Un directivo de Rubiales pone en un brete a su nuevo responsable de integridad, García 'Graba'

¿Se imaginan a un directivo de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) citando en su despacho de la Ciudad del Fútbol a un entrenador para ofrecerle fichar por un club en el que no solo tiene intereses, sino que, además, pertenece a la territorial que preside? Pues esto fue exactamente lo que el pasado jueves hizo José Ángel Peláez Montes (Torrelavega, Cantabria, 1971), vocal de la junta directiva de Luis Rubiales y del Comité Nacional de Fútbol Femenino, además de vicepresidente del Comité Ejecutivo del Comité Nacional de Fútbol Sala, y que figura como imputado en el famoso caso Soule que aún sigue coleando.

En otra demostración de la impunidad con la que se manejan en Las Rozas, el presidente de la Federación Cántabra de Fútbol (FCF) desde hace más de una década y miembro de la junta directiva de la española desde septiembre 2012, pues antes de la llegada de Rubiales ya lo fue con Ángel María Villar, aprovechó su habitual viaje de los jueves a la capital a costa de la RFEF para verse con un entrenador del Madrid Club de Fútbol Femenino y ofrecerle fichar por el primer equipo del Racing Féminas, club del que su hermana, Yolanda Peláez Montes, es presidenta y su hijo, David Peláez Vergudo, tesorero. Aunque en un principio la cita era como decimos en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas, quizás para evitar precisamente que le vieran, finalmente la reunión tuvo lugar en las proximidades.

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Peláez hijo es, además de tesorero del mencionado club, vocal del área de eSports y femenino de la territorial presidida por su padre, mientras que, tal y como puede comprobarse en Linkedin, la exmujer de José Ángel, Anto Verdugo, ejerció desde septiembre de 2018 a julio de 2022 como coach de las diferentes selecciones de la FCF, es decir, la misma labor que el hijo de Enríquez Negreira en la RFEF. Además, durante cinco años, entre julio de 2017 y julio de 2022, estuvo precisamente en la RFEF como miembro del Comité Nacional de Fútbol Femenino; y desde un año antes también fue "a jornada completa" vicepresidenta de la FCF. Todos estos cargos los compaginó con el de presidenta del mencionado Racing Féminas, en el que estuvo desde junio de 2011 hasta julio del 2022.

El caso de Peláez y el entrenador del Madrid CFF, quien este fin de semana ha podido celebrar el ascenso del segundo equipo del club que preside Alfredo Ulloa, puede resultar anecdótico y a buen seguro que el directivo cántabro le restará importancia, sobre todo después de no haber tenido la reunión en la Ciudad del Fútbol, como estaba previsto. Sin embargo, no por ello deja de ser un flagrante e inaceptable conflicto de intereses, que atenta contra el Código Ético de la propia RFEF, donde se estima que la irregularidad surge cuando "alguien tiene o da la impresión de tener intereses secundarios" que puedan influir en el cumplimiento de sus cometidos.

Además, también vulnera el Código de Buen Gobierno del Consejo Superior de Deportes (CSD), el cual establece que los altos cargos federativos están obligados a "suministrar información relativa a la existencia de relaciones de índole contractual, comercial o familiar con proveedores o entidades que tengan vínculos comerciales o profesionales con la Federación de la que forman parte". Es evidente que Peláez los tiene con el Racing Féminas en su condición de presidente de la FCF, pero también en calidad de directivo de la RFEF.

De José Manuel Franco, el secretario de Estado para el Deporte, que hace un año se puso de perfil con todos los escándalos que salpicaron a Rubiales y desde entonces no ha vuelto a dar la cara, tampoco se puede esperar que haga algo en un asunto que, comparado con aquellos, se antoja menor. Y en cuanto al presidente de la RFEF, sabido es que su visión de la ética y la integridad es muy particular. Cabe recordar, por ejemplo, cómo vetó el informe del Comité de Ética en el que se mostraba en contra de que se celebrara la Supercopa en Arabia Saudí, de ahí que unas semanas después dimitieran tanto sus tres integrantes como Ana Muñoz, vicepresidenta de integridad.

Como comentábamos al inicio, Peláez, quien, por cierto, entre 1993 y 2001 fue funcionario de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, figura como imputado en el caso Soule por la presunta participación en el desvío de 210.000 euros que otorgó a su territorial la RFEF procedentes de una subvención pública del CSD. El presidente cántabro no es el único barón investigado que se mantiene en el núcleo duro de Rubiales. También están en la citada causa el presidente riojano Jacinto Alonso, el murciano José Miguel Monje, el ceutí Antonio Gaona, el melillense Diego Martínez, así como un vicepresidente de la propia RFEF, Antonio Suárez Santana.

El auto del juez de la Audiencia Nacional por el que se decretó prisión provisional sin fianza para Ángel María Villar y su hijo, Gorka Villar, puso de manifiesto la estrecha vinculación entre el entonces máximo mandatario del fútbol español y el presidente de la territorial cántabra. Según el juez, Peláez apoyó la reelección de Villar como presidente a cambio de favores, como recibir dinero o entradas, e incluso que presionó a otras federaciones para que también respaldaran al mandatario bilbaíno. Además, el magistrado cree que Peláez es "conocedor de los entresijos de la RFEF". A partir de ahí, poco más se puede añadir.

El polémico nombramiento de García Caba

Volviendo al caso de la reunión de Peláez con un entrenador del Madrid CFF para ofrecerle fichar por el Racing Féminas, este puede ser el primer caso para el nuevo responsable del departamento de integridad de la RFEF. Según adelantó Relevo, Rubiales ha otorgado este puesto al abogado Miguel García Caba, quien fuera denunciado por grabar de forma ilegal y filtrar a los medios la reunión privada que mantuvo con Javier Tebas y el ex secretario general de la RFEF Gerardo González, con la intención de hacer ver que querían "captarle", cuando fue él quien les pidió ayuda y se prestó a un montaje que ahora, tras su nuevo nombramiento, queda completamente desmontado.

Como apuntó Iusport, García Graba, como desde entonces le llama el presidente de LaLiga, vulneró el Código Deontológico de la Abogacía Española, en el que se habla de la integridad como unos de los "valores fundamentales en el ejercicio de la profesión de abogado", además de dejar claro que "las conversaciones mantenidas con los clientes o con los contrarios, de presencia o por cualquier medio telefónico o telemático, en que intervengan profesionales de la Abogacía no podrán ser grabadas sin previa advertencia y conformidad de todos los intervinientes y siempre quedarán amparadas por el secreto profesional".

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Dicho esto, y partiendo de la base de que Peláez podría fichar para el Racing Féminas a un entrenador del Madrid CFF o de cualquier otro club sin necesidad de intervenir él en las negociaciones y mucho menos citándole en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas, aunque finalmente tuviera la habilidad de no realizar allí la reunión, ¿alguien cree que García Caba tomará alguna medida contra él? Sería toda una sorpresa, pues la integridad, como la caridad, empieza por uno mismo...