Finetwork huye de la federación de Rubiales, que revive la guerra de los burofaxes con Adidas

Ya lo dijo Darwin: "La historia se repite y ese es uno de los errores de la historia". El 15 de mayo de 2019, la directora del departamento legal de Adidas España SAU envió un burofax a la Federación Española de Fútbol (RFEF) para comentarles que habían tenido conocimiento de la "sorprendente noticia publicada por el diario deportivo AS", según la cual la RFEF habría ofrecido a Inditex, quien casualmente ese año tenía previsto apostar por la ropa deportiva, para que fuera proveedor oficial de la camiseta y el resto de vestimenta de la Selección, además de que "la RFEF estaría dispuesta a asumir la penalización por romper su contrato con Adidas". En esta misma información se hablaba de "una cumbre al más alto nivel en la propia fábrica de Inditex en A Coruña, en la que estuvieron Pablo Isla, actual presidente de la compañía textil; Rubiales; Rubén Rivera, director de marketing de la RFEF, y Albert Luque, recientemente nombrado adjunto a la presidencia de la RFEF".

Cinco días después, la respuesta del secretario general de la RFEF, Andreu Camps, fue manifestar "nuestra sorpresa por las afirmaciones vertidas por dicho diario", para añadir que "esta información nos es totalmente ajena y no merece valoración por nuestra parte". Sin embargo, a renglón seguido, y también parece que de manera casual, Camps aprovechó para comentar que, "desde que la actual Directiva inició sus funciones, se les ha puesto de manifiesto en sucesivas reuniones y comunicaciones que el Contrato de Patrocinio debía ser resuelto y negociado de nuevo con el fin de que la relación contractual entre Adidas y la RFEF cumpliera con los requisitos de legalidad, transparencia y equidad que permitieran desligar la relación contractual de las circunstancias en las que fue negociada y suscrita".

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La respuesta de Adidas no se hizo esperar: "La resolución del contrato instada por Vds. supone una resolución unilateral sin causa, es manifiestamente ilegal y los argumentos empleados para tratar de sostenerla carecen de todo mérito (...). Es indiscutible que el Contrato fue concluido de manera libre y consciente por partes independientes, cualificadas y con amplia experiencia en el sector (...) y las manifestaciones publicadas por Vds. en relación con la supuesta falta de 'legalidad, transparencia y equidad' del Contrato son perjudicialmente denigratorias y desleales".

En estos términos, se dirigió la entonces directora general de Adidas España SAU, Marta Ríos, al presidente y al secretario general de la RFEF, Luis Rubiales y el mencionado Andreu Camps, respectivamente, en el burofax enviado el 23 de mayo de 2019 para de esta forma dar respuesta al que los responsables de la marca deportiva habían recibido casualmente en su sede de Zaragoza tres días antes y en el que les comunicaban "la resolución unilateral del contrato de patrocinio", el cual estaba en vigor con fecha 23 de noviembre de 2010 y su addendum de 28 de mayo de 2015, que prorrogaba su duración hasta el 31 de diciembre de 2026.

Cómo de un contrato Rubiales sacó tres

Después de tener que recordar algo tan obvio como que "los contratos han de ser cumplidos", la directora general de Adidas España SAU invitó a Rubiales y Camps a "reconsiderar su decisión", "con el único fin de tratar de evitar el daño irreparable que la terminación del Contrato causaría, no solo a Adidas, sino también a una relevante entidad de utilidad pública como la RFEF y al fútbol español en general", así como a enviarles una confirmación por escrito de que dejaban sin efecto la mencionada comunicación de resolución contractual. "En caso contrario, daremos instrucciones a nuestros abogados para que emprendan cuantas acciones legales asistan a Adidas, con el fin de asegurar que Vds. cumplen el Contrato y que aquellas personas que hayan coadyuvado a esta decisión arbitraria asuman las correspondientes responsabilidades por los perjuicios ocasionados", añadió.

Y dicho y hecho. El 7 de junio de ese mismo año, la RFEF recibió un burofax del prestigioso despacho de abogados Uría Menéndez, esta vez dirigido únicamente a Andreu Camps, en el que se informaba que, "a la vista de la falta de respuesta por su parte a la carta del 23 de mayo (...), les comunicamos que hemos sido instruidos por Adidas para iniciar cuales acciones le asistan para asegurar que Vds. cumplen el Contrato".

Tal y como informaron varios medios, Rubiales estaba decidido a incrementar los ingresos de la RFEF y trabajaba en varios frentes para conseguir este objetivo. Sin embargo, la RFEF no solo no rompió con Adidas, sino que, ante el riesgo de una indemnización millonaria, terminó llegando a un acuerdo para ampliar su contrato hasta 2030. Adidas renunció a ejercer de proveedor del colectivo arbitral, que la RFEF no tardó en vender a Macron, así como a las selecciones de fútbol sala, que se le adjudicaron a Joma. De esta forma, Rubiales ya podía llevarse el 0,6% del total de estos tres contratos, que es lo que entonces cobraba. Una variable que ahora tiene como fijo, eso sí, todo aprobado por la Asamblea de la RFEF...

Finetwork y su acuerdo con la Liga F

Por más que Rubi venda —aunque en realidad lo que hace es comprar— su buena gestión, lo adelantó el pasado mes de enero 2Playbook: "La RFEF pierde conexión con sus grandes patrocinadores y queda en jaque un negocio al alza que debía aportarle 91 millones este año". Según la misma información, "en año de Mundial, cuando habitualmente se firman varios patrocinios, dos de sus tres principales socios comerciales, Seat y Finetwork, han dejado de vincular su imagen a la Selección, la Copa y Supercopa. La automovilística ya no tiene presencia desde el fin de la Eurocopa del pasado verano, mientras que la operadora ha decidido rescindir anticipadamente un contrato valorado en 3 millones de euros —aunque hay quien habla de 4— y que se extendía hasta 2023".

Finetwork, que entró como espónsor de la Selección española en agosto de 2020, en plena pandemia y aprovechando el hueco dejado por CaixaBank, firmó activaciones en los tres principales equipos. Es decir, en el frontal de la camiseta de entrenamiento de las selecciones absolutas masculina y femenina y la sub-21 masculina, así como en todas las competiciones organizadas por la RFEF, salvo en la Supercopa de Arabia. De esta forma, la compañía española de fibra y móvil tomaba el relevo a un socio histórico como Telefónica.

Sin embargo, y aunque desde Finetwork siguen asegurando que prefieren "no hacer ningún comentario", tras su decisión de rescindir unilateralmente el contrato con la RFEF, el cruce de burofax con la Ciudad del Fútbol de Las Rozas no cesa y, a diferencia del caso de Adidas, no para renegociar, sino tras haber decidido marcharse, algo que en la práctica ya ha hecho, a pesar de que la RFEF siga manteniendo el nombre de Finetwork como patrocinador en todas sus plataformas, incluida una ropa que poco a poco deberá ir quitándose, ya sea rebajando los precios o incluso regalándola.

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Sobra decir que la entrada de la empresa española como patrocinador principal de la Liga F, la nueva competición de fútbol profesional femenino a la que da nombre en sustitución de Iberdrola, fue un duro golpe para Rubiales. Además, fuentes cercanas a la compañía reconocen que, en los próximos meses, “intentarán dar mayor visibilidad a otros patrocinios en los que han invertido mucho”. De ahí sus grandes acuerdos como los de Fernando Alonso, Betis y Real Sociedad, además de su entrada en los eSports con KOI, el equipo de Ibai y Piqué, que le garantizan mucha más exposición mediática que las prendas y traseras de la Selección. Y, sobre todo, de una institución como la RFEF que desde la llegada de Rubiales no deja de verse envuelta en polémicas y, como consecuencia, ver cómo sus patrocinadores, los que estaban y los que han llegado, huyen. Lo que ha hecho Finetwork, aunque aún esté en plena guerra de burofaxes de la que tanto se acuerdan en Adidas.