El deportista a seguir | El otro Alcaraz argentino que dejó la raqueta para triunfar en el AC Milan

La justicia es un elemento que siempre aparece en el deporte. Tarde o temprano, cada equipo o deportista termina en el sitio que merece por esfuerzo, sacrificio o dedicación, pues el trabajo duro tiene su recompensa. Pero, en algunas ocasiones, el propio atleta no tiene claro a qué dedicarse pues, por norma general, el que es bueno en una actividad deportiva suele tener facilidad para aprender otras modalidades. Tanto, que hay casos donde una misma persona triunfa en dos deportes.

Sin ir más lejos, es el caso de la española Salma Paralluelo. La reciente campeona del mundo con la Selección femenina -y nombrada mejor jugadora joven del torneo-, que también puede presumir de haber ganado la Liga y la Champions con el Barcelona, no solo ha demostrado ser una brillante futbolista con solo 20: durante muchos años compaginó el balompié con el atletismo, donde logró varias medallas de oro juveniles y, a día de hoy, posee siete récord diferentes.

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Rubén Rodríguez

Pero en la vida siempre toca elegir y Salma lo tuvo fácil: la llegada de la pandemia de Covid y una gravísima lesión de ligamento cruzado la llevó a dejar de lado de manera definitiva el atletismo para dedicarse al fútbol. Y el tiempo ha confirmado que no se equivocaba. Ese es, precisamente, lo que le ha sucedido al protagonista de esta semana, un futbolista que solo está dando sus primeros pasos en la elite del deporte y que quiere confirmar que tomo la decisión acertada.

Argentina es cuna de fútbol de mucho nivel, pero también lo es de tenistas de elite. Y esas son las dos pasiones que Marco Pellegrino ha tenido desde que solo era un niño. Enamorado del deporte, el joven bonaerense se pasaba horas y horas con el balón y la raqueta. Cada vez que el colegio le dejaba un rato libre, no dudaba en coger cualquiera de los dos elementos y ponerse a jugar como principal elemento de diversión. De nuevo, el tiempo confirmó que no lo hacía nada mal.

Con solo ocho años, Pellegrino se unió a las categorías inferiores del Club Atlético Platense. Su imponente altura y agilidad, le convertían en un defensa que llamaba la atención por su talla. Y, al mismo tiempo, esa capacidad física le hacía ser un gran jugador de tenis, que destacaba por su poder en el saque y su buen juego desde el fondo de la pista. El joven argentino compaginaba ambos deportes y, además, destacaba de manera importante en ambos.

En el fútbol, siempre era uno de los jugadores más destacados de cada categoría; en el tenis, levantaba habitualmente títulos regionales y nacionales. Pero llegó el momento en el que se tuvo que decantar por una especialidad y el balompié fue su elección. Centrado en el esférico, no tardó en despuntar aún más, para convertirse en uno de los jugadores en el que estaban puestas todas las miradas de los entrenadores de la cantera. Hasta su explosión.

Sería en 2023 cuando, tras la lesión del capitán Gastón Suso, su entrenador, el mítico Martín Palermo, le hizo debutar con el primer equipo. Desde ese día, fue indiscutible en Platense, pero durante poco tiempo. Jugó 17 partidos en la Primera Argentina... y apareció el AC Milan. El conjunto italiano no dudó en pagar 5 millones de euros para ficharle como uno de los grandes jugadores de futuro. De momento, no ha debutado con el primer equipo, pero ha recibido una grata noticia.

Y es que, en la última convocatoria de Lionel Scaloni, Pellegrino ha sido una de las tres grandes novedades de Argentina, junto a Facundo Farías y Carlos Alcaraz. El destino es caprichoso y no solo empieza a confirmarle que no se equivocaba cuando elegía el fútbol, sino que ha querido que su primera convocatoria con la albiceleste llegue junto a otro jugador que comparte nombre con uno de los mejores tenistas del momento, ese deporte que dejó de lado para triunfar en el fútbol.