Ojalá Barcelona y Real Madrid repitan la burrada de vilipendiar a Mbappé y Haaland

Las dos estrellas del fútbol europeo que fueron anuladas por el Barcelona y el Real Madrid llevan días en los que se les ha acusado por tener un rendimiento vulgar. En los partidos de la verdad no te puedes permitir fallar y Mbappé y Haaland, con dos actuaciones irrelevantes, defraudaron y se les atizó hasta el punto de desprestigiarlos.

De Kylian Mbappé se ha llegado a decir en Francia que está gordo por su decepcionante partido contra el Barcelona en el Parque de los Príncipes. El atasco es físico y mental. También que no es feliz y es otra de las razones que influyeron en su apagón. Con Haaland se pone en duda que es un fuera de serie. Se le califica de delantero normalito, sin recursos técnicos, e incapaz de marcarle un gol al Real Madrid en los tres partidos que se ha enfrentado. Si consigues anularlo parece un jugador de cuarta división, es una de las críticas más salvajes. El marcaje de Rüdiger, con las ayudas de Tchouaméni, en el Bernabéu, volvió a poner en la diana al noruego.

Es una burrada vilipendiar a Mbappé y Haaland, cuestionarlos por no aparecer en su versión demoledora en los partidos de ida de los cuartos de final. Se les ha castigado por defraudar, por la exigencia de no poderse permitir una mala actuación en la mejor competición del mundo. Son dos estrellas y por esta condición de infalibles y la enorme expectación que generan sufren su particular penitencia.

Señalados como los sucesores de Messi y Cristiano Ronaldo, el nuevo pulso de dos animales competitivos, tienen que reinar y retroalimentarse como lo hacían el argentino y el portugués. Se les prohíbe volver a fallar.

No es un buen presagio creer que estos monstruos pueden estar pasando un bache por haber fallado en el primer asalto de los cuartos. Lo que consiguieron los sistemas defensivos de Xavi y Ancelotti tiene un enorme mérito, pero hay que volver a repetirlo, minimizarlos y conseguir que estén incómodos y sin efectividad. No es nada fácil que el francés y el noruego tengan otro mal día en la Champions, pero, sobre todo, haríamos mal en subestimarlos. Hay mucho morbo con los enfrentamientos de estos dos jugadores contra el Barcelona y el Real Madrid.

Resarcirse

Mbappé y Haaland tienen la ocasión de resarcirse, como le sucede a Bellingham, otro crack que defraudó en su primera gran noche en Europa con la camiseta del Real Madrid. "Calma, calma. Puede ser que en las idas no hayan dado sus mejores versiones, pero ahora se avecinan otros partidos. Cuidado", dijo Ancelotti para responder a lo asombroso que parecía que ninguno de estos tres jugadores de talla mundial hubieran brillado.

Haaland solo pudo disparar una vez a portería en el Bernabéu y Mbappé ni siquiera consiguió rematar entre los tres palos de Ter Stegen. Dos actuaciones mediocres e inusuales de dos devoradores que esta temporada tienen registros espectaculares: Mbappé (40 goles en 39 partidos) y Haaland (38 goles en 31 partidos).

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El peligro real y la amenaza para el Barcelona y Real Madrid ha aumentado con dos futbolistas que están sufriendo fuertes críticas y no solo juegan la vuelta para ayudar a que sus equipos se clasifiquen. Necesitan el desagravio, lo que les convierte en más temibles.

Haaland ha sufrido esta temporada con las lesiones y en un equipo con la propuesta ofensiva del City, con rivales que no dejan espacios para que el noruego explote su velocidad y obtenga ventaja, tiene más dificultades. En tres partidos contra el Madrid no ha sido capaz de marcar ningún gol y tras este aluvión de críticas ha tenido que salir Guardiola a dar la cara para quitarle presión. Pep rechaza que se juzgue a Haaland como la figura que está obligada a ganar el Balón de Oro.

El entrenador del Manchester City antepone el objetivo de ganar títulos al premio individual y dice que “los cinco títulos del año pasado habrían sido imposibles sin el noruego”. Con Haaland llegó la Champions para el City y lo cierto es que si marcas al noruego con la vigilancia de uno dos jugadores, como en el Bernabéu, lo que ocasiona es dejar libres a otros compañeros.

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En Mbappé está puesto el foco del encuentro contra el Barcelona por múltiples razones. Es el jugador que tiene que marcar las diferencias, el que puede desequilibrar un partido que es una final, como lo hizo en la eliminatoria contra la Real Sociedad. El PSG tiene más opciones de eliminar al Barcelona si aparece la versión imparable de Mbappé que el plan colectivo del que habla Luis Enrique, cogido entre alfileres, como se ha visto con actuaciones decepcionantes en la fase de grupos de la Champions y el primer asalto con el Barcelona.

El PSG es más temible con un buen Mbappé que el galimatías que tiene Luis Enrique con un equipo al que le penaliza la fragilidad del sistema defensivo. Mbappé naufragó con el excelente marcaje de Araújo y Koundé y se le vio desconcertado y desconectado en los diferentes sistemas que empleó Luis Enrique.

El francés y el noruego han sido despreciados. Lo importante es que no lo han hecho ni Xavi ni Ancelotti, ni por supuesto los jugadores del Barcelona y el Real Madrid, que se tomaron muy en serio contrarrestarlos. Ahora toca repetirlo.