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El apóstol Scaloni: de resucitar a Messi a soportar la presión de 45 millones de argentinos
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MUNDIAL QATAR 2022

El apóstol Scaloni: de resucitar a Messi a soportar la presión de 45 millones de argentinos

Argentina se enfrenta a Holanda en cuartos de final, con el recuerdo de las semifinales de Brasil 2014 todavía presente. La albiceleste se encomienda a los milagros de los Leo

Foto: Scaloni da órdenes a su equipo desde la banda. (Reuters/Kai Pfaffenbach)
Scaloni da órdenes a su equipo desde la banda. (Reuters/Kai Pfaffenbach)

Argentina se debate siempre entre dicotomías que obligan a posicionamientos innecesarios, porque siempre es mejor disfrutar de los genios que elegir entre ellos. En los banquillos, los bandos a escoger siempre fueron el bilardismo y el menottismo, corrientes antagónicas como lo son los dos entrenadores que llevaron a Argentina a los triunfos en el Mundial. Menotti lo hizo en 1978 y Bilardo, en 1986. En un país de blancos y negros, ha aparecido un gris en el fútbol, Lionel Scaloni. El seleccionador le devolvió la ilusión a la afición con la victoria en la Copa América en 2021, 28 años después del último título (si no se cuentan los oros olímpicos). Y ha reenganchado a Messi con la selección, donde vive ahora sus mejores momentos. De hecho, es la primera vez que juega más cómodo en el equipo nacional que en su club. Con este entrenador, ha llegado el scalonismo, filosofía equidistante que nada tiene que ver con la de sus predecesores.

Scaloni es un viejo conocido de la afición española por su llegada a nuestro país hace 25 años. En España jugó en el Deportivo, el Racing y el Mallorca. Ahora tiene la difícil tarea de llevar a Argentina a una final del Mundial, un terreno al que volvieron en 2014 (perdieron 1-0 ante Alemania) después de no pasar de cuartos desde Italia 90.

"Enviamos a un ojeador para que viera partidos de Scaloni y de otros jugadores de Argentina en el Mundial sub-20. Su rendimiento en el torneo nos gustó y lo fichamos. Estábamos tan convencidos que lo firmamos para seis o siete años", explica Augusto César Lendoiro, el presidente que lo trajo a España, a El Confidencial.

placeholder Scaloni llegó al Deportivo en 1997. (EFE/Biel Aliño)
Scaloni llegó al Deportivo en 1997. (EFE/Biel Aliño)

La exigencia de su padre

El argentino fue un polivalente jugador de banda, que igual actuaba de extremo o de lateral. Habla Lendoiro: "Cuando jugaba más adelantado le faltaba desborde, mientras que como defensa era muy táctico. Lo fichamos porque pensamos que tenía futuro y acertamos. Es un jugador que le dio mucha fuerza a la banda derecha". "Yo lo utilicé como lateral por el recorrido que tenía. Su potencia era mayor de atrás hacia adelante. Sus años en el Deportivo fueron su punto de inflexión en España", sostiene Gregorio Manzano, entrenador que lo tuvo año y medio en el Mallorca, en conversación con El Confidencial.

No llegó solo a La Coruña a sus 19 años. Esa fue una de las exigencias de su padre, que puso una condición indispensable para el fichaje. Lo cuenta Lendoiro: "Me dijo que tenía que fichar a Lionel y también a su hermano; que dividiera el salario, pero que no se marcharía él solo. Aceptamos porque el gasto era el mismo. Fue la única vez que me ocurrió algo así en mis 25 años como presidente del Deportivo". Su adaptación fue fantástica y pasó siete años maravillosos en Galicia.

Su aterrizaje en La Coruña lo realizó un imberbe futbolista, mientras que a Mallorca llegó un jugador consagrado con ganas de reivindicarse. "Esa era su idea. Aunque le costó entrar en el equipo, porque llegó en enero, encajó bien con la plantilla. Era un buen compañero de vestuario", cuenta Manzano. En la isla demostró su constancia e intensidad. "Tuvo una alta capacidad de adaptación porque era muy observador".

placeholder Scaloni da instrucciones a Messi en un entrenamiento. (Reuters/Albert Gea)
Scaloni da instrucciones a Messi en un entrenamiento. (Reuters/Albert Gea)

¿Estaba o no predestinado a ser entrenador?

"Su etapa en La Coruña fue muy buena hasta que el entrenador (Joaquín Caparrós) nos pidió que no contásemos con él", expone Lendoiro. El utrerano exigió a la directiva su salida, que le hizo caso. "Creo que se equivocó".

Scaloni, un tipo temperamental pero tranquilo, siempre fue mantuvo una conducta muy correcta con todos sus entrenadores. Un puesto que no se veía tan claro que ocuparía. Lo explica Manzano: "Nunca pensé que daría el paso a ser técnico. He tenido otros jugadores que los vi claramente en un banquillo, como el Cholo Simeone o Julen Lopetegui".

Lendoiro, en cambio, discrepa de Manzano: "No había que ser muy espabilado para saber que iba a ser entrenador. Es muy intuitivo y supo estar en el sitio adecuado en el momento oportuno. Fue llamativo que lo eligieran sin experiencia, más allá de haber entrenado a la selección sub-20, pero los resultados están ahí. Ha hecho un papel importante para limar la relación entre Messi y la afición".

placeholder Scaloni ordena a su equipo durante el partido ante Australia. (EFE/José Méndez)
Scaloni ordena a su equipo durante el partido ante Australia. (EFE/José Méndez)

El posible regreso a La Coruña en el futuro

"No sé si aprendería algo de mí, aunque los entrenadores suelen recoger cosas de todos los que ha tenido. Me he dado cuenta de que hace algo como nosotros en aquel Mallorca, arropar a las figuras. Él ha armado un equipo alrededor de Messi, igual que nosotros lo hicimos con Ibagaza", explica Manzano.

Ahora su sueño es ganar el Mundial con Argentina, pero en una entrevista en la COPE confirmó que antes o después entrenaría al Deportivo. "Lo importante es que él lo vea factible", dice entre risas Lendoiro. La Coruña lo espera con ilusión. "Aquí es muy querido porque se entregó mucho. Y siempre le ha mostrado mucho cariño a la ciudad. No me extraña para nada que haya dicho eso". El tiempo decidirá si regresa o no a un lugar en el que fue muy feliz. Si gana el Mundial en Qatar, quizá ponga a Doha por delante de La Coruña. Todo es posible.

Argentina se debate siempre entre dicotomías que obligan a posicionamientos innecesarios, porque siempre es mejor disfrutar de los genios que elegir entre ellos. En los banquillos, los bandos a escoger siempre fueron el bilardismo y el menottismo, corrientes antagónicas como lo son los dos entrenadores que llevaron a Argentina a los triunfos en el Mundial. Menotti lo hizo en 1978 y Bilardo, en 1986. En un país de blancos y negros, ha aparecido un gris en el fútbol, Lionel Scaloni. El seleccionador le devolvió la ilusión a la afición con la victoria en la Copa América en 2021, 28 años después del último título (si no se cuentan los oros olímpicos). Y ha reenganchado a Messi con la selección, donde vive ahora sus mejores momentos. De hecho, es la primera vez que juega más cómodo en el equipo nacional que en su club. Con este entrenador, ha llegado el scalonismo, filosofía equidistante que nada tiene que ver con la de sus predecesores.

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