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Cristiano se empeña en revalidar la Champions apabullando al Atlético
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otro 'hat-trick' sensacional del portugués

Cristiano se empeña en revalidar la Champions apabullando al Atlético

El Real Madrid acaricia la final de Cardiff después de un fantástico partido en el que fueron siempre superiores a los rojiblancos. El '7' hizo tres goles y pudieron llegar más

Foto: Segundo hat-trick europeo consecutivo de Cristiano. (Reuters)
Segundo hat-trick europeo consecutivo de Cristiano. (Reuters)

El Bernabéu estaba vestido con el traje de las grandes noches. Un recuerdo precioso para el madridismo en uno de los fondos, un recuerdo monstruoso para los que en la grada vestían de rojiblanco y en el campo, de oro y azabache. Y había 22 jugadores que querían corresponder a lo que se vivía en las butacas. Sobre todo once, los blancos. A estos hay que ganarles y el antídoto, Messi, no juega en el Atlético. Y hay uno, una bestia que ni Stevenson podría representar, que es lo que más se parece a un ser superior. Cristiano Ronaldo había marcado dos goles en la fase de grupos. Entre cuartos y este partido de semifinales, Cristiano ha hecho ocho. Y gracias a él, Cardiff está a la vuelta de la esquina.

El Real Madrid quiere ganar lo que tiene por delante. Perdió el Clásico, podía ser un punto de inflexión negativo. Pasó al contrario. Han pasado tres partidos desde ese día, desde el gol de Messi, y son tres victorias. Dos muy sobrado, otro con sufrimiento. Y ahí está, dependiendo de sí mismo en la Liga y con pie y medio en la final de la Copa de Europa, con la golosina delante de ser el primer equipo en revalidar una Champions en los 25 años de la competición. El Madrid se siente capacitado para ganar por primera vez un doblete en 59 años.

Desde el primer instante, el Madrid estaba ya ganando el partido. No fue un duelo que se pareciese en nada a los otros cuatro que han jugado recientemente en Europa estos equipos. En absoluto. Nunca, en ninguno de ellos, hubo un equipo tan superior al otro. Ni siquiera en la vuelta de los cuartos de 2015, la del gol de Chicharito. Aquel día, Simeone cometió el error imperdonable de encerrarse, de embotellarse sobre Oblak y esperar a un fallo para ganar. Esta vez, se equivocó de planteamiento también, pero no fue cobarde en ningún instante, simplemente fue superado con creces.

Al final, el Cholo eligió a Lucas Hernández para jugar de lateral. Entendió que era menos riesgo poner a un jugador acostumbrado a jugar en un costado (pese a que el canterano es central natural), aunque en el lado contrario al suyo, que arriesgar con un central en un lugar extraño. Lucas en banda, Savic en el centro. El resto, lo de siempre. Es decir, la idea, salvo por ese pequeño detalle, era la misma de todos los días.

Qué le pasará por la cabeza a los jugadores rojiblancos ante el Madrid en Europa es indescifrable. Son muchos años de desgracias y no hay un atisbo de alegría. Se empequeñecen. No se supo imponer ni un minuto en el partido. El equipo blanco les permitió tener mayor libertad de movimiento y de acción durante los primeros 25 minutos de la reanudación y Keylor Navas se sintió menos intimidado incluso que en el primer tiempo. Con cuatro centrocampistas, por tres del Atlético, el Madrid se adueñó de la medular y no la soltó, por lo que mantuvo el control en todo momento, consciente de que el momento de hacer sangre y sentenciar la eliminatoria lo iba a encontrar con la maduración del equipo contrario. Cuando encontró el rastro de sangre, atacó inmisericorde.

Hizo lo que mandan los cánones más antiguos: marcar pronto, aguantar y rematar. Le salió la noche prácticamente perfecta. Salvo por el duro contratiempo de la lesión muscular de Carvajal, el resto fue a pedir de boca. 3-0, ningún gol encajado y fiesta en la grada, reconciliada indudablemente con la primera unidad, esa que les está llevando camino a la Duodécima. El que entró extraño en esa alineación fija fue Isco. No jugó contra el Valencia, dando a entender Zidane con esa decisión que sería importante ante el Atlético, y así lo fue. Empezó sobreexcitado, pidiendo todos los balonces y creando la ofensiva blanca, se fue desdibujando... y entonces entró Asensio para reactivar el ataque madridista cuando el rival se encontraba cabizbajo e impotente.

El Madrid había encajado gol en todos los partidos de la Champions hasta el momento. Para que se hagan a una idea, el Legia de Varsovia le hizo cuatro goles en dos partidos. Y de repente, cuando más importa no encajar, cierra el gripo de la manera más eficaz posible. Una ocasión de Gameiro desbaratada ágilmente por Keylor y un disparo impreciso y forzado de Godín, esa fue toda la producción ofensiva del Atlético. No encontró Koke manera de conectar con Griezmann y no hubo ni un solo acompañante que apareciese para desequilibrar. Gameiro y Carrasco se acabaron yendo al banquillo, entraron Torres y Gaitán y como si no se hubiera producido ninguna variación.

Los locales, en cambio, fueron acumulando ocasiones con voracidad. El primer tiempo pudo acabar con la eliminatoria encarrilada. Benzema tuvo una nada más empezar y después perdonó el gol de la competición con una chilena que se fue casi rozando el larguero. La tuvo Modric, lo intentó el Madrid innumerables veces de córner, pero apareció el de siempre. Cristiano marcó el primero a los diez minutos. Pero a diferencia de otros días, Ronaldo sí participó. Jugó, hizo jugar y marcó en, probablemente, su mejor partido como madridista en muchísimo tiempo.

La sentencia fue motivo de la insistencia blanca en el momento preciso y de la caída a los infiernos del Atleti, que cuando encajó el segundo revivió en sus carnes las dos finales perdidas y se engarrotó. Pudieron caer más. Cayeron 'solo' los de Cristiano. El segundo, después de que Benzema le ganase una batalla corporal a un tío mucho más fuerte que él, Godín; el tercero, en una conducción hasta la línea de fondo producto de la frescura de Lucas, Casemiro lo dejó pasar y Cristiano controló y la puso dentro. Otro derbi europeo, otro derbi blanco.

Ficha técnica

3 - Real Madrid: Keylor Navas; Carvajal, Varane, Sergio Ramos, Marcelo (Nacho, m.46); Casemiro, Kroos, Modric, Isco (Marco Asensio, m.68); Cristiano Ronaldo y Benzema (Lucas Vázquez, m.77).

0 - Atlético de Madrid: Oblak; Lucas, Savic, Godín, Filipe; Carrasco (Correa, m.68), Gabi, Saúl (Gaitán, m.57), Koke; Griezmann y Gameiro (Fernando Torres, m.57).

Goles: 1-0, m.10: Cristiano Ronaldo. 2-0, m.73: Cristiano Ronaldo. 3-0, m.86: Cristiano Ronaldo.

Árbitro: Martin Atkinson (Inglaterra). Amonestó a Isco (48) por el Real Madrid; y a Koke (26), Saúl (53) y Savic (83) por el Atlético.

Incidencias: partido de ida de las semifinales de la Liga de Campeones, disputado en el estadio Santiago Bernabéu lleno, con la presencia de 85.000 espectadores en las gradas, 4.000 de ellos seguidores del Atlético de Madrid.

El Bernabéu estaba vestido con el traje de las grandes noches. Un recuerdo precioso para el madridismo en uno de los fondos, un recuerdo monstruoso para los que en la grada vestían de rojiblanco y en el campo, de oro y azabache. Y había 22 jugadores que querían corresponder a lo que se vivía en las butacas. Sobre todo once, los blancos. A estos hay que ganarles y el antídoto, Messi, no juega en el Atlético. Y hay uno, una bestia que ni Stevenson podría representar, que es lo que más se parece a un ser superior. Cristiano Ronaldo había marcado dos goles en la fase de grupos. Entre cuartos y este partido de semifinales, Cristiano ha hecho ocho. Y gracias a él, Cardiff está a la vuelta de la esquina.

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