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España cae con la cabeza alta contra Italia en la Eurocopa en la tanda de penaltis (1-1)
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fue mejor que los italianos

España cae con la cabeza alta contra Italia en la Eurocopa en la tanda de penaltis (1-1)

España se puede ir de la Eurocopa con el orgullo de haber sido mejor que Italia. Jugó mejor, fue superior, pero estuvo menos acertada con el gol y en los penaltis

Foto: Dani Olmo lamenta una ocasión en el partido contra Italia. (Efe)
Dani Olmo lamenta una ocasión en el partido contra Italia. (Efe)

Álvaro Morata no merecía fallar el penalti. El partido llegó a los penaltis gracias a su gol, a su lucha y entrega. En esta ocasión no hubo fortuna en la ruleta. España cae con la cabeza alta contra una Italia más rácana. No mereció la Selección de Luis Enrique llegar al punto de fusilamiento. Fue mejor. Le faltó más gol para evitar el trágico final. Fallaron en el lanzamiento Dani Olmo y Morata. Unai Simón paró uno. Pero no fue suficiente. El gol de Jorginho dio el pase a la final a los italianos.

España se va con orgullo. Luis Enrique sale reforzado y con un bloque con futuro. A Italia la hizo pequeña. Estuvo compitiendo hasta el final en gran parte por culpa de Morata. Álvaro fue pitado, insultado en Sevilla, menospreciado y Morata hizo posible que España llegara a la prórroga cuando peor lo estaba pasando la Selección. ‘Grazie mille’ Morata. Hay que ser generosos y agradecidos con un delantero que empezó el partido de semifinales en el banquillo y salió al rescate de todos los españoles. Empató el partido por orgullo, carácter, raza y porque tiene gol. Llevó a España a jugar su tercera prórroga seguida en la Eurocopa (Croacia, Suiza e Italia).

Foto: Luis Enrique, tras ganar a Suiza y clasificar España para las semifinales. (EFE)

Más minutos para una Selección fatigada, sacando fuerzas del depósito de la reserva, y que impuso su dominio a una Italia tacaña. No fue el equipo que nos habían vendido. Esa nueva Italia que ganaba con la pelota y no renunciaba al juego ofensivo se limitó a montar contraataques. En el tiempo reglamentario, España hizo más para llevarse el partido, evitar llegar a los penaltis, con Morata en plan bicho. Ese cansancio pasó factura a Busquets y Eric García. En la segunda parte entraron más refrescos: Thiago y Pau Torres. La semifinal se fue a los penaltis.

Superioridad de España

España quiso e hizo más, desde el pitido inicial hasta el último minuto de la prórroga, para ganar a Italia. Luis Enrique sorprendió con la alineación y donde dijo ‘Morata y diez más’ para respaldar al delantero, tras las críticas del primer partido de la Eurocopa, empezó sin referencia arriba. El plan era tener superioridad en el centro del campo, conseguir tener el control del partido, dominar y desactivar a los italianos con la pelota. Reforzó a Buquets, Koke y Pedri con Dani Olmo. Jugó sin delantero. Abrió el campo con Oyarzabal y Ferran Torres pegados en las bandas. Con esto le dio a España para ser mejor que Italia en la primera parte, pero faltó el gol. Lo buscó más, generó más peligro y llegadas, pero no fue suficiente para coger ventaja.

Se jugó a lo que quiso Luis Enrique. España interpretó mejor el juego de posesión con más centrocampistas. Italia salió agresiva al partido, presionando fuerte, arriba, siendo incómoda. Pero duró cinco minutos su propuesta. Retrocedió líneas y se vio inferior con la pelota. La primera batalla la ganó Luis Enrique. La de la posesión. Pero esta guerra tenía más batallitas en las que salir victorioso. No se podían cometer errores en la elaboración del juego, había que estar precisos en el pase y aprovechar las llegadas al área. Esto último es lo que le faltó al plan de España para ser perfecto.

Oyarzabal desperdició un buen pase en profundidad de Pedri en el 12’. Ferran Torres no tuvo puntería en un lanzamiento lejano en el 15’. Dani Olmo tuvo la ocasión más clara en un disparo, desde el punto de penalti, que fue desviado con una estirada de Donarumma en el 25’. España era dueño del balón, pero no finalizaba las jugadas. Sí tenía algo diferente. Más oficio en los balones divididos. Busquets y Koke supieron trabar el juego de transiciones del equipo de Mancini. El capitán vio una cartulina amarilla por una obstrucción a Immobile en el 50’. El mayor peligro de Italia fue una combinación de Insigne con Emerson por la izquierda ya en el 45’.

Sin puntería

Sin Morata y tampoco sin Gerard Moreno, la Selección española fue mejor que Italia por el control casi absoluto de la posesión. Se vio a una España con mucha movilidad, rapidez en la circulación de la pelota y ayudas para elaborar y robar la pelota. Todo salía perfecto, pero era necesario aprovechar esta superioridad con el gol que pudiera alterar a los italianos. Al descanso se llegó sin el premio, con buenas sensaciones y todo abierto. El peso del partido lo llevaba una España que jugó con personalidad y convencida de que su propuesta era superior a los italianos. Desactivó al rival, su fiereza y ese ritmo de vértigo con el que había llegado a las semifinales como favorita para llevarse el partido.

La segunda parte empezó con un mal pase de Unai Simón que interceptó Insigne y significó un saque de esquina. Unai parecía el más nervioso de los españoles. España ya ha hecho demasiados regalos esta Eurocopa. No era el momento para meter a Italia en el partido. La reacción de España fue magnífica. Una acción vertical que acabó con un pase de Dani Olmo al área pequeña, donde llegaba Ferran Torres, y despejó Di Lorenzo. España siguió mandando y Busquets tuvo otra ocasión de peligro con un disparo desde la frontal del área. El balón pasó cerca del larguero. La respuesta de los italianos fue contundente en un contraataque que finalizó Chiesa y detuvo, abajo, Unai Simón en el 53’.

España seguía sin delantero centro, pero mandaba con la posesión. Italia esperaba atrás, quería robar y hacer daño con jugadas directas para sus delanteros. El camino para el gol era diferente y lo encontró Italia con una salida rápida iniciada por Donarumma. Italia pisó el acelerador, se plantó en el área de España, Laporte despejó y Chiesa marcó de un derechazo ajustado ante la mirada de Eric García. Un mazazo para los de Luis Enrique en el 60'. El asturiano cambió el plan. Metió a Morata por Ferran Torres.

Más verticalidad

La pegada la encontró Italia. A España le costaba un mundo rematar a portería. Otra gran ocasión desperdiciada en un centro de Koke al que no llegó, solo, Oyarzabal para finalizar con la cabeza. Para equilibrar el partido también hizo falta que entrara Gerard Moreno por Oyarzabal. España no perdió el dominio, pero se resistía el gol. Más llegadas, como la de Dani Olmo, con disparos desviados. Faltaba puntería. Se rompió el encuentro con otra acción directa que pudo costar el segundo gol de los italianos en un disparo de Berardi que desvió con los pies Unai Simón. Luis Enrique reforzó el centro del campo con Rodri por Koke. Había que tapar el agujero central. Había que darle más verticalidad al juego de la Selección. Apareció Morata en el momento de más angustia.

España no dejó de perseguirlo. Sufrió, pero lo encontró. A diez minutos para el final del partido una combinación de Dani Olmo con Morata fue mortal. El delantero de la Juve se coló, se la jugó, a los veteranos centrales italianos. Ni Bonucci ni Chiellini pudieron frenar la zancada de su compañero de equipo. Funcionaron los cambios. Con delantero centro, verticalidad, riesgo, más gasolina y orgullo encontró el gol España. En el campo estaba también Marcos Llorente, que había entrado por Azpilicueta. En el minuto 90 hubo una mano de Chiellini en el área de la que el árbitro alemán, Felix Brych, no quiso saber nada. El brazo estaba apoyado en el suelo. El partido se fue a la prórroga y en los penaltis se despide el equipo de Luis Enrique con la cabeza alta. Hay proyecto.

Álvaro Morata no merecía fallar el penalti. El partido llegó a los penaltis gracias a su gol, a su lucha y entrega. En esta ocasión no hubo fortuna en la ruleta. España cae con la cabeza alta contra una Italia más rácana. No mereció la Selección de Luis Enrique llegar al punto de fusilamiento. Fue mejor. Le faltó más gol para evitar el trágico final. Fallaron en el lanzamiento Dani Olmo y Morata. Unai Simón paró uno. Pero no fue suficiente. El gol de Jorginho dio el pase a la final a los italianos.

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