?

R. Yo quería quedarme, incluso perdiendo dinero. Los dirigentes de la época, cuando el PSG se interesó en mí, pensaron que era un farol para que me subieran el sueldo. Yo tenía una cláusula de 70 millones de pesetas (420.000 euros) y les dije que me iba a París. "Trae el dinero de la cláusula entonces", me dijeron. Se lo dije a los parisinos y la pagaron encantados. Vi ese desinterés de los directivos y me fui. Yo tenía 27 años y me quedaban tres de contrato. Y yo le pedía al Betis cuatro más y un partido homenaje. El PSG me dio 200 millones (1’2 millones de euros) en tres temporadas y a los verdiblancos les pedí 140 (840.000 euros) en siete. Me pasó como en Racing: si no me querían, me voy.

placeholder Aquel PSG fichó a Calderón; el de ahora, a Leo Messi. (EFE/Yoan Valat)
Aquel PSG fichó a Calderón; el de ahora, a Leo Messi. (EFE/Yoan Valat)

P. ¿Cómo era el PSG prejeques?

R. Era un equipo sin tanto dinero como con los jeques. La diferencia de ahora es que ficharon a Messi y en mi época, llevaron a Calderón (risas). Era un club con pretensiones de pelear todos los años el campeonato. De hecho, la segunda temporada casi lo conseguimos.

P. Italia 90 fue su segundo Mundial. ¿Confiaban en llegar de nuevo a la final?

R. Uno sabe que es muy difícil y va partido a partido. En un Mundial, todos los encuentros son complicados. En aquella Copa del Mundo, no jugamos nada bien. Pero éramos guerreros en la cancha y dimos el máximo para ganarle a los rivales. Y lo conseguimos. En la final, sin jugar bien, podríamos haber ganado. Porque si me pitan un penalti que me hicieron, quizá habríamos ganado el Mundial.

Codesal no quiso pitar el penalti. Nunca estuve de acuerdo con los que decían que la FIFA no quería que ganara Argentina

P. ¿Cree que Codesal (el árbitro) fue determinante o Alemania fue justo vencedor?

R. Alemania hizo un Mundial excelente, en el que jugaron mucho mejor que nosotros. Codesal no quiso pitar el penalti. Nunca estuve de acuerdo con los que decían que la FIFA no quería que ganara Argentina. Pero dudo de Codesal, porque hace tres años le hicieron una entrevista en la que decía que yo me tiré. 30 años después, no iba a hablar del tema. Sin embargo, el tipo seguía negándolo, a pesar de que lo vio justo al lado y de que hubo un vídeo en el que se ve claramente que me derriban. Como él sigue diciendo que me tiro, me hizo dudar de su honestidad.

P. La semifinal fue frente a Italia. ¿Hubieran pasado si no hubieran jugado en Nápoles?

R. Argentina compitió en todos los estadios en los que jugó, en diferentes ciudades, y se plantó en la final. Eso sí, en Nápoles fuimos tratados muy bien gracias a Diego (Maradona).

placeholder Carlos Bilardo convocó a Calderón para Italia 90. (EFE/Chema Moya)
Carlos Bilardo convocó a Calderón para Italia 90. (EFE/Chema Moya)

P. De Bilardo se han contado numerosas anécdotas. ¿Cuál es la mayor locura que vio de él?

R. Ninguna en particular. Me sorprendió que antes de jugar contra Brasil, en una reunión en la que estábamos Maradona, dos jugadores más y yo, nos dijo que si les ganábamos a los brasileños, jugaríamos la final. "Carlos, no estamos bien; no estamos jugando a nuestro nivel", le dije. Y él me repitió lo mismo. Me lo comentó tan contundente y tan convencido que me dejó anonadado. Era una locura pensar eso.

P. ¿Le molestó a aquel equipo que se hablara tanto del bidón de Branco?

R. Yo no sé si eso se hizo o no. Sí te puedo decir que no estuve nunca informado de esas cosas. Esas son habladurías. Si Brasil hubiera marcado cinco goles en el primer tiempo, que tuvo oportunidades, ganaban seguro.

P. Hablemos de su etapa como entrenador. Llegó al Betis en 2014, a un equipo colista en la tabla. ¿Por qué lo tuvo tan claro?

R. Entrené al Betis cuatro meses y fui el tercer técnico de la temporada. El equipo estaba en la UCI cuando yo iba a firmar un contrato interesante en Qatar. En cuanto me llamaron tuve claro que tenía que echarles una mano; que me moría con el Betis. Estaba convencido de que podíamos obrar el milagro. Cambiaron muchas cosas cuando llegamos, pero no conseguimos la permanencia porque no había margen de error.

El criterio de elección no fue razonable, porque eligieron para entrenar a Argentina a un técnico sin experiencia ninguna

P. También jugaron el primer y único Euroderbi de la historia. En la ida ganaron, pero en la vuelta perdieron en los penaltis.

R. Creo que hicimos una buena eliminatoria. El Sevilla, que quedó arriba en la clasificación, nos tuvo que ganar en los penaltis. Tuve mucha tristeza por la gente, porque me dolió mucho el sufrimiento de la afición. Aquello me mató, porque los había visto tan felices después de ganar 0-2 en la ida…

P. Argentina ha ganado el Mundial con Scaloni. ¿A usted le convenció de primeras?

R. No, no. El criterio de elección no fue razonable, porque eligieron para entrenar a Argentina a un técnico sin experiencia ninguna. Jorge Burruchaga llevaba 15 años como técnico, era mánager general de la selección y había sido campeón del mundo. Para tener a alguien interino, quizá el suyo era el perfil. El resultado, eso sí, ha sido el mejor posible. Si mañana se fuera Scaloni, no usaría el mismo criterio porque de 100 veces que lo haces, aciertas una. Además, Lionel tiene un buen staff, porque tanto Aimar como Walter Samuel son buenos asistentes. Todos sus planteamientos tácticos fueron espectaculares.

P. ¿Le costó más abandonar Sevilla o Buenos Aires?

R. Lo que tenía claro es que iba a volver a ambas ciudades. A los tres meses de irme a París, vino el presidente del Sevilla, Luis Cuervas, a comer conmigo. Lo conocía porque tenía jugueterías y yo compraba allí. Además, me hice amigo de su hija. Él me dijo: "Quiero que vengas al Sevilla". "Usted no tiene dinero para pagarme", le dije irónicamente. "Te dejo un cheque en blanco y tú pones la cifra". Me di cuenta de que iba en serio. Le agradecí de corazón el interés, pero yo iba a volver a la ciudad cuando dejara el fútbol. Y quería que los sevillistas me respetaran y que los béticos me siguieran queriendo. Nunca iba a traicionar el cariño de la afición verdiblanca.

La calle era el lugar perfecto para jugar en la Argentina de los 60 y 70. Tanto que Gabriel Humberto Calderón (Rawson, Argentina, 1960) no llegó a su primer club hasta los 14 años. Sus inicios en el fútbol profesional fueron meteóricos. Con 17 primaveras, hizo una prueba en Racing de Avellaneda para jugar en las categorías inferiores. Y a los cuatro meses había debutado con el primer equipo.

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