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Y ahora... ¿qué debería hacer el Barcelona con Antoine Griezmann?
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El futuro del francés, a debate

Y ahora... ¿qué debería hacer el Barcelona con Antoine Griezmann?

El ariete dejó a Messi demasiado solo ante el Atlético de Madrid y volvió a demostrar que no aparece en los días grandes. El '7' azulgrana cobra como una estrella, pero...¿lo es?

Foto: Antoine Griezmann, abatido sobre el césped del Camp Nou. (Reuters)
Antoine Griezmann, abatido sobre el césped del Camp Nou. (Reuters)

El 2021 de Antoine Griezmann nos ha traído la mejor versión del francés en el FC Barcelona. Clave en la Copa del Rey que se embolsó el club azulgrana ante un frágil y anticompetitivo Athletic Club al protagonizar el tanto que abrió la lata y regular en su aportación goleadora, el '7' culé parece sonreir después de abandonar el ostracismo que le perseguía desde su aterrizaje en el Camp Nou. Son 14 goles y 10 asistencias repartidas entre 2.163 minutos sumando todas las competiciones, lo que nos da una participación directa en una acción goleadora de su equipo cada 90,1 minutos. Un dato que no es baladí y demuestra la fiabilidad anotadora del galo en un Barça que, además, no le entrega la mejor zona para brillar y le hace jugar más de espaldas que de cara. Tiene su mérito. Y sin embargo, Griezmann se queda corto en este Barça en los días grandes.

placeholder Griezmann, durante el Barça-Atlético. (Reuters)
Griezmann, durante el Barça-Atlético. (Reuters)

Sí, marcó en la final de Copa y firmó un doblete en la final de la Supercopa de España también ante el Athletic Club, pero se quedó con la pólvora mojada ante el Atlético de Madrid (x2), la Juventus (x2), el Real Madrid (x2), el PSG (x2) y Sevilla (x3). Frente al conjunto colchonero, en el día clave a la hora clave, el francés volvió a evidenciar que pese a no estar realizando una temporada ni mucho menos mala, es insuficiente para un Barça que depende excesivamente de Leo Messi. O aparece Leo, o no suele aparecer nadie más. A sus 33 años, el argentino sigue tirando del carro como siempre. Es el colmillo goleador, el regateador nato y el asistente azulgranada, pero...está demasiado solo. No ayuda la terrible ausencia de Ansu Fati.

Una estrella sin demasiadas puntas

El Barça, sin profundidad ni desborde hasta que apareció Leo en modo 'Deus ex machina', tuvo muchos problemas para crearle situaciones de gol al cuadro rojiblanco durante toda la primera parte. Griezmann realizó el primer disparo del partido y trabajó como siempre, pero ahí se quedó su aportación ofensiva junto a otro segundo atisbo sin consecuencias mayores. El francés es muy bueno en la frontal del área, combinando a uno dos toques, moviéndose en pocos metros y sorprendiendo, pero cuando juega lejos del área rival, su rendimiento decae considerablemente porque carece de la agresividad al espacio cuando la defensa planta la línea en el centro del campo. Tampoco tiene desborde ni regate (1/2 completados en 90 minutos), por lo que las opciones de que reviente un duelo atascado de la nada son mínimas.

Foto: Antoine Griezmann y Philippe Coutinho celebran un gol del brasileño antes de que se lesionara de gravedad esta temporada. (Reuters)

Hay que darle el mérito que merece al Atlético de Madrid, claro. El conjunto de Diego Pablo Simeone robó arriba en la primera parte, saturó la conexión Jordi Alba-Leo Messi en la segunda y mantuvo a raya durante todo el encuentro la asociación Griezmann-Messi. Justo cuando los dos empezaban a entenderse mejor (solo la conexión Sergio Busquets-Messi con cuatro goles iguala a la suya en LaLiga) y el francés podía reivindicarse de nuevo ante su exequipo, las luces se fundieron. No ayudó la salida del centrocampista catalán a la media hora con la reubicación de Frenkie de Jong en su posición y la posterior pérdida de llegada de segunda línea al área que suele encabezar el '21'. Antoine no tuvo toda la culpa, pero igual formó parte del problema.

Un sueldo exorbitante e injustificado

Esta campaña, de hecho, Griezmann acumula 19 goles y 12 asistencias en 48 partidos frente a los 15 goles y 4 asistencias que anotó la pasada temporada en el mismo número de encuentros. Es obvio que ha mejorado, que se siente más cómodo y confiado y que tanto Ronald Koeman como Leo Messi y sus compañeros comprenden mejor su fútbol en su segundo año en la nave azulgrana; prueba de ello es que ya nunca juega en banda. Hasta el punto de que es el segundo máximo goleador del equipo culé. "Intento estar entre los centrales, ir al espacio, hacer espacio a los compañeros. No es mi posición natural, pero es un orgullo estar en el Barcelona, con estos compañeros y hacerlo lo mejor posible, algunas veces con goles y otras con asistencias", confesaba el propio Antoine tras la victoria en Villarreal. Ahora, sin embargo, la pregunta debe orbitar alrededor de si este es el 'supercrack' que debe acompañar a Messi (si es que sigue) en sus últimos coletazos.

placeholder Griezmann siempre trabaja como un jabato en defensa. (Reuters)
Griezmann siempre trabaja como un jabato en defensa. (Reuters)

Griezmann, a sus 30 años, cobra 34 millones de euros y ocupa el segundo peldaño salarial. Su zona fetiche está ocupada por el mejor jugador del equipo. Y aunque su cartel sigue siendo bueno por los logros con la selección francesa, tiene contrato hasta junio de 2024. No va a ser fácil colocar a un futbolista de su calibre con tal ficha en un mercado que camina con pies de plomo tras el terremoto económico que ha provocado la pandemia por mucho que se quiera.

Es una situación peliaguda para un club corto de liquidez y que busca combatir una monstruosa deuda a corto plazo de 730 millones de euros. El Barça ya sabe lo que sucede cuando uno acude al mercado con un rótulo de neón que reza 'necesidad imperiosa'. Sucedió con la venta de Neymar Júnior y la posterior compra inflada de Philippe Coutinho (120 millones más 40 millones en bonus) y Ousmane Dembélé (105 más 40 millones en bonus). El francés no está amortizado, pero hipoteca el futuro del Barça y los movimientos de la dirección deportiva. Es momento de decidir si compensa.

El 2021 de Antoine Griezmann nos ha traído la mejor versión del francés en el FC Barcelona. Clave en la Copa del Rey que se embolsó el club azulgrana ante un frágil y anticompetitivo Athletic Club al protagonizar el tanto que abrió la lata y regular en su aportación goleadora, el '7' culé parece sonreir después de abandonar el ostracismo que le perseguía desde su aterrizaje en el Camp Nou. Son 14 goles y 10 asistencias repartidas entre 2.163 minutos sumando todas las competiciones, lo que nos da una participación directa en una acción goleadora de su equipo cada 90,1 minutos. Un dato que no es baladí y demuestra la fiabilidad anotadora del galo en un Barça que, además, no le entrega la mejor zona para brillar y le hace jugar más de espaldas que de cara. Tiene su mérito. Y sin embargo, Griezmann se queda corto en este Barça en los días grandes.

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