El plan de Laporta: dar salida a Griezmann y Coutinho para no vender a Pedri y Ansu Fati
La secretaría técnica busca ajustar la plantilla de la próxima temporada a la nueva realidad económica de la entidad. Se tratará de retener a los canteranos y aligerar carga salarial
El próximo verano en las oficinas del FC Barcelona se antoja ajetreado y plagado de dudas. Por un lado, la nueva junta directiva de Joan Laporta deberá afrontar desde ya la ingente deuda (1.173 millones de euros, 730 millones a corto plazo) que asfixia a una economía mermada tras la gestión ruinosa de Josep Maria Bartomeu y amenaza la viabilidad de la entidad. Una vez superado el reto de los avales “in extremis” con la colaboración de Audax Renovables, mediante Eduard Romeu y José Elías Navarro, y la aparición de Jaume Roures, el siguiente paso es acometer la configuración de la plantilla 2020/21. Una tarea transversal, puesto que aunque el nombre de Erling Haaland retumbe en la mente de los aficionados azulgranas y el presidente esté 'enamorado' del noruego según fuentes financieras del club, primero hay que aligerar carga salarial y dejar salir antes de entrar. Los responsables financieros y deportivos saben que tocará vender a ciertos jugadores.
Laporta, consciente de que "el talento debe estar en el campo pero también en los despachos" tal y como repitió hasta la saciedad en plena campaña, ha elegido una secretaría técnica formada por Mateu Alemany (director de fútbol) y Jordi Cruyff (secretario técnico) para tamaña misión. Este club ya no se puede permitir más tiempo que el brazo ejecutor deportivo opere de manera independiente del ecónomico. Y es que cada error será una losa para una mochila con demasiadas piedras pesadas en su interior. En estos momentos, ambos responsables están trabajando en elaborar una lista con los jugadores de la actual plantilla que se ajuste a la nueva realidad económica de la entidad.
Leo Messi y los canteranos, intocables
En ella, dividen entre futbolistas imprescindibles y prescindibles. El primer grupo está formado por el jugador franquicia del Barça, Leo Messi, y por quienes deben recoger el testigo del '10' rosarino con el paso de los años. Hablamos de Marc-André ter Stegen, Ansu Fati, Pedri González o Ilaix Moriba. Nombres que ya han despertado la ilusión del barcelonismo por su precocidad, potencial desmesurado y rendimiento tangible en una temporada tan abrupta. Algunos de ellos, canteranos que realzan de nuevo el valor de La Masia como generador de futbolistas de alto nivel. Alguien sobre el que edifcar un horizonte borroso.
El primer grupo, sin embargo, es mucho más amplio. Desde la junta directiva piensan que la mayoría de la plantilla ha cobrado -y cobra- muy por encima del nivel que ha venido demostrando en las últimas temporadas. En otras palabras: no han estado a la altura del reto tras el triplete fundamentado en la MSN y por eso piensan que deberán acogerse a una nueva rebaja salarial. Las derrotas de París, Turín, Roma y Liverpool han hecho mella a pesar de que el equipo haya encontrado en LaLiga y la Copa del Rey un refugio sobre el que justificar sus salarios. Si bien el presidente ya estudia fórmulas para vincular el futuro de Messi al del club de por vida, el resto de atacantes no corre la misma suerte por ahora.
¿Quién no entra en los planes azulgranas? Antoine Griezmann encabeza la rampa de salida. El delantero francés nunca pondrá una mala cara a una suplencia ni aireará en público los trapos sucios del vestuario. Se sacrificará jugando en banda, tirando desmarques a la nada y persiguiendo a un lateral correoso por todo el campo, pero desde la directiva consideran que no es el supercrack que Bartomeu pensó que fichaba. En el Barça ha demostrado ser un buen jugador, pero no uno diferencial (con 29 goles y 15 asistencias en temporada y media, ha participado de manera directa en un tanto de su equipo cada 148 minutos).
Además de ocupar el segundo peldaño salarial de la plantilla con una ficha de 34 millones de euros brutos, su zona fetiche está ocupada por el mejor jugador del equipo. Antoine, con 30 años recién cumplidos, tiene un gran cartel, puesto que su título de Campeón del Mundo con la selección francesa así lo acredita. El club tantea posibles compradores y ya sabe que seguramente no podrá vender al galo por la misma cifra que lo adquirió (120 millones de euros), pero la prioridad por el momento es deshacerse de una nómina que hipoteca en gran parte los movimientos del club.
El siguiente caso es el de Philippe Coutinho. Al brasileño se le fichó "para ser el sustituto ideal de Andrés Iniesta y coger el testigo de un jugador de época" en palabras del secretario técnico, Robert Fernández, quien apostó por su incorporación bajo el mandato de Josep Maria Bartomeu. Sin embargo, el mediapunta nunca se ha sentido cómodo ni en el juego ni el ritmo del Barça y, justo cuando parecía que podía arrancar esta temporada de la mano de Ronald Koeman, se lesionó de gravedad. En teoría, no debería tardar en volver al ruedo.
Se buscará colocar a Umtiti y a Trincao
Otro asunto peliagudo es el de Samuel Umtiti, al que la entidad arde en deseos de colocar lejos del Camp Nou, pero cuya elevada ficha supone un gran escollo para darle salida. El central francés no ha sido el mismo desde que forzase su maltrecha rodilla durante el Mundial de 2018 para proclamarse campeón. "Me arriesgué, pero la Copa del Mundo es cada cuatro años. Me obligué a ello, por eso es que las cosas son complicadas esta temporada. No me arrepiento de esa elección”, explicó el zaguero en una entrevista para el canal francés Telefoot en 2019. Desde la cita mundialista, Umtiti se ha perdido 63 encuentros por lesión y tan solo ha jugado 46 choques con el FC Barcelona.
Por último, la junta directiva también estudia el traspaso del extremo Francisco Trincao después de que el cambio de sistema de Ronald Koeman haya cerrado a cal y canto la puerta a los jugadores tradicionales de banda. El luso costó 31 millones de euros este verano y tiene una vinculación contractual con el club catalán hasta junio de 2025, pero su juventud (21 años) y la predilección de ciertos equipos ingleses con fuertes lazos con Jorge Mendes, como el Wolverhampton, hace que la operación se vea con buenos ojos.
"El Barça se debe quedar con la gente de futuro. Futbolistas jóvenes, con talento y con la mirada limpia. Chicos que tienen hambre de títulos y mucha ambición. Pedri, Ilaix Moriba, Ansu Fati. Estos chicos deben ser guiados por un Messi de leyenda que se cuida mucho y queremos que siga aquí", cuentan desde el Camp Nou. Toca ponerse manos a la obra para tratar de reconstruir una plantilla heredada con salarios astronómicos que compromete el futuro de la entidad.
El próximo verano en las oficinas del FC Barcelona se antoja ajetreado y plagado de dudas. Por un lado, la nueva junta directiva de Joan Laporta deberá afrontar desde ya la ingente deuda (1.173 millones de euros, 730 millones a corto plazo) que asfixia a una economía mermada tras la gestión ruinosa de Josep Maria Bartomeu y amenaza la viabilidad de la entidad. Una vez superado el reto de los avales “in extremis” con la colaboración de Audax Renovables, mediante Eduard Romeu y José Elías Navarro, y la aparición de Jaume Roures, el siguiente paso es acometer la configuración de la plantilla 2020/21. Una tarea transversal, puesto que aunque el nombre de Erling Haaland retumbe en la mente de los aficionados azulgranas y el presidente esté 'enamorado' del noruego según fuentes financieras del club, primero hay que aligerar carga salarial y dejar salir antes de entrar. Los responsables financieros y deportivos saben que tocará vender a ciertos jugadores.