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Cómo Mendilibar ha creado un equipo de autor que puso en jaque al mismísimo Guardiola
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Cómo Mendilibar ha creado un equipo de autor que puso en jaque al mismísimo Guardiola

El Sevilla tuvo varias ocasiones para colocarse 0-2 y encarrilar el triunfo en la Supercopa de Europa. El fallo de Gudelj en el último penalti, sin embargo, le privó de ganar otro título

Foto: El fallo de Gudelj dejó al Sevilla sin opciones de ganar la Supercopa de Europa. (Reuters/Alkis Konstantinidis)
El fallo de Gudelj dejó al Sevilla sin opciones de ganar la Supercopa de Europa. (Reuters/Alkis Konstantinidis)

"Ellos lo celebran con normalidad, pero nosotros hubiéramos quemado el estadio". Las palabras de Ivan Rakitic en Movistar+ dejaron claro que este no era un partido más para el Sevilla de José Luis Mendilibar. Un equipo de autor capaz de jugar a ser funambulista y tener en el alambre a José Mourinho y a Pep Guardiola. Frente a la Roma la moneda cayó cara, pero ante el Manchester City fue cruz en unos penaltis que tienen más de picardía que de fortuna. Si no, que se lo digan a Bono.

Mendilibar debutó a sus 62 años en competición europea y desde entonces ha dejado claro que la edad es sólo un número. Ni dos tiburones de los banquillos han podido con un tipo pragmático y elocuente que no tiene reparos en hablar sin tapujos. Ni en reconocer que no usa las tablets. Su conocimiento le ha bastado y sobrado para poner al Sevilla a competir con los mejores equipos de Europa.

"Hemos sabido jugarles y sólo nos ha faltado acierto en algunas ocasiones. Es un día triste, pero para estar orgulloso", declaró Pepe Castro en Movistar+. Fiel a lema del que siempre hacen gala, el Sevilla no se rindió. Porque hay un gen del que se contagian los jugadores, nazcas en Los Palacios como Navas, en Argentina como Acuña o en Croacia como Rakitic. Si hubiera una clase de sevillismo, esa sería con claridad la lección inicial.

placeholder Rakitic marcó su penalti. (Reuters/Vincent West)
Rakitic marcó su penalti. (Reuters/Vincent West)

El partido de En-Nesyri

El Manchester City afrontó el tercer partido oficial de la temporada frente a un Sevilla que fue de tapado, con el mismo perfil bajo que su entrenador. Pero que desde el inicio del encuentro demostraron que no era momento de tener miedo. La cobardía es impropia para un equipo como este, al que Mendilibar le ha devuelto la competitividad que perdió en el último año.

El Sevilla mordió como nunca en la salida de balón al City, que jugó con fuego en varias ocasiones. El inicio fue brutal, sin apenas contratiempos, y con la gran noticia del gol de En-Nesyri, un delantero cuyo partido lo define a la perfección. Cabecea como pocos, pero con los pies se le hace de noche. Dicen que en la virtud está en el término medio. Y el marroquí no parece haberla encontrado todavía.

Luego llegó el sufrimiento tras el gol de Palmer, pero este equipo demostró que también sabe sufrir. A los jugadores del City se les notó cansados con un lentísimo ritmo en la circulación que facilitó la defensa del Sevilla. Así se llegó a los penaltis, donde todos los focos apuntaron, como en las dos últimas tandas que ha vivido, a Bono, que tiene un pie fuera del club. En esta ocasión, no salió triunfador como en los octavos del Mundial y en la final de la Europa League.

placeholder Bono no paró esta vez ningún penalti. (Reuters/Vincent West)
Bono no paró esta vez ningún penalti. (Reuters/Vincent West)

La decisión de Bono

"Se lo dije cuando marqué el penalti, que le queremos mucho decida lo que decida. Siempre tendrá a su familia sevillista", explicó Rakitic. Bono estuvo cerca de parar el quinto penalti del City y, de hecho, lo rozó, pero acabó en gol. "Es un extraordinario portero, pero los tiradores del Manchester son muy buenos", comentó Pepe Castro.

El sabor es agridulce para el Sevilla, que tocó con la yema de los dedos el título. "Ha sido una derrota, pero también una victoria", dijo Óliver Torres. Los sevillanos han vuelto plantarle cara a los mejores equipos de Europa gracias a un entrenador que no va de moderno. Su sabiduría va al margen de toda tecnología y de la modernidad; se ha impregnado bien de los valores del club y los tiene claros. Casta y coraje. Esta es otra manera de perder.

"Ellos lo celebran con normalidad, pero nosotros hubiéramos quemado el estadio". Las palabras de Ivan Rakitic en Movistar+ dejaron claro que este no era un partido más para el Sevilla de José Luis Mendilibar. Un equipo de autor capaz de jugar a ser funambulista y tener en el alambre a José Mourinho y a Pep Guardiola. Frente a la Roma la moneda cayó cara, pero ante el Manchester City fue cruz en unos penaltis que tienen más de picardía que de fortuna. Si no, que se lo digan a Bono.

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