El deportista a seguir | El francotirador de moda que aprendió a perder y ahora amenaza al Madrid

Muchas veces, el aficionado no es consciente de la presión que puede llegar a tener un deportista profesional. Cualquier atleta, cuando se coloca el mono de trabajo, lo que busca es conseguir el triunfo que le lleve a lo más alto, tanto cuando lo hace a nivel individual como cuando lo hace en equipo. Pero en cualquier especialidad solo gana uno, por lo que lograr el objetivo es realmente complicado: un nido de tiburones en busca de la única presa disponible.

Por ello, es una evidencia que solo un equipo puede ganar y que, el resto, queda en el olvido de la temporada al quedar lejos del gran objetivo. Y esa situación se puede complicar si uno de los que queda en ese limbo es el conjunto que era considerado como el gran favorito antes del comienzo de la temporada. De hecho, si ocurre eso, se suele tachar de fracaso, un calificativo que puede ser injusto si en el mismo saco no se mete el esfuerzo que hay detrás.

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Rubén Rodríguez

Es el caso del protagonista de esta semana, un jugador que desde muy niño descubrió que tenía un talento innato para anotar pero que, al mismo tiempo, eso le supuso una presión que no siempre supo asimilar. Y, cuando por fin superó todas sus dudas, no recibió el apoyo esperado desde el otro lado, lo que le obligó a resetear y buscar un nuevo camino para triunfar. Ahora, a sus 25 años, por fin ha encontrado su camino y empieza a demostrar la calidad que lleva dentro.

Y es que Kyle Guy puede presumir de ser el jugador de moda en la Liga Endesa. El norteamericano está firmando unos playoff de un altísimo nivel, tanto que incluso ha batido un récord histórico en el baloncesto español y se ha convertido en la gran revelación de la temporada. Con unos números solo a la altura de los mejores jugadores, el escolta de Joventut de Badalona se ha convertido en la gran pesadilla de un Real Madrid que ha perdido el factor cancha.

Pero Guy no siempre lo tuvo fácil. Nacido en Indiana (EEUU) hace 25 años, pronto se decantó por jugar al fútbol americano, su gran pasión. Pero con el paso de los años decidió probar en el deporte de la canasta y no se equivocaba. Tras brillar en el Instituto Lawrence Central, fueron muchas las universidades que se interesaron en sus servicios, y finalmente se decidiría por la Universidad de Virginia, a la que llevó a su mayor éxito... pero en la que vivió su gran fracaso.

Era 2018 y Kyle Guy llevó a Virginia a ser el mejor equipo de la liga regular, algo que no sucedía desde hacía cuatro décadas. Pero, entonces, en el playoff, cayó eliminado de manera sorprendente. Esa eliminación le granjeó numerosas críticas, que le hicieron caer en un proceso depresivo. El escolta no solo se levantó, sino que volvió a ser el mejor jugador para llevar a su universidad al título un año después y renacer de sus cenizas como un ave fénix.

A pesar de ello, volvió a recibir otro revés. No fue elegido en primera ronda del Draft de la NBA y sus tres años en la liga norteamericana, donde jugó en Sacramento Kings y Miami Heat, fueron casi testimoniales, teniendo que recurrir a la Liga de Desarrollo. Por ello, este verano decidió que era el momento de mirar hacia Europa en busca de la felicidad, decantándose por Joventut: ahora, solo unos meses después, se ha convertido en la gran estrella de su equipo.

No solo ha sido básico en la liga regular, sino que ha hecho historia en los playoff, logrando 21 triples con un 56,8% de acierto en los tres primeros partidos, lo que es un récord histórico y que sirvió para robarle al Real Madrid el factor cancha en las semifinales de la liga. Kyle Guy y está demostrando que es uno de los mejores jugadores del momento. ¿Cuál es su techo? Pronto lo veremos pero, a sus 25 años, se ha convertido en uno de los jugadores de moda del baloncesto mundial.