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Al Atlético más valiente del curso tan solo le falló la puntería para ganar en el Camp Nou
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Luis Suárez suspendió

Al Atlético más valiente del curso tan solo le falló la puntería para ganar en el Camp Nou

El conjunto rojiblanco dominó la primera parte desde el planteamiento inicial de Simeone. Llorente, Correa y Suárez gozaron de grandes ocasiones, pero no estuvieron acertados

Foto: Luis Suárez se lamenta tras fallar una ocasión de gol. (EFE)
Luis Suárez se lamenta tras fallar una ocasión de gol. (EFE)

LaLiga ya no depende del Atlético de Madrid. A falta de tres jornadas para el final del campeonato los de Diego Pablo Simeone perdieron el control sobre una competición que llevaban dominando desde el inicio y el Real Madrid podría ganar el título si venciese esta noche en Sevilla y no fallase más. Hasta aquí los hechos consabidos por todos los implicados. Hay, además, otra lectura del partido rojiblanco en el Camp Nou. Otra línea de interpretación, si se quiere. Un análisis que viaja más allá de la conclusión primitiva que arroja el simple resultado. Solo el desacierto ofensivo en el último tercio y la seguridad bajo palos de ter Stegen impidió que el Atlético ganase.

placeholder Messi trata de sortear a la defensa rojiblanca. (Reuters)
Messi trata de sortear a la defensa rojiblanca. (Reuters)

Los colchoneros fueron lo suficientemente superiores como para asestar un golpe certero a LaLiga. Salieron convencidos, valientes, aguerridos y ambiciosos. Salieron como querían sus aficionados. Salieron, en definitiva, como debía salir a un partido crucial un equipo que quiere ganar LaLiga. Simeone, lejos de mandar a la línea defensiva a las faldas de Jan Oblak y esperar una oportunidad al contragolpe, estimuló a los suyos para que el Atlético viajara hasta campo rival. Este hecho marcaría la primera parte. El Atlético no esperaría al Barça, sino que lo iría a buscar una y otra vez. Serían ellos quienes escribirían el guion del encuentro. Poniendo a prueba su salida de balón y detectando las debilidades de un conjunto azulgrana que sigue muy lejos de poder tumbar a los grandes equipos con los que se va encontrando.

El Atlético mostró una personalidad de líder

"Lo único que les pedía a los futbolistas es que jugaran y fueran ellos mismos", reveló el 'Cholo' en rueda de prensa. Y así fue. El Atlético estuvo inspirado y clarividente con el balón. No lo tenía por tener. Tampoco con el objetivo de acumular pases horizontales ni reducir el ritmo del partido. Los de Simeone buscaron la yugular culé. Las dentelladas tocaron las extremidades, mordieron algún órgano vital y hasta tocaron la columna vertebral local, pero no fue bastante. Esa agresividad bien entendida logró que la trascendental baja de Thomas Lemar en el minuto diez quedase como una coma en el camino, no como un punto y final del plan. Ante la desnaturalización y la frialdad del Barça, el intrépido Atleti.

placeholder Simeone da órdenes a los suyos desde la banda del Camp Nou. (Reuters)
Simeone da órdenes a los suyos desde la banda del Camp Nou. (Reuters)

"Buscamos jugar el partido que se jugó. Tuvo la continuidad y el ritmo que quisimos. El trabajo colectivo para poder defender bien en grupo y el ataque que en el primer tiempo fue muy bueno. Siempre manteniendo el ritmo del partido", añadía Simeone. De la defensa hay que hablar igual que del ataque, porque los rojiblancos obligaron a Messi a recibir por delante de su línea defensiva, nunca por detrás. Y al resto de estiletes ofensivos (Griezmann, Dembélé, Dest, De Jong..) los desconectaron tanto como pudieron durante gran parte del encuentro. La salida de Sergio Busquets a la media hora contribuyó al desconcierto culé con el terremoto de piezas que eso generó en la sala de máquinas; pero fue en el minuto 30 del primer tiempo, así que la justificación cae por su propio peso.

¿Un gatillazo rojiblanco?

"Vinimos a Barcelona a hacer un partido con trabajo colectivo y sucedió lo que imaginamos, el equipo atacó sosteniendo el juego tras recuperar la pelota, con un gran primer tiempo y el segundo fue algo más parejo". Es normal escudriñar las causas del empate rojiblanco en Barcelona y detectar que el equipo pasó de disparar seis veces a portería en la primera parte y quedarse con cero tiros entre los tres palos en la segunda. Se podría caer en la falsa conclusión que el Atlético se echó atrás, que Koeman tocó las teclas correctas y el Barça hizo méritos en la segunda parte desde lo colectivo para contrarrestar a lo ofrecido por el cuadro rojiblanco. Ninguna de las tres premisas es cierta.

placeholder Luis Suárez intenta centrar ante la defensa de Oscar Mingueza. (EFE)
Luis Suárez intenta centrar ante la defensa de Oscar Mingueza. (EFE)

Sucedió que el bajón visitante vino con el paso de los minutos tras una primera parte intensísima y cobró especial importancia en la pareja de delanteros: Ángel Correa y Luis Suárez. Y ahí sí, los de Koeman se crecieron a lomos de un fabuloso Leo Messi y ganaron terreno. Con Moussa Dembélé en el banquillo, tan solo Yannick Carrasco quedó con la suficiente amenaza al espacio y energía al contragolpe para seguir intimidando al Barça con metros a su espalda. El belga, que realizó un partido de notable, fue el mayor foco de peligrosidad ofensiva en una segunda mitad donde el Atlético echó de menos tener refuerzos atacantes de nivel y piernas en el banquillo.

La entrada de Geoffrey Kondogbia ayudó a recobrar energía al centro del campo y de la de Joao Félix, a conseguir un enlace entre la sala de creación y la punta de lanza. El luso, que últimamente venía dejando sensaciones amargas, dio un punto de apoyo a su equipo con la pelota. Se mostró activo y responsable con la situación del Atlético de Madrid, pero no disfrutó de los suficientes movimientos sin balón por delante suyo. Llorente, que en aquellos momentos también ya estaba muy fatigado, no pudo amortiguar el descenso físico como en tantas otras ocasiones sí que ha hecho. El Atlético sacó un punto del Camp Nou tras perdonar. Solo el tiempo sabe si lo terminará pagando.

LaLiga ya no depende del Atlético de Madrid. A falta de tres jornadas para el final del campeonato los de Diego Pablo Simeone perdieron el control sobre una competición que llevaban dominando desde el inicio y el Real Madrid podría ganar el título si venciese esta noche en Sevilla y no fallase más. Hasta aquí los hechos consabidos por todos los implicados. Hay, además, otra lectura del partido rojiblanco en el Camp Nou. Otra línea de interpretación, si se quiere. Un análisis que viaja más allá de la conclusión primitiva que arroja el simple resultado. Solo el desacierto ofensivo en el último tercio y la seguridad bajo palos de ter Stegen impidió que el Atlético ganase.