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El deportista a seguir | El 'niño' que Corretja quiere como un hermano y que celebra con su perro
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EL ALETA DEL MOMENTO

El deportista a seguir | El 'niño' que Corretja quiere como un hermano y que celebra con su perro

Un espacio en el que destacaremos a ese deportista con menos nombre, pero que lo tiene todo para ocupar grandes titulares y que queda eclipsado por las estrellas de (casi) siempre

Foto: Pedro Cachín, tras ganar en Gstaad. (EFE/EPA/Jean-Christophe Bott)
Pedro Cachín, tras ganar en Gstaad. (EFE/EPA/Jean-Christophe Bott)

El deporte está lleno de historias de superación, donde el tenis cuenta con un espacio preferente. Muchos niños sueñan con cumplir su gran objetivo de la infancia, que no es otro más que poder ser profesionales del deporte que les apasiona y, por qué no, poder vivir de ello toda la vida. Son demasiados los que lo intentan, pero solo un pequeño puñado de ellos lo llegan a conseguir. Y, para ello, la raqueta es muy traicionera: la soledad es el mayor compañero de viaje.

Los jóvenes que sueñan con triunfar en el tenis son conscientes de que, para conseguirlo, deben de apuntar alto y la mejor manera es tratar de formar parte de las mejores y más reputadas academias de formación. Allí, el entrenamiento y el aprendizaje puede llevar a un joven talentoso a dar el salto de calidad que necesita para triunfar, pero cuenta con una cara B: muchas veces, hay que salir de la ciudad natal y alejarse de tu entorno para tratar de conseguirlo.

Foto: Kyle Guy, el jugador franquicia de Joventut. (EFE/Alejandro García)

Este es el caso de Pedro Cachín, un deportista que a sus 28 años vive su madurez deportiva y que se ha convertido en uno de los grandes jugadores argentinos. Desde muy pequeño, siempre se mostró como un verdadero apasionado del tenis, pero no terminaba de explotar como esperaba. Por esa razón, término por convencer a su padre de que, si quería perseguir su sueño, necesitaba algo más, dar un paso adelante de verdad que le llevara por la senda correcta.

Fue entonces cuando, en 2014, con solo 19 años, el joven Cachín y su progenitor cogieron un par de humildes maletas y viajaron a Barcelona. Tras jugar varios Futures, el argentino concertó una cita con una leyenda del tenis español: Álex Corretja. Después de jugar varios partidos y participar en varios entrenamientos, el español quedó impresionado por su nivel. "¿Cree que puede llegar a ser profesional?", le preguntó su padre a Corretja. Acababa de empezar una relación única.

Corretja fue muy sincero: "Tiene posibilidades, pero va tarde con respecto al resto de jugadores de su edad". Pero Cachín no iba a renunciar a su gran ilusión: "Nos reunimos con Pedrito y, mirándome a los ojos, me dijo que su sueño era ser tenista profesional y que, si yo le ayudaba, se quedaba aquí a vivir". El español quedó convencido por su predisposición y, a partir de ese día, el joven argentino comenzó a trabajar duramente en la academia para tratar de ser jugador con mayúsculas.

Lejos de su familia y amigos, comenzó a conseguir resultados que le permitieron ser profesional, pero con un ránking muy bajo, lo que le hacía jugar los torneos más humildes del circuito. Pero los éxitos comenzaron a llegar... hasta que una importante lesión en un tobillo y la pandemia le cortaron el ritmo. Tras pasar este bache, se vio obligado a jugar de nuevo Challengers para mejorar su ránking, con grandes resultados, logrando cuatro títulos en 2022. Era el momento de su despegue.

Consiguió meterse en el cuadro principal de Wimbledon y del US Open, donde alcanzó la tercera ronda. Ya nadie le podía parar. Fue entonces cuando, el pasado julio, logró levantar su primer título ATP, tras hacerse con el título en Gstaad. Muy emocionado, celebró la victoria con su novia, su hermana... y su perro Tango, al que no dudó en coger en brazos en la pista, abrazarle y besarle. Era el éxito de su vida, el sueño de niñez que, por fin, cumplía a los 28 años de edad.

Ese triunfo la convertía en el número 48 del mundo, el mejor ránking de su carrera y en el cuarto mejor tenista argentino del mundo tras Francisco Cerundolo, Sebastián Báez y Tomás Martín Etcheverry. Era la culminación de toda una carrera: no todos los tenistas profesionales logran levantar un solo título como profesionales, algo que Pedro Cachín ha conseguido a base de perseverancia, trabajo y sacrificio. Una historia de superación que incluso emocionó a Corretja.

"Hemos celebrado Navidades, fines de año, cumpleaños, el nacimiento de una de mis hijas… Por suerte, ahora ya no hace falta que te siga diciendo que te creas que puedes ser un gran tenista, porque ahora tú mismo y todo el mundo sabe que ya lo eres. Deseo de todo corazón que esta historia continúe y podamos seguir disfrutando de nuestra amistad y tus éxitos. Te quiero como un hermano pequeño", le decía Corretja hace semanas. Y es que, a veces, los sueños se cumplen.

El deporte está lleno de historias de superación, donde el tenis cuenta con un espacio preferente. Muchos niños sueñan con cumplir su gran objetivo de la infancia, que no es otro más que poder ser profesionales del deporte que les apasiona y, por qué no, poder vivir de ello toda la vida. Son demasiados los que lo intentan, pero solo un pequeño puñado de ellos lo llegan a conseguir. Y, para ello, la raqueta es muy traicionera: la soledad es el mayor compañero de viaje.

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