La deportista a seguir | La hija de una gran leyenda que apadrinó Corretja y brilló en Roland Garros

Como suele ocurrir en cada Grand Slam, siempre aparecen noticias positivas en forma de tenistas que llegan como aire fresco para convertirse en deportistas a tener en cuenta de cara a los próximos meses. Desde hace varios años, Serbia puede presumir de ser una potencia en tenis masculino, donde deportistas como Novak Djokovic, Viktor Troicki, Dusan Lajovic, Miomir Kecmanovic, Janko Tipsarevic o Filip Krajinovic, entre muchos otros, han peleado por grandes éxitos. Pero no ocurre lo mismo en el lado femenino.

Desde que Jelena Jankovic y Ana Ivanovic dejaran el tenis profesional, no ha habido una jugadora serbia de renombre en el circuito WTA. Hasta ahora. Y es que, de un tiempo a esta parte, una joven de 22 años empieza a demostrar que lo tiene todo para convertirse en una de las grandes tenistas de los próximos años y lo ha demostrado en Roland Garros. Este sábado tuvo una prueba de fuego ante la siempre peligrosa tunecina Ons Jabeur, ante la que cayó en tres sets (4-6, 6-4 y 6-2) y donde confirmó que tiene nivel para soñar con todo.

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Rubén Rodríguez

Olga Danilovic se ha convertido en una de las jugadoras a tener en cuenta esta temporada. Con solo 22 años, ya empieza a demostrar a nivel como para empezar a complicar a las grandes del circuito y, sobre todo, para convertirse en la gran esperanza de su país. No en vano, en su genética cuenta con ADN de campeón y, en su familia más directa, aparecen varios grandes deportistas que han hecho historia en el deporte mundial y europeo. Y, por si fuera poco, ha sido tutelada por uno de los grandes tenistas de España.

Y es que el apellido Danilovic tiene mucha historia. De hecho, Olga puede presumir de ser hija del mítico Sasha Danilovic, el exjugador de baloncesto considerado como el mejor escolta europeo de los años 90 y que hizo historia con el Partizán, la Virtus y que llegó a jugar en la NBA, formando parte de Miami Heat y de Dallas Mavericks. Por si fuera poco, su madre Svetlana también fue jugadora de baloncesto, y su abuelo materno fue el futbolista Miodrag Bozovic, un histórico defensa del Partizán de los años 60. Y, con esos genes, quiere triunfar en el tenis.

Desde que era muy joven, demostró grandes cualidades con la raqueta, a las que claramente le ayudaban sus centímetros. No dudó, con solo 16 años, en viajar a España para ponerse a las órdenes de Álex Corretja, formando parte del RCTB-1899, donde compartió horas con otra gran tenista como Paula Badosa. Corretja la tuteló desde muy joven y ahora, solo unos años más tarde, empieza a despuntar como una de las jugadoras con más talento del circuito. Y no quiere desaprovechar la oportunidad que tiene en Roland Garros.

Hace solo unas semanas, se convertía en campeona del ITF de Madrid, tras derrotar en la final a la española Sara Sorribes, pero su nombre se dio a conocer en 2018, cuando llegando como lucky loser se llevaba la victoria en el WTA de Moscú ante Anastasia Potapova, convirtiéndose en la primera tenista nacida en el siglo XXI en llevarse un torneo WTA. Desde ese momento, se ha esperado con ansia la explosión de Danilovic y parece que ahora, a sus 22 años, está viviendo el mejor momento de su carrera, lo que le hará meterse entre las 100 mejores raquetas del mundo en los próximos días.

Danilovic sumó cinco victorias en Roland Garros, tras superar la fase previa y lograr meterse en la tercera ronda de París, donde tuvo enfrente a Jabeur, una de las grandes favoritas, pero ante la que peleó hasta la extenuación. "Me encantan este tipo de retos, juego para estos partidos, para poder triunfar en estos grandes escenarios", explicaba en la previa del enfrentamiento. No pudo derrotar a la tunecina, pero demostró que tiene nivel suficiente como para convertirse en una de las mejores tenistas del circuito en unos meses.

Potente con el saque, muy rápida de piernas y con una gran derecha, Danilovic sueña con que esta edición de Roland Garros sea el punto de despegue para convertirse en la tenista serbia de referencia y, por qué no, meterse entre las mejores del mundo. Acaba de aterrizar en el circuito, pero ya sueña con emular los pasos de su padre y hacer historia en el deporte. El juego y la genética los tiene y, ahora, es el momento de que los resultados le acompañen. Corretja puso su granito de arena y ahora solo depende de Danilovic llegar a lo más alto. Y en París ha empezado a soñar.