Vinicius ya le pone los goles en bandeja a Benzema en un día flácido del Madrid (2-1)
El Real Madrid gana al Shakhtar en un partido discreto donde encontró las soluciones en la energía de Vinicius. El brasileño dio las dos asistencias de gol a Benzema
La victoria ajustada del Real Madrid contra el Shakhtar solo se puede celebrar por las dos asistencias de Vinicius a Benzema. Al brasileño se le examina si tiene o no gol, pero en días grises de su equipo aporta desborde y trabajo. Vinicius venía de marcar dos goles al Elche y ejecutó al Shakhtar con dos pases de gol a Benzema. Esta faceta de asistente hay que ponerla en valor. El brasileño ha mejorado en la definición y en la lectura de los partidos. Ve dónde está el peligro. Asume responsabilidades y tiene personalidad para ganar partidos grandes y discretos. Siempre juega enchufado. No lo hacen todos sus compañeros. Los goles son para el francés. El mérito lo tiene el brasileño en una victoria que acerca al Real Madrid a los octavos de final de la Champions.
Con pitos se marchó el equipo de Ancelotti al vestuario tras una primera parte demencial, en la que solo se puede destacar el gol de Benzema. No porque sea una obra de arte sino por su simbología. El francés entra en la historia como el autor del gol 1.000 del Real Madrid entre la Copa de Europa y la Champions. El tanto sirvió para ponerse por delante, pero no para confirmar una mejoría en el juego y el dominio del encuentro. Lo logró Benzema tras una asistencia de Vinicius. El brasileño recuperó la pelota en la presión en una mala acción defensiva del rival. Vinicius mordió y tuvo premio. Vinicius ha pasado de ser un amigo para los rivales a darle los goles a Benzema en la Champions. Cambian los tiempos, mejoran los jugadores y el brasileño sigue en racha.
El Real Madrid cogió ventaja y se desenchufó del partido. Cedió la pelota, retrocedió, faltó agresividad y dio alas a que el Shakhtar igualara el partido. Es incomprensible esta actitud en un equipo que debería haber aprendido la lección del día del Sheriff. Esa derrota se justificó como un accidente. Pero lo que sucede en el Bernabéu empieza a ser habitual. El Madrid no agrede a los rivales. Le falta contundencia en las dos áreas y control del partido en el centro del campo. La primera parte la salvó Courtois con un paradón, en el 44’, a Fernando. El Shakhtar había empatado el partido con gol de este delantero que ya había dado varios avisos.
Débil en defensa
En el Madrid faltan muchas cosas para pensar que es un equipo en progresión y redondo. Modric, extraño en él, falló una ocasión de gol clara en el 5’. Solo ante Trubin, le pegó mal a la pelota y el portero la desvió. Generó poco peligro arriba y sufrió atrás. Alan Patrick pudo adelantar al Shakhtar con un disparo al poste. El equipo ucraniano encontraba demasiadas facilidades, espacios, grietas y errores en el bloque del Madrid. El gol del empate sirve como ejemplo. Un pase largo a la frontal del área en el que ni Alaba ni Militao están atentos para interceptar el pase con el pecho de Alan Patrick y el remate de Fernando. Era el minuto 30 y el público reaccionó con pitos. Mala primera parte para un Real Madrid poco ambicioso.
Ancelotti tomó la decisión de jugar con Lucas Vázquez en el extremo derecho y dejar a Hazard y Marco Asensio en el banquillo. Sin Rodrygo, lesionado, tampoco dio entrada al belga. Era un día para hacer cambios arriba, dar nuevas oportunidades, pero el entrenador italiano no cree en Hazard y considera que ni él ni Asensio dan amplitud al juego de ataque. Deja de ser sorprendente que Hazard no consiga entrar en el equipo titular. El Real Madrid era un equipo plano, impreciso y ramplón.
-¿Estás viviendo tu segunda juventud?
— Fútbol en Movistar+ (@MovistarFutbol) November 3, 2021
-Benzema: "Cada partido disfruto mucho de mi fútbol"#LaCasaDelFútbol pic.twitter.com/uIjZKZVcdR
Necesitaba algo para reaccionar en la segunda parte. Un cambio de actitud, mentalidad o la salida de nuevos jugadores. No tenía energía. Era un equipo pasivo, sin alma y carácter. El Shakhtar estaba cómodo en el Bernabéu. Hasta que volvió aparecer Vinicius, en el 60’, para romper la monotonía. Dio vértigo y velocidad a la jugada del segundo tanto. Vinicius se apoya en Casemiro, éste devuelve de tacón, y asistencia a Benzema. El francés celebró el golazo. El 1.001. Un tanto en una fase clave. El Madrid salió de la flacidez por el ímpetu de Vinicius y su conexión con Benzema. El francés, que descansó contra el Elche, pidió el cambio en el 76’. Otro síntoma de fatiga. Luka Jovic le dio el relevo. Irrelevantes los minutos del serbio.
Ancelotti hizo su primer cambio tras el gol. Metió a Nacho y quitó a Carvajal, recién salido de una lesión. El Real Madrid necesitaba más piernas y frescura para contener al Shakhtar. No mejoró nada. El equipo de Ancelotti tiene un problema de flojera. Puede influir el cansancio físico o el miedo a perder. Lo segundo sería peor porque estaríamos viendo la versión de un Real Madrid conservador y asustadizo que tiene serios problemas en casa. Debería ser un equipo más sólido y potente en el Bernabéu, pero desde que empató contra el Villarreal, perdió contra el Sheriff y volvió a empatar contra Osasuna no parece sentirse cómodo en su propio estadio.
La victoria ajustada del Real Madrid contra el Shakhtar solo se puede celebrar por las dos asistencias de Vinicius a Benzema. Al brasileño se le examina si tiene o no gol, pero en días grises de su equipo aporta desborde y trabajo. Vinicius venía de marcar dos goles al Elche y ejecutó al Shakhtar con dos pases de gol a Benzema. Esta faceta de asistente hay que ponerla en valor. El brasileño ha mejorado en la definición y en la lectura de los partidos. Ve dónde está el peligro. Asume responsabilidades y tiene personalidad para ganar partidos grandes y discretos. Siempre juega enchufado. No lo hacen todos sus compañeros. Los goles son para el francés. El mérito lo tiene el brasileño en una victoria que acerca al Real Madrid a los octavos de final de la Champions.
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