Los barones reniegan de Rubiales, pero no del sistema: "Si un tío es un sinvergüenza, lo será él"

A la espera de que el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) decida si inhabilita o no a Pedro Rocha, la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) vive una situación de absoluto bloqueo. Sabido es que el presidente de la Comisión Gestora, cuyo primer y prácticamente único cometido era convocar elecciones tras la dimisión de Luis Rubiales, es decir, hace ya más de seis meses, es —o al menos pretendía serlo— el candidato oficial para que, lejos de cambiar nada, nada cambie en la RFEF.

"Yo no aparezco ni en la instrucción. Ni yo, ni ninguno de mis compañeros. Fueron unas decisiones y unos contratos que se firmaban sin que ni siquiera supiéramos con quién. Nos enteraremos de mucho cuando se levante el secreto de sumario. Si un tío es un sinvergüenza, lo será él".

Sirvan estas declaraciones del presidente de la Federación Cántabra de Fútbol (FCF), uno de los 19 barones, para entender por qué es tan complicado cambiar el sistema que tiene secuestrado el futbol español.

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Dos días después de la operación de la Guardia Civil en la que, entre otros, fueron detenidos Tomás González Cueto y Pedro González Segura, el cántabro José Ángel Peláez, precisamente funcionario de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado entre 1993 y 2001, concedió una entrevista a El Diario Montañés que resulta de lo más reveladora.

Alguien que llegó a formar parte de la directiva de Rubiales asegura ahora que "ser directivo no significa que el presidente, o quien sea, te cuente las irregularidades que cometa". "El que atraca bancos no se lo cuenta a los amigos cuando está tomando unas cervezas", añade de manera ilustrativa.

Ahora se empiezan a entender muchas cosas

Al igual que otros presidentes de territoriales, Peláez no tiene ningún reparo en renegar de Rubiales. "A última hora sí veía cosas que no me gustaban. El gran crecimiento económico, el piso y demás. Por eso me fui alejando, a la vez que él cerraba su círculo en una serie de personas muy concretas, al que no podía entrar nadie, y que coinciden en gran parte con las que han sido detenidas".

"Ahora uno empieza a pensar por qué tantas ansias de construir un estadio", llega a decir, aunque al mismo tiempo insiste en que "no son actos de la institución; era valerse de una institución para hacer cosas que no se debe".

"Rubiales cerró su círculo en una serie de personas al que no podía entrar nadie y coincide en gran parte con las que han sido detenidas"

Según cuenta el cántabro, la intervención de la Guardia Civil le "sorprendió" en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas. "Había ido esa misma mañana a Madrid porque tenía que hacer una serie de gestiones de la Federación Cántabra y, cuando llegué a las diez y veinte, me encontré la situación", comenta.

Para a continuación aclarar que "yo no hablo con Rubiales desde 25 de agosto, desde la discusión que tuvimos el día de asamblea", en referencia al día en el que el inhabilitado presidente se negó a dimitir. "No le he vuelto ni a ver y no sabía dónde anda. Me llevé una sorpresa cuando se difundió que estaba en República Dominicana", asegura.

Los detenidos no son directivos de la RFEF

En lo que tiene razón José Ángel Peláez es en que "realmente, los detenidos no son directivos. Han detenido a personas que formaban parte de un entramado por debajo del presidente y que dependía de su gabinete, pero no eran directivos, son sus abogados y sus amigos". Basta con recordar la famosa fiesta de Salobreña para confirmarlo.

Sin embargo, una cosa es renegar de Rubiales, y otra bien distinta hacerlo del sistema. "Esto que estamos viviendo es un problema generado por unas personas que llegaron a la institución para lucrarse, no de la institución en sí. La RFEF no ha cometido ningún delito, sino las personas que la han usado", asegura Peláez en la citada entrevista para igualmente confirmarlo.

"Los detenidos no son directivos, sino personas que formaban parte de un entramado por debajo del presidente; sus abogados y sus amigos"

"El río ya sonaba con fuerza y, cuando no se cumplen las resoluciones judiciales, pueden pasar cosas como estas", añade el cántabro en referencia la intervención policial y la detención de Tomás González Cueto y Pedro González Segura, más conocido como el concejal de festejos.

"Si me llaman a declarar, estaré encantado de acudir y diré la verdad y todo lo que sé, pero desde luego (Rubiales) no se reunía conmigo para explicarme lo que hacía ni me contaba si iba a haber una comisión ilegal", revela.

"Yo entendía que era necesario un cambio y es verdad que se produjo, pero lo que no podía saber es que se fuera a producir con ese interés en enriquecerse", confiesa Peláez, aunque parece olvidarse de los 150.000 euros que Rubiales pagó a los presidentes de territoriales en concepto de profesionalización. "Si se han cometido delitos, es algo que está en la debilidad humana y yo nunca pude sospechar que iban a llegar a actuar de ese modo", añade en un tono más comprensivo.

A vueltas con la regeneración

"Tengo la intranquilidad de que con todo de lo que venimos y ahora con esto, toca regenerar la institución cada vez más. Hemos pasado demasiadas cosas, y la gente ya no distingue; eso me preocupa mucho", es su siguiente reflexión, que completa diciendo que "yo soy de los que piensa: 'si la has hecho, la pagas y, si no, la explicas'. Siempre respetando la presunción de inocencia. Si cuando te preguntan, no dices nada, malo".

"Habrá que superar a este presidente, tratar de levantar la imagen de la RFEF y buscar sistemas más efectivos de control a quienes la dirijan"

Y añade algo que, en boca de un barón de la RFEF quien, además, tantos problemas tiene en su territorial, especialmente con la Mutualidad de Futbolistas, suena raro: "Habrá que superar a este presidente, tratar de levantar la imagen de la RFEF y buscar sistemas mucho más efectivos de control a quienes la dirijan, porque está claro que estos no han funcionado".

No hay que olvidar el hecho de que José Ángel Peláez es uno de los cinco presidentes de territoriales —los otros cuatro son el riojano Jacinto Alonso, el murciano José Miguel Monje, el ceutí Antonio García Gaona y el melillense Diego Martínez Gómez— que están involucrados en la famosa Soule.

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Un caso que supuso la caída de Ángel María Villar y cuya resolución, por cierto, se antoja inminente, de ahí que no sería de extrañar que se los llevara a todos por delante, en lo que sería otro duro golpe reputacional para el fútbol español, aunque al mismo tiempo la única manera de cambiar el sistema que realmente permita regenerarlo.